Red Faction: Guerrilla
Un juego que lo petará todo.
Si tuviésemos que definir la saga Red Faction con pocas palabras las que nos vendrían a la cabeza serían: destruir, destrozar, explotar, deformar. Es una saga que gira alrededor de estos conceptos y la diversión viene directamente de tu capacidad de destrucción y de cómo reacciona el entorno.
En esta ocasión este entorno al que hacemos referencia estará extremadamente cuidado. Todavía no acabamos de creernos lo bien trabajadas que están las físicas; si habéis jugado a la demo seguro que os habréis dado cuenta. El juego que da el escenario es tan amplio que ninguna partida será igual a la anterior. Podremos hacer, literalmente, lo que nos de la gana. Todo, absolutamente todo (edificios, vehículos, torres, puentes...) se puede destruir. Y todo se cae y se destroza como lo haría en la realidad.
Pongamos un ejemplo: varios coches enemigos vienen hacia ti, estás en clara inferioridad numérica y sólo dispones de una metralleta y unas pocas minas. ¿Cómo acabas con ellos? Puedes ir a lo clásico, tirar de metralleta y matar, uno a uno, a todos los malos. O puedes, por ejemplo, colocar cuatro minas de forma estratégica de tal forma que ese puente les caiga encima justo cuando pasen por ahí. Los pocos que sobrevivan podrás rematarlos con tu imponente martillo. O, qué demonios, también puedes atraerlos hacia esa casa que previamente has dejado lista para que se venga abajo con sólo tocarla. O puedes robarles un coche y pasarles por encima. O tirarles unos cuantos barriles explosivos y que les exploten al lado. Y así podría seguir cien horas que no repetiría una táctica. El componente cabra, que le llaman algunos, está presente siempre. Si tienes un poco de imaginación y pericia puedes crear auténticas obras maestras del arte de la destrucción. Para ayudarte a saborearlo, esta es la primera entrega de la saga que es en tercera persona. El control es pulidísimo y podemos ver con mucha mejor perspectiva el entorno; chapeau a esta decisión.
Todo esto viene acompañado por una espectacularidad gráfica de esas que se agradecen. No sólo la destrucción de los edificios está recreada perfectamente; el apartado de diseño artístico también es más que notable. El planeta en el que estamos tiene varias zonas bien diferenciadas gráficamente -así que no, no todos los escenarios son como ese rojizo de la demo- y constantemente veremos varias postales de esas un poco destroyed beauty que combinan paisajes e iluminación deliciosas con estructuras metálicas gigantescas y opresoras.
Hablando del planeta, hace falta decir que estás en Marte y la Earth Defense Force (EDF), buenos en el primer juego pero corruptos y opresores en este, capitalizan todo el trabajo y las riquezas. Tratan a los trabajadores como esclavos. Tu encarnas a Alex Mason, un obrero resentido por el asesinato de su hermano. Te unes a la "Red Faction" y tendrás que comandar una revolución. Una revolución que empezará a martillazos.
El martillo es, efectivamente, la primera arma de la que disponemos. Su poder de destrucción es limitado, pero es versátil y puede con casi todas las estructuras y paredes. Poco a poco iremos conociendo otras armas, como la pistola y la metralleta, el lanzacohetes, una pistola que lanza electricidad, las minas (remotas, de proximidad...) y algunas más que ya os desvelaremos en el análisis. Además podemos mejorar casi todas las armas y las habilidades de nuestro héroe recogiendo una especie de chatarra que sale de los edificios caídos y que viene a ser el dinero de Red Faction: Guerrilla. Este punto de personalización nos obligará a tener que explorar el mapa y a aceptar misiones secundarias para poder competir en condiciones.
Estas misiones que se apartan de la trama principal pueden ser de varios tipos, y todas opcionales. Algunas te exigen que rescates a algún compañero guerrillero secuestrado, otras que mates a los malos, otras que destruyas edificios, que lleves un coche del punto A al punto B... Además de dinero, si las superas con éxito subirá la moral de tu tropa y bajará la de los opresores. Eso debilitará a los otros, hará que algunos rivales se pasen a tu bando y también que tus compañeros te ayuden en la lucha activamente entrando en combate a tu lado.
Estos sistemas de mejora de personaje y moral de las tropas están muy bien pensados; son simples y le dan una segunda dimensión al juego. Y no se hacen pesados. Ayuda a eso el diseño de los niveles, que son grandes pero no demasiado. Esa es mi lucha personal. Detesto tener que perder horas y horas yendo de un lado a otro sin hacer nada. Simplemente viajando, aburrido. Aquí ir de un sitio a otro no supondrá ningún mal trago; en unos cuantos segundos te plantas en tu objetivo, todo está relativamente cerca. Eso sí, tienes que coger uno de los muchos vehículos que hay para llegar a tiempo.
Del multijugador poco podemos comentar, ya que todavía está inactivo y no lo hemos podido jugar en la beta que tenemos en la redacción. Sabemos que habrán las típicas batallas deathmatch y un modo llamado Wrecking Crew en el que varios amigos tendréis que ir jugando por turnos e iros pasando el mando para ver quién es capaz de causar mayores destrozas en el menor tiempo posible. Los de Volition también han prometido que sacarán contenido descargable tanto para el modo historia, el modo multijugador y para este Wrecking Crew.
Si eres de esos que disfrutaban más chafándole el mecano o el Lego al empollón de la clase que construyendo tus propias estructuras, ese es tu juego. Y si te quedas embobado frente a la tele cuando ves una demolición de un edificio... ni te cuento. Estamos ante una de las sorpresas del año, un juego divertido como pocos y, sobre todo, estimulante. Te dejará vía libre para plasmar todos esos sueños de destrucción que llevabas tiempo queriendo aplicar en un videojuego.
Red Faction: Guerrilla saldrá a la venta para PC, Xbox 360 y PS3 a principios de junio.