Sam & Max: The Devil's Playhouse
Analizamos la 3ª temporada al completo.
Anticipando la season finale aparece Beyond the Alley of the Dolls, el episodio con mayor carga argumental, que se recupera del bajón del tercer episodio y vuelve por los buenos fueros de los dos primeros episodios. En esta ocasión, una especie de invasión zombie (mejor dejo que descubráis vosotros mismos quiénes la llevan a cabo) obliga a los protagonistas a refugiarse en el restaurante de Stinky, desde donde se está llevando a cabo una conspiración que puede poner en peligro el universo tal y como lo conocemos. Para la ocasión se nos ofrecen múltiples respiros del típico point & click, incluyendo uno de los puzles más intrincados de la temporada, de los que obligan a sacar lápiz y papel para resolverlos.
The City that Dares Not Sleep cierra la tercera temporada de forma excepcional, con un episodio épico, que incluye reapariciones de viejos compañeros de andanzas a mansalva, Max desatado hasta un punto que no habíamos visto nunca, un ligero tufillo a serie B encantador y más de una sorpresa, casi todas relacionadas con la nostalgia. Todas las piezas de la maquinaria que comenzó con The Penal Zone encajan a la perfección, hasta el más insignificante tic de los personajes tiene su consecuencia aquí y dan lugar a un final de temporada que –aún siendo autoconclusivo– pide a gritos una cuarta temporada donde seguir desarrollando las historias de todo el elenco de personajes.
Gran parte del mérito del nivel alcanzado esta temporada recae en un elenco de dobladores genial, con especial mención de William Kasten bordando el papel de Max, que a ratos se come la pantalla por su espectacular carisma. Por supuesto, íntegramente en inglés, ya que Telltale parece seguir condenando a los jugadores a esperar a que alguna distribuidora se digne a sacar las temporadas en formato físico o que alguna pagina de fansub trabaje en ello para que sus juegos reciban traducciones a cualquier idioma que no sea el inglés.
La banda sonora por su parte, deja en ridículo las ya excelentes piezas de las anteriores temporadas, introduciendo una cantidad enorme de melodías nuevas para acomodarse los numerosos escenarios que visitamos a lo largo del juego (probablemente es la temporada en que menos visitamos el escenario donde viven nuestros protagonistas,"Straight & Narrow"), para evitar el tedio de, por ejemplo, Beyond Time & Space.
Todos los episodios los hemos probado en Playstation 3 y Pc para comprobar las diferencias, que van desde un control adaptado a la máquina de Sony, que a día de hoy parece la mejor traslación del Point & Click a un joystick a las inevitables deficiencias del port del motor Telltale (que no me cansaré de repetir que debería recibir un lavado de cara), que presenta mayores tiempos de carga y una calidad gráfica similar a la de una configuración media/baja en su versión de sobremesa. Entre un PC con una cierta potencia y una PS3 la balanza se decanta claramente por la primera opción. Estas diferencias, incluyendo una profusa explicación del control PS3, fueron discutidas con mayor detenimiento en el análisis del primer episodio.
Sam & Max: Devil's Playhouse mira por encima del hombro al clásico de LucasArts en sus momentos más brillantes, que son la gran mayoría, y sólo se le puede echar en cara la carencia de ritmo y originalidad del tercer episodio. Con un argumento delirante que explota la fórmula episódica como nadie, puzles ingeniosos a mansalva (especialmente gracias a la ayuda de los juguetes psíquicos), gameplay más variado que en anteriores entregas y toda una galería de secundarios de lujo que acompañan a los despóticos protagonistas, esta tercera temporada de Sam & Max es probablemente el mejor trabajo que Telltale ha realizado hasta la fecha.