Análisis de Puyo Puyo Champions
Poyo Poyo.
Entre los juegos confirmados de la Sega Mega Drive Mini está Dr. Robotnik's Mean Bean Machine, un título de puzles que puede parecer similar a Tetris para el ojo desentrenado. En realidad bajo este título se esconde la adaptación occidental de Puyo Puyo, un juego de puzles que en 2019 cumplirá veintiocho años. Pese a su veteranía y a su enorme popularidad en Japón, el público occidental parece que se le resiste, incluso contando con un crossover reciente con el juego de Pajitnov. En su último entrega, centrada en el territorio competitivo, también vuelve a cambiar de nombre entre territorios, pasando de ser Puyo Puyo eSports a Puyo Puyo Champions.
La propuesta de Puyo Puyo es bastante básica y reconocible: debemos unir piezas que caen en conjuntos de dos y solo se unen por colores, desapareciendo cuando se conectan cuatro en línea (pero no en diagonal). Los Puyos tienen gravedad, de manera que el resto de piezas caen en vertical. Este último punto es la clave de la partida, que se basa en generar "cadenas" en las que la desaparición de las piezas de un color genera una nueva conexión de cuatro y así sucesivamente. Unir cuatro Puyos del mismo color no es complicado, pero conseguir una cadena de tres o más requiere cierta previsión.
Puyo Puyo Champions cuenta con dos sets de reglas: el de Puyo Puyo 2 y el de Puyo Puyo Fever. El primero es la versión más popular del juego de cara al competitivo, ya que fue la entrega que sentó las bases en torno a las cuales se ha estructurado la evolución del juego. Fever, por su parte, fue la primera entrega desarrollada por SEGA en solitario tras adquirir la IP de Compile y se caracteriza por el modo Fiebre, en el cual al llenar una barra desaparecen todas las piezas y se sustituyen por una serie de "niveles" pensados como pequeños puzles a contrarreloj. Si somos rápidos y certeros se resuelvan de un solo movimiento y generan una cadena devastadora. Esta versión incluye, además, Puyos especiales que caen en formaciones de tres o de cuatro.
Los sets de reglas que incluye Champions están orientados a que la velocidad se mantenga constante a lo largo de toda la partida; la dificultad no proviene de tener que ser rápido o habilidoso a la hora de ejecutar un movimiento, sino de la necesidad de pensar muchos movimientos por delante para encadenar combos. Su propuesta no se entendería en solitario, ya que sin las líneas de basura que nos envía el rival sería casi imposible llegar a la pantalla de Game Over. El interés y la complejidad de Puyo Puyo radica en el enfrentamiento, en el momento del envío de basura al rival y la posibilidad de realizar contraataques, en la absoluta inutilidad de la línea individual frente el gran poder que tienen las cadenas largas, la dependencia del azar al no poder guardarse piezas...
Los dos sets de reglas se pueden jugar en partidas individuales o en un modo de resistencia contra sucesivos rivales... y poco más. Champions es una propuesta muy escasa, que no queda claro si quiere apelar a un jugador novato o a uno veterano, pero en ambos casos incluye lo absolutamente mínimo. A pesar de que el precio extremadamente reducido del juego podría servir de reclamo para el jugador novato, el juego no cuenta con nada parecido a un tutorial. Toda la ayuda que proporciona está en un enlace a la página web que explica los controles y los modos de juego. Ni tan siquiera se nos explican las tácticas más básicas y esenciales como construir "torres" o "llaves". Para encontrar esa información tenemos que buscar en internet o ver un vídeo tutorial de la propia SEGA.
Por contra, es probable que el jugador experto encuentre una experiencia reducida: no hay modo historia (uno de los clásicos de la franquicia), no hay un modo maratón, ni rastro de otros sets de reglas para complementar estas ausencias... Es una propuesta que de hecho se entiende mucho mejor bajo su nombre japonés, ya que está muy orientado a aparecer en torneos en la escena competitiva pero apenas se aguanta como entrega independiente.
El modo online viene con prácticamente lo mínimo necesario para funcionar: invitar a amigos, partida libre (donde los servidores suelen estar casi desiertos, al menos en la versión de Switch) y un modo competitivo que probablemente sea el plato principal del conjunto en cuanto a las horas que se le van a dedicar, pero que por lo general tarda mucho en encontrar y cargar la partida. Lo único que añade un poco más de interés al conjunto, sin ser precisamente algo inédito, es la posibilidad de ver repeticiones de partidas entre rivales de máximo nivel.
Puyo Puyo Champions se queda un incómodo punto intermedio en el que no permite la aproximación escalonada al jugador novel y se queda como experiencia muy básica para quien lleve más tiempo jugando. El modo online da lo que promete y la aparición en torneos oficiales de ahora en adelante está casi asegurada, pero es una lástima que no se haya puesto más mimo en tratar de atraer a otros públicos que podrían estar interesados en el juego.