Sam & Max: Más Allá del Tiempo y el Espacio

La subversión es un atributo que no por casualidad recae en los personajes cómicos. Sólo un personaje como el Coyote puede renacer infinitamente y sobrevivir a cualquier percance sin que nuestra rígida percepción del tiempo y el sentido se rebelen contra esta patente violación del orden cósmico. Un personaje de comedia puede decir lo que quiera, puede hacer lo que quiera, puede repetirse cuanto quiera: el tiempo como lo conocemos no se le aplica, ni las exigencias narrativas tampoco, y por eso la comedia es y puede ser siempre subversiva. No hay mejor manera de poner patas arriba el mundo que entre carcajadas. Y los guionistas de Sam & Max lo saben perfectamente: su humor es corrosivo, apabullante, absurdo, excesivo, genial y subversivo en todos los sentidos, y así se ha mantenido desde los cómics originales hasta los videojuegos y la serie de dibujos animados.

Llega ahora a Xbox Live Arcade Sam & Max Más Allá del Tiempo y el Espacio, casi un año después de su lanzamiento para PC vía Steam. Para aquellos que no estén familiarizados con las aventuras de esta pareja de policías freelance haremos una breve ronda de presentaciones: Sam es un perro detective impecablemente elegante que porta en su sobaquera un inmenso revólver tipo “alégrame-el día”; Max es un conejo blanco y sociópata, amante de las Luger y, a la sazón, actual presidente de los Estados Unidos de América. Ambos dedican su tiempo libre a viajar (también a través del tiempo) en su DeSoto y a desfacer entuertos, ocasionalmente salvando a la humanidad. El mundo en el que viven es una versión mucho más divertida del nuestro mismo, en el que cada objeto que examinemos llevará aparejado algún diálogo que oscilará entre lo gracioso y lo descacharrante.

Sam & Max Más Allá del Tiempo y el Espacio es una aventura gráfica point-and-click contemporánea de manual: escenarios 3D plagado de objetos sobre los que plantar nuestro puntero para interactuar, un cajón de sastre en el que guardar cosas que podremos combinar y montones de personajes secundarios con los que mantener tronchantes conversaciones. Porque un roedor desnudo, desquiciado y presidente de los USA no es, en absoluto, el personaje más extraño que conoceréis en este juego.

Esta nueva entrega de Sam & Max está compuesta de cinco episodios (desde que Telltale Games se hizo cargo de la franquicia, Sam & Max es una especie de serie con temporadas de cinco episodios que se pueden adquirir por separado y en orden para PC o que se pueden comprar en un pack completo). Cada episodio tiene su arco argumental propio y viene a durar como entre cincuenta y setenta minutos, se pueden jugar por separado y en cualquier orden y están ambientados en diferentes lugares y épocas. Este título es una ensalada jugable, repleta de puzzles, combinaciones estrambóticas y minijuegos de habilidad, dispuesto todo ello con un buen saber y una habilidad envidiables; un delicioso manjar para el intelecto y el sentido del humor.

El envoltorio sensorial de Sam & Max Más Allá del Tiempo y el Espacio es suficientemente agradable. Excelente doblaje inglés –con actores mucho más que solventes–, músicas y efectos que te acompañan de la mano hasta el corazón mismo de cada historia y un diseño impecable aunque ligeramente afeado por unos gráficos sólo correctos. Nos imaginamos lo mucho que un juego como éste se habría beneficiado del cel-shading, por ejemplo.

Sólo se le pueden hacer dos críticas en términos globales. La primera es que, puestos a presentar en consola una aventura gráfica de este tipo, no habría estado fuera de lugar implementar un esquema de control menos acartonado. Todos sabemos que, en una point-and-click, pones el puntero en donde quieres que tu avatar vaya y haces click para que llegue hasta allí, pero en un juego en el que se exige mucho desplazamiento (como es el caso), habría sido de agradecer poder controlar a Sam con el stick izquierdo y el puntero con el derecho, ya que tenemos un mando que lo permite. Así, el ritmo resultaría mucho más ágil e inmediato. La segunda crítica es que los subtítulos, los cuadros de texto y todas las etiquetas están compuestos en terrible y ominosa Comic Sans, algo que debería ser constitutivo de delito en cualquier paradigma legal del buen gusto.