Rhythm Paradise
El paraíso nunca estuvo tan cerca.
Cada tema tiene su ritmo y tempo propio, que se encargarán de marcarnos al principio de la misma. Podremos practicar los diferentes movimientos antes de empezar en serio, para que nadie se quede descolgado. La dificultad avanza escalonadamente, desde la sencillez de las escalas del primer minijuego hasta las veloces mezclas de los remixes, que nos obligarán a estar atentos al cambio de minijuego al más puro estilo WarioWare.
Pese a su gran número, todas son realmente originales y divertidas, y no tardaréis en buscaros la vida para que algunas tengan su sitio en vuestro reproductor de MP3. Pero es que no son simplemente buenas de por sí: la integración con los diseños es sencillamente perfecta: desde la cadena de montaje de "Robotellines" hasta la marcha militar de "Aves Marciales", los vídeos se unen en perfecta harmonía con la música para dar lugar a un conjunto inigualable.
¡Duua! ¡Duua! ¡Duuuuuuuuuuuua!
Los diseños, incluso por sí solos, rayan la excelencia. Cada minijuego tiene su estilo único y especial, de una factura impecable, que consiguen imprimirles una personalidad especial. En general son bastante sobrios, como puede demostrar "El Coro", que cualquiera con Paint y un poco de habilidad con el ratón puede replicar, aunque alguno incluso mete diseños en 3D. Sencillamente, tienen ese "algo" especial que logra que identifiques inevitablemente una melodía con un estilo gráfico.
El cartucho añade unas cuantas opciones para alargar la vida útil del título tras haber superado las 50 canciones de que se compone Rhtyhm Paradise. Mediante la obtención de medallas (cuando superamos una prueba con especial calidad) podemos desbloquear los "Juegos Sin Fin", "Juguetes Rítimicos" y "Clases de Guitarra", que si bien tienen una calidad bastante variable, son una agradable recompensa a nuestro esfuerzo. Además, si terminamos una prueba sin fallar nada, tendremos acceso a pequeños documentos donde nos comentan cosas relacionadas con el minijuego o incluso la posibilidad de escuchar la canción en nuestra propia gramola. Por decirlo de alguna manera, su ausencia no habría pesado mucho pero su existencia es muy acertada.
Rhythm Paradise posee una genialidad tan difícil de explicar con palabras como sencilla de comprobar a los pocos minutos de jugarlo. Realmente ingenioso tanto en su propuesta como en la puesta en escena, debería ser modelo de referencia tanto para los desarrolladores que se dispongan a crear juegos musicales como para los de recopilatorios de minijuegos. No es un caramelo para todos los paladares, ya que su excesiva dificultad echara para atrás a más de uno. Termino recomendando que no os asuste la propaganda que parece anunciar un "Music Training", porque en realidad estamos ante una de las grandes joyas de Nintendo DS.