Análisis de Rayman Origins
Amor bidimensional en cinco pulgadas.
Siempre me ha resultado simpático ese puntito de rebeldía que tiene Michel Ancel, el creador de Rayman y uno de los desarrolladores franceses más conocidos y reputados: mientras todo el mundo le pide que termine de una maldita vez el esperadísimo Beyond Good & Evil 2, él va y se embarca en la creación de un plataformas 2D de corte clásico en pleno 2011. El resultado, algo inesperado, fue uno de los mejores videojuegos del año pasado, aunque también uno de los más injustamente ignorados. Con su lanzamiento en la nueva PlayStation Vita esperamos que tenga algo más de suerte, porque realmente la merece.
Primero una mala noticia: en la versión para Vita desaparece por completo el modo multijugador. Es hasta cierto punto comprensible, puesto que el original implementaba únicamente un cooperativo local y es evidente que eso no es viable en una consola portátil, pero aún así resulta ligeramente decepcionante no poder jugar a través de internet. Aunque se intenta compensar su ausencia añadiendo un nuevo modo con fantasma para retar a nuestros amigos a mejorar nuestros tiempos al superar los más de sesenta niveles, la verdad es que no es ni la mitad de reconfortante que la opción de pegar collejas que teníamos en el cooperativo.
Sin embargo, el modo individual de Rayman Origins se ha trasladado tal cual a la nueva portátil de Sony, y el resultado puede que hasta salga un poco favorecido si se compara con las versiones anteriores. Las mecánicas jugables son igual de divertidas y el diseño de los niveles sigue siendo tan brillante y equilibrado como en Xbox 360 y PlayStation 3, pero el control es incluso un poco más exquisito gracias al buen uso de algunas de las funciones específicas de la consola, como por ejemplo la posibilidad de ampliar la imagen pellizcando la pantalla táctil o de tocar objetos para recogerlos. La verdad es que no son grandes cambios, pero se agradece mucho lo comedido y sensato de su implementación.
"Si todavía no habías probado Rayman Origins te recomendamos encarecidamente que lo hagas: es uno de los mejores exponentes del género en los últimos años."
Aunque lo más sorprendente es que quizás sea el juego más bonito que hemos visto hasta ahora en Vita. El UbiArt Framework parece incluso diseñado para mostrar las bondades de la pantalla OLED: los sprites son increíblemente nítidos y los escenarios son todavía más vivos y ricos en color, resaltando el bello estilo gráfico y enfatizando todavía más su desbordante personalidad. Puede que Uncharted o WipEout sean grandes logros técnicos (y, de hecho, lo son), pero este pequeño Rayman tiene muchísimo más carisma y encanto.
Por lo demás es el mismo juego que ya se pudo disfrutar en consolas de sobremesa, con lo cual si ya lo jugaste en su momento probablemente no tengas demasiados alicientes para volver a pagar por él, más allá de tener la oportunidad de jugarlo en un trayecto de metro o cuando te vas de viaje. Si, por el contrario, todavía no habías probado Rayman Origins, te recomendamos encarecidamente que lo hagas: es uno de los mejores exponentes del género en los últimos años y tiene suficientes secretos y coleccionables como para mantenerte ocupado unas cuantas horas.
Es una pena que se haya perdido el multijugador por el camino, pero aún así Rayman Origins no sólo es el mejor juego de plataformas disponible actualmente para PlayStation Vita, sino también uno de los mejores juegos para la recién estrenada portátil de Sony y un brillante alegato en favor de las dos dimensiones.