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Análisis de RETSNOM

Juego de espejos.

Un interesante indie, obra de un solo hombre, que mezcla la recurrida fórmula de puzzles y plataformas con una lograda mecánica de espejos.

SOMI es un joven coreano que desarrolla videojuegos en su tiempo libre. Después de crear varias aplicaciones para iOS lanzó Rabbit Hole 3D -su primer videojuego- en 2014, y desde hace algunas semanas ya está disponible su último y más ambicioso trabajo, una aventura de puzzles y plataformas de mecánica sólida que se desenvuelve bajo una interesante dirección artística.

Nos ponemos a los mandos de un padre cuya hija ha sido infectada por un virus zombi. Al parecer nuestra única opción de salvar a la pequeña pasa por viajar al futuro para infiltrarnos en unos laboratorios donde, presumiblemente, habrían desarrollado una vacuna contra dicho virus, y robarla. Sin embargo, cuando llegamos nos encontramos con un inquietante panorama: el equipo de investigación científica se ha escondido en el laboratorio (por donde ahora campan a sus anchas unas repugnantes masas antropomórficas), en las profundidades de un laberinto de espejos creado a tal efecto.

El elemento espejo es clave para entender RETSNOM, desde el título ("MONSTER" al revés) hasta la mecánica principal, pasando por el mencionado argumento e incluso la estética. Esta mecánica espejo se define por la posibilidad de invertir segmentos del escenario. Podemos despiezar el escenario que tenemos delante y desplazar segmentos del mismo en varias direcciones. La inversión del escenario, como si de la imagen reflejada en un espejo se tratara, permite desplazar fragmentos del mismo a la izquierda o a la derecha de nuestra posición, o en dirección arriba-abajo y abajo-arriba, en el caso de los espejos cóncavos. Esto nos permite cambiar la disposición del entorno para crear plataformas, descubrir caminos, revelar objetos ocultos, o deshacernos de enemigos sepultándolos bajo el propio escenario.

Probablemente Fez sea una de las principales referencias rastreables en RETSNOM, salvando las distancias en cuanto al empleo de las dimensiones. En ausencia de un mundo poliédrico como el de Fez, donde giramos y giramos el escenario para destapar sus recovecos y secretos, aquí rompemos las cuadrículas de un escenario bidimensional para hacer lo mismo. La solución a los puzles pasa invariablemente por cargarse el escenario que nos viene dado para ver lo que esconde, y reordenarlo, darle sentido, para destapar (o construir) el camino correcto. Se equilibra bien la necesidad de cierto grado de abstracción mental con la experimentación jugable pura y dura, ya que no estamos ante un juego excesivamente sencillo; hay que planificar tanto como recurrir al ensayo-error.

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Otra referencia posible, aunque hilando aún más fino, sería Portal. La posibilidad de replegar los escenarios para desplazarse por ellos de forma no convencional, no lineal, guarda cierta similitud con la mecánica de portales. El contexto de un laboratorio y una línea de experimentación científica cuanto menos inquietante termina de apuntar en la dirección del juego de Valve como posible referente. En cualquier caso, el juego de SOMI no aspira ni a la copia ni al homenaje, se nota el esfuerzo por destacar los méritos propios.

Más allá del planteamiento y la ejecución a nivel mecánico que, como ya hemos dicho, están bien resueltos y proporcionan un reto pausado y complejo, RETSNOM tiene un par de interesantes detalles que le dan un toquecito personal, un punto a su favor en un mercado superpoblado de buenos juegos pequeños y/o de juegos independientes carne de bundles varios y rebajas masivas de Steam, susceptibles todos de caer en ese inmenso cajón de títulos a los que nunca jugaremos. En el caso de RETSNOM, éste consigue generar una ambientación inquietante provocada por tres cosas fundamentalmente: la imaginería del espejo que se inserta hábilmente en todas las parcelas del juego, una banda sonora distinguida, fúnebre y un tanto cíclica (apelando de nuevo a la naturaleza reflectante del espejo), y la manera en que el juego reproduce la mecánica de suicidio (esto es, cuando debemos reiniciar el nivel tras caer en un callejón sin salida): el pobre hombre, desesperado por fracasar en la búsqueda de la cura para su hija, empieza a golpearse la cabeza contra el suelo hasta reventarla.

En definitiva, RETSNOM es un juego acertado con las suficientes virtudes como para merecer la atención de aquellos aficionados a los juegos de puzzles y plataformas que busquen un reto, pero cuyo ritmo de avance, pausado y reflexivo, puede echar para atrás a los que busquen un entretenimiento más directo y accesible. Y cabe destacar lo que quizá sea lo más interesante del juego: la acertada ambientación estética y musical que apuntala la mecánica espejo en forma y fondo.

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