Quantum of Solace: The Game
¿Mezclado, agitado?... Divertido, gracias.
La jugabilidad afortunadamente no se resiente, por no limitarse a pegar tiros continuamente en todas situaciones, sino que algunas veces preferiremos (y otras deberemos) pasar desapercibidos, ya sea sorteando y/o desactivando cámaras de seguridad, o eliminando a aquellos desafortunados a quienes nos acerquemos furtivamente mediante una sencilla combinación aleatoria de botones, tras la que veremos una animación en tercera persona de Bond ocupándose del asunto.
Algo que llama la atención, y para bien, es el tremendo trabajo de localización que el equipo de desarrollo ha realizado sobre los escenarios y ciudades que aparecen en las películas. Cada una de las quince misiones en que se divide el juego tiene su ambientación, y en cierto modo personalidad, que harán que no tengamos esa desagradable sensación de repetitividad y de “¿por qué le han cambiado el nombre a esta misión si es la misma que hace tres?”. Vamos a ver, en QoS hay tiros y hay acción, esos elementos nos los encontraremos a lo largo de todo el juego y la mecánica no varía radicalmente de uno a otro nivel, pero la ambientación sí lo hace con la suficiente frescura como para que lo anterior no sea un problema.
Quizás el aspecto de la vida cotidiana de un agente ultrasecreto tan geek por lo general como Bond que más se echa en falta en el juego sea la presencia de gadgets molones. Aparte de conectarnos al sistema de seguridad de los edificios que asaltemos y desconectar cámaras, poco partido se le ha sacado a un elemento tan explotable como es el repertorio de cachivaches improbables que tanto protagonismo han tenido siempre en las adaptaciones cinematográficas del personaje de Ian Fleming. Nada de conducir coches por control remoto ni electrificar con nuestro reloj en esta ocasión, lo sentimos.
Y aunque ya hemos comentado que el diseño de niveles es bastante bueno, hay que reconocer que el hilo conductor que relaciona uno con otro es un pequeño despropósito. Si esperas un juego en el que involucrarte en una historia compleja y bien narrada, entender la personalidad de los personajes, etcétera… sal corriendo. La calidad de la producción es soberbia, sí, y los actores de doblaje de la película original ayudan a hacer creer que la trama fluye alrededor de investigaciones del MI-6 que se muestra las películas, con sus informes de misión característicos y demás, pero lo caótico del desarrollo y la falta de información sobre la trama hacen que, en general, nos quedemos con tres o cuatro nombres que nos suenen y esperemos a que la próxima misión termine de cargar para empezar a jugar cuanto antes.
Una vez terminemos el modo historia en las aproximadamente 6-8 horas de juego que ofrece, Quantum of Solace aún puede darnos bastante guerra. Si disponemos de una cuenta gold, el modo multijugador tiene un buen montón de opciones y modalidades de juego que exprimir. El motor de Call of Duty 4 no es lo único que en Treyarch han tenido a bien implementar del genial juego de Infinity Ward, y el modo multijugador está también inspirado en él: con cada víctima virtual u objetivo alcanzado ganaremos puntos que invertir en nuevas armas o equipamiento que podremos utilizar en nuestras configuraciones una vez desbloqueado. Además de los clásicos todos contra todos o enfrentamientos por equipos, también hay modos en los que un sólo Bond tendrá que intentar escapar de un grupo de perseguidores, u otros en los que luchar por encontrar antes que nadie un arma dorada que inclinará la balanza a nuestro favor.
En definitiva, quizás no se pueda pretender que Quantum of Solace revolucione el género y siente nuevas bases, pero lo que sí hace es entretener y de manera notable a todo aquel que se acerque con ganas de pasar un buen rato y sin demasiados prejuicios, al intento de reconciliación entre la saga de juegos basados en la franquicia y los fans que llevaban tiempo queriendo encontrarse un buen juego de James Bond que supone éste.