Análisis de Quarrel
Batalla dialéctica.
En corto: Quarrel es una graciosa reformulación de las reglas del Risk y el Scrabble que de graciosa no tiene nada, pero mola un montón. Dentro del envoltorio descargable se encuentra un juego de tablero (virtual) para varios jugadores que exigirá mucha retentiva léxica para ganar batallas y conquistar territorios.
Sobrio, desafiante y de estética despistada, Quarrel exige habilidad y reflejos en lugar de suerte a cambio de mantenernos hechizados durante un buen rato. El planteamiento no es complejo; la partida discurre sobre un mapa dividido en parcelas en los que cada jugador tiene distribuidas sus tropas. ¿El objetivo? Conquistar las zonas enemigas. ¿La estrategia? Influyente pero no demasiado determinante, como en Risk. ¿Mecánica de combate? Construir palabras como en Scrabble en lugar de tirar dados. ¿La putada? Que está en inglés.
Nos gustaba antes y nos gusta ahora, pero más allá de ser una combinación suculenta para echarle horas, se trata de un juego profundo y bien calculado, con adversarios cuya dificultad oscila entre el niño con sonajero y el editor del Oxford English Dictionary, con distintos modos de juego, escenarios variados y capacidades online. Escatología de la buena y una rareza a la altura del Texas Hold'em con avatares.
Su mayor problema, sin embargo, es la barrera del lenguaje. Como ya hemos dicho las batallas en Quarrel se solventan a base de vocabulario, creando una palabra mayor que la del adversario con las letras disponibles. Por lo tanto, si no sabes inglés no hay fiesta, aunque esto puede ser una ventaja o un inconveniente, según se mire, dado que también es una buena forma de ampliar conocimientos. A base de palos, pero ampliarlos al fin y al cabo.
Y aquí puntualizo: acabamos de decir que gana la batalla el jugador que construye la palabra más grande. No es correcto. Lo importante es la suma total del valor de cada letra, ya que no vale lo mismo una A que una K. Y atentos al matiz porque es importante, aquí se impone la calidad a la cantidad (de ahí la necesidad de conocer mucho vocabulario). Por ejemplo, KILL probablemente será suficiente para machacar a SPACE, aunque en caso de empate gana aquel que resuelve antes. Si a esto le añadimos que la cantidad de letras que puede contener tu palabra está determinada por el número de unidades con las que atacas tenemos como resultado auténticas gestas defensivas o abusos ofensivos de los que dejan mella, además de un factor estratégico considerable.
En la continua y cansina moda de dignificar el videojuego disfrazándolo de cultura o aplaudiendo sus valores de producción, Denki demuestra dominar el verdadero arte y dificultad de crear un buen entretenimiento con Quarrel
El resto de normas son idénticas a las del Risk en cuanto a movilidad de tropas entre territorios, capacidad de movimiento, orden de turnos y obtención de refuerzos. Cabría señalar el añadido de los tesoros y recompensas que permiten llamar a unidades de refuerzo antes de un combate si el jugador ha conseguido completar el medidor y así lo considera, o la posibilidad de llenarlo parcialmente si elaboras una palabra mayor con las letras de los enfrentamientos de otros jugadores. Y ahora vienen los llantos.
Está claro que la propuesta de Quarrel, cuyos orígenes se sumergen en el viejo y competitivo mundo de los juegos de mesa lega todo su atractivo al multijugador. Sin embargo solo es posible participar en partidas contra otros seres más o menos humanos a través de Xbox Live. Está visto que eso de jugar con gente al lado empieza a ser cosa del pasado.
Por otro lado tenemos la broma en forma de filtro de palabras que afecta al juego. Según Gary Penn, uno de los desarrolladores, Quarrel se basa en el diccionario oficial Collins de Scrabble, que contiene unas 110.000 palabras, incluyendo términos malsonantes y de dudoso gusto que pueden activarse o desactivarse dependiendo de la configuración parental de la consola. Sin embargo parece que los guardianes de la moral de Microsoft también aplican un segundo filtro en todos los juegos descargables, y es precisamente éste el que inhabilita palabras tan inofensivas como "help", "train" o "start". Aunque mi experiencia no se ha visto limitada por este asunto es cierto que el filtro está mermando la capacidad del juego y deberían hilvanar una solución lo antes posible.
Y hasta aquí la explicación. Si bien es cierto que un juego descargable con vocación de juego de mesa no es el antojo más deseado por las hordas de usuarios embarazados que habitan el Bazar, sí que es un título donde cobra sentido aquello de que menos es más. En la continua y cansina moda de dignificar el videojuego disfrazándolo de cultura o aplaudiendo sus valores de producción, Denki demuestra dominar el verdadero arte y dificultad de crear un buen entretenimiento con Quarrel. Un producto que en lugar de videojuego da la sensación de ser esa caja grande y cuadrada que dejó el paje real al pie de la chimenea la noche del 5 de enero de hace veinte años.