Retrospectiva: Tetris
El videojuego que definió todo un género.
Por más que los videojuegos se hayan estandarizado y hoy en día juegue de forma ocasional hasta la abuela, hay todavía muy pocos títulos que sean internacionalmente reconocidos por su simple nombre. La mayoría de ellos, fenómenos como "Pokémon" o "NintenDogs", están más asociados a un abuso publicitario que en atraer realmente a jugadores de todas las edades y características.
Pero hubo un título, hace ya casi treinta años, que fue capaz de despuntar por sí solo, por su simple calidad, consiguiendo enganchar a millones de personas de todas las condiciones alrededor del planeta. En la actualidad, con probablemente más de un centenar de versiones y adaptaciones repartidas por todo el mundo, todavía sigue siendo noticia el lanzamiento de una nueva iteración para la consola de moda y raro es el sistema que no tiene su propia versión. Un videojuego que tras su aparente fachada de inocencia esconde una historia de conspiraciones políticas, tráfico de influencias y la última gran crisis del Comunismo en Europa.
Es el videojuego que definió todo un género: el mítico e inolvidable "Tetris".
Un videojuego desarrollado al otro lado del telón de acero
Hubo un título, hace ya casi treinta años, que fue capaz de despuntar por sí solo, por su simple calidad, consiguiendo enganchar a millones de personas.
Como en la mayoría de grandes títulos de la época, tras "Tetris" se esconde la figura de un único desarrollador. Pero lejos de las habituales mecas del videojuego como Japón, Inglaterra o Estados Unidos, "Tetris" fue desarrollado en la Rusia de mediados de los ochenta, donde el régimen comunista de la Unión Soviética está dando sus últimos coletazos de vida.
En Moscú encontramos la figura de Alexei Pajitnov, un joven ingeniero informático de gran talento que trabaja a tiempo completo en el centro de computación de la Academia Soviética de las Ciencias, un centro que vivió su época de esplendor formando a los geniales matemáticos que hicieron posible poner en órbita al Sputnik o los muchos logros de la carrera espacial rusa.
Al otro lado del telón de acero, lejos de grandes corporaciones como Intel o IBM, los rusos han desarrollado una compleja red de sistemas informáticos como los Elektronika o los Minsk, ordenadores que no tienen nada que envidiar a sus contrapartidas occidentales. De hecho, pese a que estemos acostumbrados a la imagen de una Unión Soviética en decadencia durante los setenta y ochenta, los progresos en tecnología electrónica de los rusos no son nada desdeñables. Es más, surgen ya por entonces algunos fabricantes de máquinas recreativas a imagen y semejanza de las occidentales, modelos que nunca salieron de su país de origen pero que tienen dedicado en la actualidad un museo en Moscú.
Pajitnov, con treinta años y una familia ya formada, es un apasionado de la ingeniería informática y la programación, pero también de los juegos de mesa y los rompecabezas. Concretamente le fascina un juego tradicional ruso, el Pentaminos, un sencillo pasatiempo para un único jugador que consiste en encajar varias piezas en un espacio rectangular. Obsesionado por su aparente sencillez y complejidad, Pajitnov ocupará los pocos momentos libres de los que dispone en su oficina, con la ayuda puntual de su colega Dmitry Pavlovsky, en programar una versión muy personal del clásico pasatiempo.
Como las partidas duraban relativamente poco, Pajitnov añadirá una vuelta de tuerca muy peculiar: las filas completas desaparecerán dejando sitio a nuevas fichas.
El resultado final, tras muchas pesquisas, será muy distinto al original. Pajitnov simplificará las fichas, limitará su variedad a tan solo siete modelos y creará un tablero al que van cayendo las fichas del cielo. Como las partidas duraban relativamente poco, Pajitnov añadirá una vuelta de tuerca muy peculiar: las filas completas desaparecerán dejando sitio a nuevas fichas. Es el verano de 1984, ha nacido oficialmente "Tetris".
En un país donde la noción de comercializar un videojuego es totalmente impensable, "Tetris" se distribuye libremente de mano en mano.
En pocos días "Tetris" se convierte en la sensación de la Academia de las Ciencias rusa. Prácticamente todos los Elektronica 60 del centro, el ordenador sobre el que Pajitnov ha desarrollado el juego, tienen su copia instalada con la que los ingenieros llegan a pasar horas embobados frente a la pantalla. Algunos de esos compañeros ayudarán a mejorar el juego, añadiéndole color y sonido, mientras que otros como Vadim Gerasimov (actualmente trabajando en Google) programarán versiones para otros sistemas como el estándar PC de IBM.
En un país donde la noción de comercializar un videojuego es totalmente impensable, "Tetris" se distribuye libremente de mano en mano, primero por toda la ciudad y finalmente por toda la Unión Soviética, llegando incluso hasta las alejadas fronteras de países satélite como Hungría, donde el juego aprenderá su primera lección avanzada en Capitalismo.