Resident Evil 5
¿Survival horror?
Como comentábamos, la principal novedad jugable introducida en Resident Evil 5 es la cooperación entre sus dos protagonistas, Chris Redfield y Sheva Alomar. En el modo principal este factor está bastante bien implementado gracias a una competente IA (nada que ver con la irritante Ashley Graham de RE4), cuyo único rasgo molesto es su frecuente empeño en acumular los ítems que aparecen en el escenario, pero que por lo demás no sólo no estorba sino que puede resultar de bastante ayuda tanto para el combate como para tareas de curación. Las instrucciones que le podemos dar a nuestra compañera son, eso sí, bastante limitadas, y sólo tienen una importancia primordial en escasas situaciones, especialmente en aquellas que obliguen a los dos protagonistas a separar momentáneamente su camino. Donde obviamente sí se puede apreciar este nuevo enfoque en todo su esplendor es en el modo cooperativo (tanto online como a pantalla partida o enlazando dos consolas), en el cual podremos colaborar con un amigo para superar las misiones que componen la historia, y que verdaderamente supone una mejora exponencial de la experiencia de juego.
Aunque a nivel jugable el juego peque de ser demasiado continuista, no puede decirse lo mismo de su apartado técnico: Resident Evil 5 es uno de los juegos más potentes a nivel gráfico que hemos podido ver hasta el momento en Xbox 360 y PlayStation 3. Si Far Cry 2 ya supuso un paso adelante en la representación de la sabana africana, RE5 va más allá con un excelente modelado de personajes, unos espectaculares escenarios plagados de detalles y un soberbio trabajo artístico. Esto se nota principalmente durante las secuencias cinemáticas, generadas con el propio motor del juego, y de las que el supuesto maestro (Hideo Kojima) podría aprender más de una lección. A pesar de todo también hay pequeños defectos, como un excesivo tearing en la versión de Xbox 360 y una limitada variedad de enemigos, que provoca que en más de una ocasión veamos Majinis (nombre que reciben los habitantes de Kijuju, el área en el que se desarrolla el juego) de aspecto idéntico.
A nivel sonoro Resident Evil 5 también mantiene un gran nivel, con buenos efectos de sonido, una absorbente banda sonora compuesta por el japonés Kota Suzuki y un excelente trabajo por parte de los actores de doblaje. Como era de esperar, y siendo tónica habitual de la saga, las voces están en perfecto inglés acompañadas de subtítulos en castellano.
Con el fin de alargar un poco más la longevidad del juego, uno de los grandes aciertos de Capcom ha sido la inclusión del modo Mercenarios, que hizo su estreno con Resident Evil 4. Con diez personajes desbloqueables y ocho escenarios extraídos del modo principal, en él tendremos que eliminar la mayor cantidad de enemigos posibles en un limitado periodo de tiempo, realizando combos y superando retos de puntuación. Aparte de este modo, se fomenta la rejugabilidad mediante la presencia de emblemas de la BSAA que deberemos recoger durante la partida principal para obtener extras desbloqueables, y nuevos modos de dificultad, que animan a superar otra vez el modo historia.
Resident Evil 5 encandilará a los fans de la saga de Capcom, especialmente a los de la cuarta entrega, puesto que retoma paso por paso el planteamiento que le ha encumbrado como el (discutible) rey del género y lo adereza con un apartado técnico a la altura de las consolas de nueva generación. Además aporta algo de aire fresco con su modo cooperativo, algo que siempre es de agradecer. Pero sería un error no reconocer que, pese a ser un buen juego con excelentes gráficos, su fórmula empieza a mostrar preocupantes signos de agotamiento, y una serie de vicios y defectos adquiridos durante su dilatada andadura que empañan el resultado final. Jun Takeuchi, productor de Resident Evil 5, declaraba hace escasas semanas que ésta sería seguramente la última entrega de la serie con la actual estructura, y que de cara al futuro pensaban volver a comenzar desde cero. Y lo cierto es que vistos los resultados de esta quinta parte, no podría estar más de acuerdo con dicho planteamiento...