Retrospectiva: Castlevania: Lords of Shadow
In Absentia Lucis, Tenebrae Vincunt.
Efectivamente, el subtítulo es de Hellboy; el lema de la Agencia Para La Investigación Paranormal captura perfectamente la sensación que transmite jugar al Castlevania: Lords of Shadow, ya sea porque está en latín y le da ese toque medieval o porque habla de la oposición luz/oscuridad, bien/mal. Como todos los Castlevania, el Lords of Shadow se cimenta en esa dicotomía eterna; sin embargo, en esta entrega la escala que alcanza el conflicto permite afirmar que este Castlevania es indudablemente más épico que sus predecesores.
Como todo en este mundo de inmediatez informativa, el momento adecuado para hablar de un juego que ha hecho todos los méritos del mundo para que se hable de él sin necesidad de una excusa concreta parece ser ahora que acaba de salir su secuela, el Lords of Shadow 2. Habiendo leído los análisis que se han hecho, la impresión que da es que el LOS2 no es que sea malo, es que no es el LOS. Me atrevería a afirmar que, después de más de 10 años desde la salida del Symphony of the Night, si Mercury Steam hubiese sacado el LOS2 sin sacar el LOS antes hubiera recibido una crítica mucho menos negativa de la que está recibiendo. Después de un Castlevania 64 los reviewers hubiesen recibido a este Lords of Shadow 2 como un aficionado al fútbol recibe la noticia de un gol de su equipo fuera de casa en Champions. El hack and slash en 3D bien hecho en caso de empate a exploración vale doble. Se le hubieran perdonado los fallos de los que se le acusa (linealidad en los niveles de la Londres futurista, unas secciones de sigilo frustrantes y limitadas, una narrativa con elementos que no encajan) en nombre de la nostalgia de poder volver a usar un látigo sin ser Indiana Jones, de poder escuchar el eco de los pasos de un Belmont sobre las piedras gastadas de un castillo gótico.
Pero no pudo ser. Mercury Steam ha tenido la mala suerte de ser genial antes de ser normal. Porque el Castlevania: Lords of Shadow es un título genial.
Es el LOS un título Diesirae. Un Carminaburana. Un LibrodelApocalipsis. Un juego que tiene que jugarse vestido en armadura medieval y gritándole a la pantalla "YOSOYLALUZ" mientras de fondo el Dolby Surround debilita la estabilidad estructural de los tabiques de la casa con el Réquiem de Verdi. Un juego épico de los de épica de toda la vida, con una dicotomía bien-mal LordoftheRingsstyle, un diseño artístico que se encarga cada diez segundos de recordarte que eres insignificante, nimio, que aquí en este castillo no hay baños pero si los hubiera créeme, amigo, no llegabas a la tapa, que todo tiene una seriedad y una importancia capital. Que si te paras a dar vueltas en círculos a Belmont con el joystick no estás haciendo el tonto: son las profetizadas "Vueltas del Día de la Verdad", en las que el Elegido girará en una plataforma móvil sobre los cuerpos de los enemigos vencidos mientras espera que llegue la cinemática (profetizada, también), por el bien de la Humanidad y para nada porque se aburre.
Un juego, en definitiva, en el que nadie sonríe desde hace cuatrocientos años, habitado por fuerzas de éstas que suelen habitar este tipo de mundos: hermandades de nombres obvios e historia ignota y ancestral, dioses paganos escondidos entre árboles, senderos que no llevan a ninguna parte salvo a un cofre y tribus de orcos con un sentido de la planificación urbanística peculiar, y malos en castillos (y en desiertos putrefactos y en ruinas abandonadas) con nombres que empiezan por "Señor/Señora de" y terminan por un sintagma nominal con el sustantivo en mayúsculas que suene a muerte. Como 'Los Licántropos', 'Los Vampiros', 'La Oscuridad' o 'La Trilogía Nueva de Star Wars'. Cosas que suenen a tumba y a desolación. A esperanzas que se abandonan. A puertas del Infierno.
Porque cada puerta en el LOS debería llevar grabado encima "Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate". No por su dificultad, sino por esa sensación de que es un juego que te presenta con LAPELEAMÁSIMPORTANTEDELAHISTORIA en la siguiente habitación. Y eso, si se hace bien, resulta en un juego memorable.
Y, efectivamente, se hace bien. Lords of Shadow es un juego al que se le ha acusado de ser un God of War semiaventurero; y nada más injusto. Porque es verdad que es un hack and slash, pero que no venga ahora Sony Santa Mónica a decir que inventaron ellos el espada-rodar-espada-decapitar-rodar porque tengo un amigo que se llama Dante (y no Alighieri) que lamenta discrepar y hacerlo con Ebony y Ibory desenfundadas.
El LOS es un juegazo en toda regla. Con una banda sonora orquestral de estas de tanta calidad que estoy seguro que los músicos de la sinfónica estarían en plan: '¿Pero esto es para un matamarcianos?' Provisto de un diseño artístico sublime, con gárgolas hasta en las columnas, lluvia ubicua, arañas de luces claramente ineficientes desde el punto de vista energético y reinvenciones del Laboratorio de Frankenstein rollo Tesla. Con una longitud inusual en el genre, tan inusual que cuando acabas la primera parte del juego y empiezas a extrapolar lo que te queda en función de la historia, te das cuenta de que acabas de empezar y miras la pantalla pensando que en cualquier momento te quitan la capacidad de atacar en tiempo real y pasas al combate por turnos. Además de plataformas, puzles y un nivel en el interior de una caja de música que es uno de los conceptos más geniales que he visto en tiempo.
En definitiva, música excelente, arte increíble, combate frenético, saltos guiados-pero-aceptables (quenodiganqueelUnchartedtienetelayahíllevasusdieces), puzles ocasionales y unos jefes finales memorables. Sólo podría fracasar un juego así si no tuviese buena historia.
Pero la tiene; y un final como no podéis imaginar, con una cinemática-epílogo de estas que te hace llorar sangre (jamás se usó mejor esa frase) y apuntar en tu lista de compras la secuela sin saber si existirá o si será buena, con letra indescifrable porque tu mandíbula está desencajada.
No sé si Castlevania: Lords of Shadow 2 ha sido tan decepcionante como dicen que es. Lo que sé seguro es que lo es, en parte, porque el Lords of Shadow vino antes. Porque el Lords of Shadow es mucho mejor de lo que yo digo que es.