Retroanálisis: The Chaos Engine
Jugando "a dobles".
En los 90 había una característica muy demandada en los videojuegos, que hacía que discriminásemos un juego frente a otro: que se pudiera jugar a dobles. Si un juego no era disfrutable en compañía de un amigo, no era, en muchos casos, una opción de compra.
Y el juego del que hablaremos hoy es uno de los mejores juegos para dos jugadores que se hayan hecho: The Chaos Engine.
En la listas de compañías míticas de los 90 hay una que se ganó un hueco en todas las jugotecas con títulos de la talla de Gods, Speedball o Xenon 2. Hablamos de The Bitman Brothers.
Esta compañía no sacaba juegos malos, así de simple. Sus juegos eran sinónimo de diversión directa, y eran muy característicos sus gráficos y música, que hacían fácil reconocer qué juegos pertenecían a su catálogo.
Y es que se notaba que provenían del mundo del Amiga, plataforma en la que salieron la mayoría de sus juegos, además de PC o consola. Colorido, animaciones tremendamente pulidas y una jugabilidad a prueba de bombas eran su firma.
En la listas de compañías míticas de los 90 hay una que se ganó un hueco en todas las jugotecas con títulos de la talla de Gods, Speedball o Xenon 2. Hablamos de The Bitman Brothers.
¿Qué pasó con ellos?
Los miembros originales se marcharon de la compañía en 2004 para montar su propia empresa, y a partir de entonces, privada de todo genio o talento, los restos de The Bitmap brothers sacaron juegos sin carisma alguno como Kill Switch o World War II: Frontline Command, que hundieron el legado en la más absoluta mediocridad.
Pero antes de semejante desastre, en 1993, The Bitman Brothers firma uno de sus mejores juegos: The Chaos Engine.
Inglaterra, siglo XIX.
Un viajero del futuro acaba en la Inglaterra victoriana, con tan mala suerte que sus conocimientos y tecnología acaban en manos del barón Barón Fortesque. Éste, usando dicha información, empieza a construir una máquina denominada "Chaos Engine", que dará a su creador poder sobre el tiempo y el espacio.
Y como pasa siempre, la máquina se vuelve contra su creador, lo engulle y manda a tomar por culo el continuo espacio/tiempo, creando una Inglaterra dominada por terribles criaturas y sumida en la más absoluta devastación. El mundo corta comunicación con el Reino Unido y se declara zona catastrófica.
Y es en esta pesadilla steampunk donde entran en juego seis mercenarios, cada uno con características diferenciadas, con la misión de llegar al corazón de Inglaterra, donde destruirán al Barón y a Chaos Engine.
Tras esta premisa da comienzo el juego, en el que un jugador controlará a dos mercenarios simultáneamente, o dos jugadores a uno cada uno. Y esa es la principal característica del título, la necesaria dualidad de personajes y su compenetración para poder avanzar. Porque aunque se pueda jugar sólo, con la IA llevando el mercenario que no estemos controlando, en este modo el juego no pasa de normal, y es en el juego a dobles cuando The Chaos Engine muestra que es pura diversión multijugador.
A lo largo de cuatro fases (el bosque, la factoría, la mansión y las alcantarillas) subdivididas a su vez en en subfases, el juego se desarrolla como un arcade de vista cenital con regusto a clásicos como Gauntlet, del que hereda la recogida de vida y objetos, así como "las mágias" para eliminar varios enemigos de una sola vez.
The Chaos Engine es un juego que representa la diversión de jugar "a dobles" de las consolas de los 90.
En cada subfase los jugadores recorren el mapeado, enfrentadose a enemigos que al ser eliminados sueltan monedas, buscando las antenas que habrán de activar para abrir la salida y acceder a la siguiente pantalla. Sin más. Como veis el planteamiento es muy simple, aunque incorpora cosas de juegos previos como por ejemplo la compra de mejoras, sistema que ya usaron The Bitmap Brothers en Xenon 2, con gran éxito.
The Chaos Engine es un juego que representa la diversión de jugar "a dobles" de las consolas de los 90. El que no ha jugado a Super Probotector o a Double Dragon a dobles quizá no entienda ese hecho que era pelear con un compañero de juegos toda una tarde, con los mandos completamente sudados y dando voces, insultándose por coger los items del otro y disfrutando en compañía de los juegos.
Y no, el Live NO es lo mismo.