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Samurai Warriors 3

El Japón feudal según Chuck Norris.

Jugar un poco más es apreciar la estrategia, no olvidar nunca que no estamos solos ni para lo bueno ni para lo malo. Acudir en ayuda de nuestras tropas si es necesario eliminar un grupo de arqueros, ninjas, o de tiradores. Escuchar si nuestros generales aliados solicitan ayuda cuando están en apuros y mantenerlos con vida contribuye a asegurar los objetivos. Inspeccionar el terreno con la premura del tiempo, buscar el punto flaco para hacer más daño –por ejemplo, atacando desde detrás–, utilizar sabiamente el poder de nuestro personaje (tiene tres ataques: el normal, el fuerte y el súper fuerte), aplicar correctamente las mejoras disponibles sobre el arma en función de nuestro estilo de lucha…

Sí, se podría hablar de repetitivo, pero si te gusta el estilo engancha, como lo hicieron algunos de sus antecesores. Entre sus puntos más negativos está el de no explotar ni siquiera una Wii, sigue pareciendo un juego de PS2 donde se ha dopado la resolución en pantalla, pero los ejércitos son clones de un único modelo: diseña un picador y repítelo cien veces, ya tienes un ejército completo. Bueno, casi, los ejércitos tienen también ninjas, tiradores de algo parecido a trabucos, arqueros y soldados rasos; todos reproducidos de forma exacta y con un único distintivo de bando, el color.

También es cierto que los generales, tanto aliados como adversarios, ofrecen un detalle mucho más rico: tienen sus propias armas y resaltan entre la multitud gracias a unos rasgos físicos con un estilo claramente manga. Su inteligencia artificial está más elaborada –los soldados estándar tienden a quedarse quietos o a correr frente al enemigo– y su mera presencia hace subir la moral de cada batallón. Es importante que lleguen vivos al último escollo, su ayuda se hace inestimable conforme avanza el juego.

Gráficamente no hay nada sorpresivo, incluso el movimiento de la cámara, vital entre semejante marabunta, es lento e impreciso, suerte que cuenta con un botón para situar la vista justo detrás, mucho más práctico que llevar la cámara hasta ahí. Y en cuanto al manejo, si no tienes un mando de Gamecube o un Clásico ya puedes ir a por uno, en teoría con el mando de la Wii puedes controlarlo pero en la práctica… Será mejor que te hagas con uno porque todo va con cruceta, stick, botones, gatillos y nada que apuntar.

Los textos en pantalla son en castellano y las voces en inglés. Las secuencias que ilustran el modo historia lo hacen de forma bastante interesante, CGIs donde podremos comprobar la perfecta fusión entre realidad y ficción y un buen punto de partida en cada capítulo. Y tal como he comentado anteriormente, además del modo principal el juego cuenta con los típicos Survival y demás, pero el que yo realmente sigo echando en falta es el cooperativo a través de Internet, el cual representaría el verdadero plato fuerte y la revolución de una saga que vuelve a sus orígenes pero que sigue sin convencer a la crítica.

Samurai Warriors 3 es juego no apto para todo tipo de públicos y a la vez es muy exigente con la destreza en el pad. Se podría pensar que todo se limita a ser un súper-luchador en pos de la victoria, capaz de rebanar a decenas de soldados enemigos con un solo golpe, pero en realidad hay algo más que lo convierte en un buen juego.

¿Más de lo mismo? Probablemente. Entre este y el Strikeforce me quedo con el segundo porque tiene más variedad y el motor gráfico está algo más depurado. Pero esto no quita que Samurai Warrior 3 sea un título fiel juego a la saga que no va a decepcionar en absoluto a quienes les gusten este tipo de juegos.

6 / 10

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