Red Steel 2
El bueno, el feo y el Wii MotionPlus.
Hace poco que salió a la venta pero muchos ya lo habímos olvidado. Hablo, efectivamente, del Wii MotionPlus, ese aparato que le da un extra de precisión al mando de la Wii.
El apoyo a este accesorio ha sido bastante menor de lo que se esperaba; unos pocos juegos en el lanzamiento, los títulos de Nintendo y poca cosa más. Red Steel 2, desarrollado por Ubisoft Paris, es quizás la apuesta más interesante para este dispositivo. Es imprescindible tenerlo para poder jugar con él.
Un western con samuráis
La historia de Red Steel 2 es completamente independiente a la del primer juego; de hecho sólo tiene en común ciertos toques en la ambientación. Se inscribe en esta tendencia que parece resurgir de crear juegos sobre el oeste; esta vez, sin embargo, recibe fuertes influencias de las películas de samuráis. Tenemos el típico Saloon rodeado de casitas hechas con tablones de madera, cañones de arena rojiza de fondo, calles de tierra, trenes de vapor y matorrales resecos. Y correteando por ahí ninjas, katanas y revólveres... y todo en primera persona y con unos gráficos cell-shading, como de dibujos animados.
El argumento arranca con nuestro héroe -que no tiene nombre- siendo arrastrado por una moto por una especie de poblado del antiguo oeste. Tras liberarnos y dejar claro que hace falta algo más que un maleante para acabar con nosotros, aprendemos las bases del manejo de las armas de fuego y, sobre todo, de la katana, que es la parte central de Red Steel 2. También nos enseña que las animaciones son uno de los puntos más trabajados de este juego; está francamente bien hecho el cómo se mueven los personajes y cómo reaccionan a los distintos estímulos.
Los primeros espadazos los damos de la mano de Jian, líder del clan al que pertenecemos, el Kusaragi. Precisamente él será parte de lo que moverá el argumento: lo secuestran, junto a otros miembros de tu equipo, y deberás ir detrás suyo.
Los malos son los chacales, liderados por Shinjiro. También les ayudan ninjas. Su objetivo es acabar con vuestra especie y, de camino, quedarse con tu poderosa y especial katana.
La katana
Pero ¿qué tiene de especial tu katana? Pues varias cosas; la primera que se mueve casi a la par que tus manos.
Efectivamente el Wii Motion Plus se nota -o nos creemos que se nota- y la sensación de estar blandiendo una espada samurái es considerable. Pero más importante que esto: el juego se ha construido alrededor de este accesorio, y no al revés. No es un juego mal adaptado y hecho con prisas para beber del dulce dinero que suele emanar de Nintendo. Red Steel 2 se ha prgramado de principio a fin pensando en cómo sacar el máximo provecho del mando de la Wii.
El sistema de combate es bastante simple pero sorprendentemente profundo. Tiene varias capas de complejidad; si lo que queremos es ir por el camino del medio y golpear sin parar, no hay nada que nos detenga. Pero si preferimos refinar nuestro estilo, también podemos.
Para empezar, el sistema de bloqueo es bastante preciso. Apretando el botón correspondiente nos ponemos en posición defensiva y paramos balas y golpes. Algunos de ellos, marcados con una estela roja, requieren que movamos los brazos en la dirección exacta por la que viene el espadazo.
Los golpes se dan simplemente moviendo el mando. Si nuestro movimiento es flojo la estocada también lo será, y si le damos con fuerza lo notaremos. También podemos recurrir a los golpes especiales, que requieren de varios botones y secuencias de movimientos (por ejemplo pulsar A y B y mover el mando de cierta forma).
Estos golpes tienen múltiples utilidades, como contraatacar, aturdir a los enemigos, lanzarlos por los aires... algunos de ellos tienen armaduras especiales o son muy rápidos y será prácticamente necesario recurrir a estas artes para debilitarlos.
Otros, en cambio, tienen debilidad por las armas de fuego. Podemos comprar hasta cuatro (pistola, rifle, recortada y metralleta) y nos vendrán fenomenal para disparar a las piernas, romper armaduras o acabar con pequeños robots voladores demasiado ágiles para cortarlos con la katana.