¿Qué hay detrás de las mejores bandas sonoras de videojuegos?
Block rockin' beeps.
Los videojuegos son enormes proyectos colaborativos en los que varias disciplinas artísticas se unen para crear una única entidad destinada al entretenimiento, y al igual que en el teatro, el cine y la televisión, los desarrolladores han aprendido el enorme poder que tiene la música. Desde los primeros días del videojuego los compositores han tratado de mejorar nuestras experiencias con su habilidad para emocionarnos, inspirarnos y entretenernos. Desgraciadamente es un elemento que a menudo pasa desapercibido: al evaluar un juego hay tantas partes a examinar que, de forma comprensible, sólo hay una cantidad finita de espacio para examinarlos. Se asignan prioridades, y fuera de juegos puramente musicales como Guitar Hero o Lumines otros elementos toman una necesaria precedencia.
Y aquí es donde aparece un servidor. Adoro la música de los videojuegos a lo largo de su extensa historia, y quiero que todo el mundo vea lo brillante que es, cómo hace que nuestras experiencias jugables sean mucho más maravillosa. Así que me gustaría mostraros unas pocas canciones explicando por qué me parecen destacables.
The Legend of Zelda es una saga de iconos e iteración. Aunque cada nueva entrega trae consigo nuevas y emocionantes ideas, también está llena de elementos familiares. La jugabilidad, la ambientación y las imágenes se modifican y reaparecen, de la misma forma que, a veces, también lo hace la música. La canción más famosa de Zelda es el tema Overworld, compuesta por Koji Kondo y que ha aparecido desde el primer juego de NES.
Es una composición clásica, efectiva en todas sus encarnaciones gracias a una simplicidad que se combina con un preciso y militar ritmo de percusión y una brillante y aventurera melodía. Es también un tema de grandes expediciones, de andares por el verde de Hyrule, luchando contra los peligros mientras te diriges al triunfo. Es también, para los fans de la saga, una tranquilizadora bienvenida, una especie de manto musical que les reconforta y recuerda las aventuras del pasado. Nintendo la ha utilizado hábilmente durante estos años, al igual que hacen con casi toda su música clásica, para asegurarse de que no aparece constantemente, sino más bien como una cariñosa reminiscencia.
Las bandas sonoras tienen un sentido de propósito. Tienen un papel que jugar en la creación de la experiencia, así que deben considerar las acciones que están ocurriendo y qué información deben transmitir. El tema Overworld de Zelda llama a los jugadores a la aventura, pero la siguiente canción tiene un propósito muy diferente.
No hay nada en un videojuego que me provoque más pánico que la música que suena cuando Sonic se ahoga. He jugado a todos los Silent Hill, a los dos Amnesia y a muchos otros juegos de miedo, pero nada puede inducir mayor sensación de urgencia. Son trece segundo de puro terror sin adulterar y, aunque no es una canción que escucharías por placer, sí es perfecta en su función. En el juego corres para encontrar aire o una burbuja antes de que el contador llegue a cero y mueras. El aumento en la intensidad de los golpes te imbuye con miedo y, tal y como recuerdo de mis memorias de juventud, contribuyen a que falles a medida que crece tu pánico y tiendes a cometer más errores. Masato Nakamua creó una pieza que cumple con su cometido a la perfección.
A veces un juego puede definirse por elementos que van más allá de su jugabilidad, y si el estilo es lo suficientemente fuerte puede convertirse en una asociación imposible de obviar o incluso en la razón por la cual ese juego es tan querido. El clásico de Dreamcast Jet Set Radio es ese tipo de juego; es un colorista homenaje de dibujos animados al graffiti y la subcultura anti-autoritaria. Te pone en la piel de los miembros de una banda conocida como los GG y tu misión es patinar por la ciudad de Tokyo-to pintando bonitas y extrañas firmas mientras evitas a la excesivamente entusiasta policía empleada por una siniestra corporación. Es uno de los primeros títulos que utilizó la técnica de cel-shading, usando una dirección artística inspirada por el graffiti y el Japón contemporáneo que era totalmente diferente a cualquier cosa vista antes. Incluso a día de hoy, con la re-edición HD, sigue siendo un juego bellísimo, y la banda sonora es tan vibrante como su estética.
Aunque todas las canciones de Jet Set Radio con memorables, es el estilo funky y hip-hop de Hideki Naganuma el que define de verdad el juego, así como al sentimiento de la última gran era de Sega. Mezcla los ritmos del hip-hop moderno con riffs de bajo estilo años 70, adecuándose a la perfección a los personajes y la atmósfera. Naganuma es un maestro del sampling, escogiendo una gran variedad de riffs musicales y vocales que convierte en algo mejor que la suma de las partes, como puedes comprobar en esta pieza. Es imposible escuchar este tipo de música y no empezar a moverte con ella; los ritmos y estilo son infecciosos y es esa calidad la que realmente define a Jet Set Radio como juego. Puede tener sus pegas, especialmente el control y la cámara, pero brilla con un confianza y alegría que te obliga a amarlo, y la música es una gran parte de eso.
La última idea de la que quiero hablar hoy es del sonido de la tecnología. Desde el principio del videojuego hemos tenido compositores usando la tecnología para crear música increíble. A través de su habilidad y dedicación queda claro que todos estos chips de sonido y configuraciones de hardware son, por derecho propio, instrumentos únicos; tienen sus sonidos característicos y los mejores compositores les han conseguido sacar partido de forma que décadas más tarde su música sigue viva.
Deliverance: Stormlord 2 es un plataformas de acción que llegó a los ordenadores de 8 bits en 1990. Cada versión del juego tiene su propia música, pero creo que la mejor es esta composición de Matt Grey para el Commodore 64. El C64 tenía en su interior el revolucionario chip de sonido SID, el cual puso un énfasis en las prácticas de síntesis para el uso de instrumentos electrónicos. Comparado con lo que tienen hoy en día los compositores es muy limitado, pero en su época era extremadamente potente y esta canción muestra la crudeza del sonido, palpable en ondas triangulares y cuadradas, entendiéndola a la perfección. Puedes actualizar la canción o hacer una cover y seguiría siendo genial, pero no sería lo mismo. La creatividad que emana de un hardware limitado crea un sonido único, y eso ocurre tanto en ordenadores como en consolas. Es fácil identificar una canción de Mega Drive, Amiga o Super Nintendo simplemente por su sonido - están ligadas de forma inevitable a su época y sus ideas, pero siguen siendo instrumentos válidos y fantásticos que deben ser apreciados.
Es fantástico que durante la última década la música de videojuegos haya empezado a ser tenida en cuenta por la gente. Conciertos como Dear Friends o Video Games Live son eventos que muestran que mucha gente ama estas piezas y que es de verdad gran música, algo que puede escuchar cualquiera, no únicamente el entusiasta. Quiero que esto siga así, quiero que la gente se sumerja en los juegos, visite el pasado y presente y entienda este fantástico arte, para darle el reconocimiento que merece. Hay tesoros ahí fuera y tan sólo debes buscar un poco y escuchar. Te aseguro que te maravillará.
Traducción por Josep Maria Sempere.