Análisis de Randal's Monday
Otra manera de afrontar los lunes.
Desde hace años es muy habitual escuchar eso de que "ya no se hacen aventuras gráficas como antaño" o que "la aventura gráfica está muerta". Pese a no estar de acuerdo con este tipo de comentarios (Telltale y Daedalic son dos grandes baluartes que siguen manteniendo el género vivo), no se puede negar que existe una nostalgia considerable hacia un género que vivió su época dorada en los noventa.
El legado de LucasArts y Sierra, especialmente de la primera, es más que evidente nada más iniciar Randal's Monday: point and click, mucho diálogo, una buena dosis de humor y unos gráficos 2D estilo cartoon (¿una mezcla, tal vez, de The Cursed of Monkey Island con Day of the Tentacle y series de animación actuales como Padre de Familia?).
Todo cobra sentido cuando descubres que sus dos creadores principales, Toni y Juanan Pascual (artistas), proceden de esa generación de chavales que se ha empapado durante años de una cultura videojueguil, cinéfila, seriéfila y "geek" en general, la cual han volcado esa aventura gráfica que desde hace tiempo ellos mismos querían jugar. Son los dos padres de un proyecto que ha estado más de cuatro años en desarrollo y que al fin llega a nuestros ordenadores gracias a la colaboración de Nexus Game Studios y Daedalic.
Pero, ¿de qué va Randal's Monday? Si a estas alturas no habéis visto nada de él, lo cual es difícil, puede resumirse en que la aventura comienza en un bar con un grupo de amigos que queda para emborracharse un domingo. En entonces cuando Matt, el mejor amigo de Randal (el protagonista principal), le muestra el anillo de pedida que le quiere regalar a Sally, el tercer componente de la mesa, que ha ido a por cervezas. Y todo sigue el curso normal de los acontecimientos hasta que están tan borrachos que Randal recoge el anillo de Matt cuando se le cae y decide que es mejor dárselo al día siguiente.
Empieza un típico lunes y poco a poco nos iremos dando cuenta de que, efectivamente, tenemos un anillo maldito que no nos va a traer nada bueno desde el momento en el que, por determinados motivos, tendremos que venderlo (y que a medida que avanza la trama le hará cada vez más guiños a 'El señor de los anillos', como bien estaréis pensando). Comenzará así nuestro primer lunes de muchos más porque nos veremos atrapados una y otra vez en ese mismo día en el que nos despertamos con una resaca de narices (un punto de partida que se inspira, y mucho, en la fantástica Atrapado en el Tiempo y su día de la marmota).
La gracia de todo esto reside en que los cambios que hagamos durante ese día permanecerán en el siguiente, de manera no solo que nos encontraremos puzles que aprovechan de una manera maravillosa ese bucle temporal (¿The Day of the Tentacle, nuevamente?), sino que, al recordar únicamente nosotros los días anteriores, podremos jugar con ventaja frente a personajes que ya conocemos.
Muchos de los puzles nos llevarán a muchas situaciones de prueba y ensayo por su dificultad. De hecho, si no hacemos trampas (hay una opción con pistas) más de uno nos hará dejar la partida hasta el día siguiente, como ocurría antaño. Pese a ser enrevesados, todos los puzles mantienen una lógica que, aunque en muchas ocasiones es un tanto loca (volvemos a ver aquí mucha influencia de LucasArts), nos gratificarán y mucho con al superarlos.
Lo que conecta estos puzles con la historia son los diálogos, narrados por unos actores de doblaje excelentes, tanto en la versión española como en la inglesa. En la primera contamos con un reparto de lujo: David Robles (conocido sobre todo por ser la voz de Leonardo Dicaprio), Pepe Mediavilla (Morgan Freeman), Mar Bordallo (Drew Barrymore) y Ramón Langa (Bruce Willis). Para la versión inglesa contamos Jeff Anderson y Jason Mewes.
Pese a que los diálogos en muchas ocasiones son divertidos y nos hacen soltar más de una carcajada, poseen un pequeño defecto que los aleja de la excelencia: su excesiva duración. Los diálogos son tan largos que en muchos momentos acaban por hacerse pesados, hasta el punto que en más de una ocasión terminaremos por saltarlos. Esto no sería un problema, claro, si no ocurriese lo obvio: al saltarnos la última parte de una conversación es bastante probable que nos perdamos la pista de qué hacer a continuación.
Estrechamente relacionado con los diálogos está el metalenguaje que usa el juego. Si bien The Stanley Parable ya nos puso en su momento al límite con lo de romper la cuarta pared, Randal's Monday es autoconsciente en todo momento de que es un videojuego y lo demuestra de una manera excelente en bastantes ocasiones, sin llegar a ser resultar cansino.
Lo que personalmente creo que puede sí puede llegar a cansar es el excesivo uso de guiños y referencias a la cultura pop a lo largo de la aventura. Al principio hacen gracia, sacan una sonrisa al jugador y muchas de ellas son, de hecho, geniales, pero el empacho al final puede llegar a ser considerable. Muchas se justifican y están incluso implementadas dentro de la jugabilidad o la historia (magnífico ver a uno de los humanos mascota del concurso de belleza de DotT en la sala de espera del psiquiatra en Radal's Monday), pero otras muchas no.
Por ejemplo, está justificado que la habitación de un friki esté llena de cómics, figuras, videojuegos, pósters y demás, como también lo está todo este repertorio dentro de una tienda de cómics o dentro de un salón temático. Pero la cosa empieza a cantar cuando una tienda de artículos de segunda mano tiene bolas de dragón, ocarinas, rupias, aerodeslizadores o una máscara de Freddy Krueger, una empresa de mensajería está llena de elementos de la saga Portal, o en una consulta psiquiátrica vemos a Grim Fandango, el medallón de Sophia de Indiana Jones y el Destino de la Atlántida y el logo de Quake, entre otras cosas. Y guiños como nombrar calles, líneas de metro o personajes con nombres de LucasArts tendrían un encanto mayor si fuera algo más puntual en vez de la norma.
En ese sentido, hay que aclarar que si se le quitara toda esta montaña de referencias, Randal's Monday seguiría siendo igual de bueno, por lo que conviene resaltar que este aspecto aquí que funciona como un arma de doble filo: enamorará a muchos, pero saturará a otros que acabarán más pendientes de encontrar las X referencias en cada pantalla que de seguir la historia.
El control, por su parte, es muy simple, algo que se agradece. Un buen detalle que ha tenido la gente de Nexus es colocar un selector nada más empezar la primera partida y que nos permite elegir si queremos jugar con un click (estilo "Old School") o dos. Un pequeño detalle negativo, sin embargo: si queremos probar a usar un mismo objeto con más de una persona o cosa, tenemos que entrar en el inventario y seleccionarlo cada vez, cosa que se hace un poco tedioso en ocasiones.
En definitiva, Randal's Monday es una aventura gráfica imprescindible para los amantes del género, sobre todo para aquellos con la mirada aún puesta en los noventa. Tanto si sois fans como si es vuestro primer juego de este estilo, debería ser un título a tener muy en cuenta en caso de duda, ya que el ofrece muchas horas de diversión a un precio muy atractivo (redondeando, 20€ de salida frente a unas 20 horas de duración aproximada, dependiendo de vuestra habilidad y de lo que abuséis del sistema de pistas).