Raving Rabbids: Regreso al Pasado
¡¡BUAAAAAAH!!
Dentro del catálogo de Wii los rabbids son toda una institución. Desde que la consola de Nintendo llegó a las tiendas nunca han faltado a su cita anual con el público y año tras año regresan con un nuevo juego bajo el brazo, en una cita anual que ya es prácticamente una tradición. Sí, es cierto, quizás no hayan protagonizado los juegos que en un futuro todos recordaremos cuando pensemos en Wii, pero no cabe duda de que sus gritos locos siempre sonarán con más fuerza en esta consola que los vio nacer que en el resto.
Siguiendo pues esta tradición, nuestra ración anual de ¡¡BUAAAAAAH!! se llama esta vez Raving Rabbids: Regreso al Pasado, y tal como su propio nombre indica nos propone un regreso al estilo party game de las primeras entregas, es decir, mini-juegos pensados para jugar acompañados y con todo el humor desquiciado de siempre.
La excusa argumental que nos encontramos en esta ocasión para ambientar los diferentes niveles es una disparatada lavadora que permite a los rabbids viajar en el tiempo y visitar diferentes momentos históricos, desde la pre-historia hasta la actualidad, pasando por la civilización egipcia, el imperio romano, la edad media o la exploración espacial, entre otros tópicos. Todas estas situaciones permiten a estos conejos locos retarnos en una veintena de pruebas que si hacemos bien harán cambiar el rumbo de la historia.
El museo es el nexo central desde el que accedemos a las diferentes zonas en las que se clasifican los mini-juegos, así, cada vez que queremos cambiar de prueba hemos de dirigir a los conejos manualmente hasta la siguiente zona, siendo estas idas y venidas gran parte de la experiencia. Tranquilos, no es un museo del tamaño del Metropolitan o el Louvre, pero como todos los museos tiene ese algo agotador. El orden en el que visitamos sus áreas es completamente aleatorio, de nosotros depende si nos apetece pegar saltos en el Rebotarium, volar en el Puedovolarium, disparar en el Pegatirium, etc. No hay progresión ni tampoco un auténtico motivo por el que los jugadores compitan, los puntos y la curiosidad para ver por 'cómo nos sorprenderán esta vez' son los únicos motivos que nos mueven.
Lástima que los mini-juegos que van desde los ya mencionados hasta otros de carreras o pesca (estos compatibles con Wii MotionPlus) no terminen de cumplir en su deber de divertirnos, y es que quizás se ha puesto más énfasis en sorprendernos con chistes graciosos del rollo flatulencias, vacas esféricas de Kleiber o guiños a otros juegos como Gold Minner, que en ofrecer mini-juegos que realmente funcionen de forma endiablada y retante. De hecho, la gracia de Regreso al Pasado proviene más de la exploración y la curiosidad de las primeras partidas que de las pruebas, que a su vez no son muchas. Deambular por el museo y descubrir el mini-juego de Just Dance, la zona de cantar en coro, los concursos de preguntas chorras, o cambiarnos los trajes puede sorprender las primeras partidas, pero cansa y se hace pesado a largo plazo, y es aquí donde los mini-juegos deberían hacer acto de presencia.
El hecho de necesitar 4 Nunchuks para guiar a los conejos es un requerimiento que no todos los jugadores podrán cumplir, en este sentido el modelo más sencillo pero rápido de Wii Party (con pruebas que solo requiere el WiiMote) se demuestra más eficaz como party game. Tampoco ayuda mucho el ritmo del juego, demasiado lento por el hecho de tener que dirigirnos manualmente de sección en sección previo paso de varias zonas de carga. En este sentido, se agradece la originalidad de la puesta en escena y de utilizar el museo como nexo, pero este tipo de juegos pide a gritos una estructuración que permita saltar rápido de juego en juego.
Por otro lado, mucha gente aborrece los rabbids pero lo cierto es que siempre acabas riéndote con sus locuras – los cabroncetes tienen carisma. En este sentido se agradecen detalles locos como el hecho de que todas las instrucciones del juego estén escritas en psicología inversa, o que los gráficos y la presentación del juego sean más que correctos, factor que también contribuye a que pasemos un buen rato.
En conclusión, me da la sensación –y espero equivocarme– que en Ubisoft Paris han dedicado más tiempo a preparar los graciosos tráilers de Regreso al Pasado que en crear el juego en sí mismo. Esta quinta entrega de los Rabbids para Wii es un juego completo, con novedades como las partidas online, buen sentido del humor y una ejecución correcta, pero falla precisamente en aquel aspecto en el que debería despuntar, los mini-juegos. Su planteamiento de colocar la acción en un museo es original pero al mismo tiempo también convierte el ritmo del juego en algo bastante lento. Como divertimento ocasional puede ser una opción, pero poca cosa más.