Resident Evil: Operation Raccoon City
El remake pragmático.
Debatir a estas alturas acerca de la naturaleza o género al que adscribir esta saga de videojuegos es algo así como discutir sobre el sexo de los ángeles. Su evolución hacia mecánicas que tienen más que ver con la pólvora que con el suspense es indudable, pero en realidad Resident Evil dejó de ser un videojuego hace ya mucho tiempo para convertirse en el sueño húmedo de cualquier entidad mercantil, es decir, en una franquicia poderosa y multimillonaria. Una imagen de marca irresistible cuya sola presencia en la portada de un libro, la oscuridad de una sala de cine, un taza de café o, como es el caso, la carátula de un juego de acción, es suficiente para que millones de aficionados de todo el mundo se lleven compulsivamente la mano a la cartera.
En este sentido Operation Raccoon City constituye el intento por parte de Capcom de hincarle el diente al shooter online, un género prácticamente inédito en el repertorio de esta compañía y que, sin duda, pasa por ser uno de los más emblemáticos de la actual generación de consolas.
Son varios los motivos que explican la indudable popularidad de que gozan este tipo de títulos entre el aficionado medio. El primero y más evidente es su premisa: disparar sobre cosas es algo extremadamente divertido en sí mismo. Si a ello le añades un ritmo de la acción frenético, fanfarrias épicas y apabullantes escenas de vídeo, el jolgorio general está asegurado. Por otro lado, el shooter -y particularmente el FPS- quizás sea el género más agradecido con los modos de juego multijugador y el que mejor se amolda a su idiosincrasia. Capturar la bandera, deathmatch, horda, cooperativo, etc. constituyen variantes eficaces de un mismo concepto que contribuyen, además, a alargar considerablemente la vida de un título.
Dada la inexperiencia de Capcom en este tipo de juegos y siguiendo, por otro lado, lo que parece haberse convertido en práctica habitual de determinados estudios japoneses, el desarrollo del juego ha corrido a cargo de una compañía occidental, los canadienses de Slant Six Games, que tan sólo cuentan en su haber con tres entregas de la serie SOCOM, una saga de disparos en tercera persona cuyo punto fuerte radica precisamente en el online.
Consciente, sin duda, de la saturación actual de shooters y de la necesidad de incorporar, por tanto, elementos diferenciadores, Operation Raccoon City no se limita a lucir el título de Resident Evil en sus créditos, sino que además apela a la nostalgia del aficionado, proponiendo un retorno a los hechos acaecidos en la segunda y tercera entregas de la serie, aunque ahora desde el punto de vista de la corporación del paraguas, que decide enviar un escuadrón militar a la famosa ciudad con objeto de eliminar cualquier indicio que la involucre en el desaguisado zombie.
A lo largo de los siete capítulos de los que consta la campaña recorrerás, por tanto, parte de los escenarios que visitaste hace más de una década e interactuarás con algunos de los personajes clave en aquel entonces. En un acto de atrevimiento un tanto cuestionable, mezcla de apetito económico desmesurado y cierta falta de escrúpulos hacia su propia historia, Operation Raccoon City te permitirá incluso alterar los acontecimientos narrados en su día, acentuando con ello la falta de rigor argumental típica de la serie.
La máquina que diseña Slant Six Games para regresar al pasado asume todas las convenciones actuales del shooter: linealidad, tercera persona con cámara al hombro, sistema de coberturas regulero, artillería principal y secundaria, granadas diversas, mejora de habilidades o perks, etc.
Como la cosa va de intercambios de plomo y a finales del siglo XX los zombies aún no habían aprendido a disparar, el estudio añade al mejunje un ejército gubernamental armado hasta los dientes con el que deberás verte las caras, por lo que la experiencia oscila entre avalanchas de no muertos y el combo tiroteos/coberturas típico de cualquier título de acción actual.
En ese sentido el juego entretiene sin destacar. No hace nada absolutamente mal aunque tampoco absolutamente bien, y en ocasiones desprende cierto tufillo a genérico. Existe, no obstante, una circunstancia que actúa como un auténtico lastre y que echa por tierra lo que en principio iba para shooter del montón: la inteligencia artificial aliada. Operation Raccoon City incluye en su propuesta un modo campaña con cooperativo de hasta cuatro jugadores, que sólo funciona en compañía de amigos y en la medida en que la IA permanezca al margen. En el momento en que ésta asuma el control de tus compañeros, la partida se convertirá en un auténtico circo.
En términos generales la mejor inteligencia artificial aliada que puede ofrecer un videojuego a día de hoy es aquella que cumple dos requisitos:
Adopta un papel eminentemente defensivo, dejando la iniciativa homicida al jugador para que éste se convierta en el amo del cotarro. Ir acompañado por unas implacables máquinas de matar que aniquilan al enemigo cuando tú aún estás desenfundando sería, por poner un ejemplo extremo, un tostón inaguantable.
Se comporta como el buen árbitro de fútbol, que pasa desapercibido durante el partido y al finalizar éste nadie se acuerda de él ni de sus familiares directos.
En corto: la IA aliada de un videojuego ha de permanecer en un segundo plano y no cometer errores graves. Pues bien, Operation Raccoon City no cumple mínimamente con ninguna de estas dos exigencias. Es más, parafraseando a Marsellus Wallace, podría decirse que está a mil jodidas millas de acercarse. Unos pocos minutos dándole al pad son suficientes para constatar la imbecilidad de tus compañeros y el apego especial que sienten hacia elementos tales como:
El enemigo: la presencia de un nutrido grupo de zombies/soldados en la lejanía no impedirá que corran hacia ellos alborozados.
Tu munición: con frecuencia se situarán en tu línea de fuego prestos a ingerir todos y cada uno de tus proyectiles.
Las hogueras: cualquier objeto ardiendo en las proximidades atraerá irresistiblemente su atención y acabarán consumidos por las llamas.
Las esquinas: singular predilección que pone de manifiesto la probable existencia de un turbulento pasado en sus vidas.
En definitiva, si en cualquier situación, escenario o combate del juego existen una serie de posiciones que conviene evitar a toda costa so pena de fallecer, lo habitual es que tus compañeros se dirijan hacia allí con total despreocupación. El juego te obliga, por tanto, a estar casi tan pendiente de ellos como del enemigo y termina convirtiéndote en tutor de una panda de retrasados mentales antes que en un soldado de élite.
Evidentemente este hándicap desaparece cuando juegas con amigos. Es ahí cuando Operation Raccoon City funciona con mayor solvencia, pero esto sólo obedece al hecho de que alguien con criterio sostiene el pad y, por tanto, el deficiente código desarrollado por Slant Six Games permanece en silencio.
En general cualquier multijugador se basa en un concepto un tanto engañoso y su análisis ha de hacerse con especial prudencia. Es indudable que un título que permite compartir partida con amigos de forma satisfactoria implica necesariamente la existencia de un trabajo de programación y diseño bien hecho, pero no es menos cierto que las cosas casi siempre ganan en compañía de alguien, y eso es algo que puede llevar a considerar como destacable o sobresaliente lo que no pasa de correcto, a tildar de bueno lo que sólo es divertido en la medida en que lo sean tus amigos. Torrente 4 también mejora con colegas y unas birras, pero la calidad de la película es la que es.
Operation Raccoon City combina, en definitiva, un multijugador apañado con un modo individual deficiente. Consciente de sus carencias y de la masificación del género, confía ciegamente en su propio nombre y apela a la morriña del aficionado, situando el campo de batalla en el corazón de Raccoon City. Pero ahí es donde radica precisamente su error de cálculo: la nostalgia no nace del escenario, sino de la jugabilidad. Cuando cojas el pad en ningún momento tendrás la sensación de revivir bajo otra perspectiva jugable los títulos que disfrutaste hace años. Tu percepción será más bien la de un shooter malo o del montón, según lo juegues sólo o acompañado, ubicado en un lugar en el que una vez viviste tiempos mejores. A la legión de fans de Resident Evil quizás le importe un comino los shooters online y probablemente a los aficionados a los shooters online le importen un pimiento Resident Evil 2 y 3. La pregunta ahora es sencilla: ¿A quién demonios le importa Operation Raccoon City?