Política de análisis
Tal y como anunciamos a principios de la semana pasada, Eurogamer.es abandona a partir de hoy el tradicional sistema de notas en los análisis de videojuegos para apostar por una nueva política de puntuación. Se acabó la nota sobre diez que hemos estado utilizando desde nuestra fundación en 2008 y también las bromas con si un determinado juego es "mejor que Halo". Es el fin de una era.
A partir de ahora haremos pequeños resúmenes en cada análisis para que de un vistazo rápido conozcáis nuestra opinión, que es lo que venía a representar el viejo numerito al pie, e implementamos también un sistema de recomendaciones en el que algunos, pero no todos los juegos recibirán los calificativos Recomendado, Imprescindible o A evitar. Como resultado de estos cambios dejaremos de aparecer listados en el agregador Metacritic, por cierto.
Son cambios importantes, lo sabemos. Por eso os hemos preparado este pequeño resumen con todo lo que debéis saber sobre la nueva política de puntuación.
Los juegos están cambiando... y sus análisis también
Durante los últimos años el sector del videojuego ha cambiado de forma radical, especialmente en lo que respecta a su desarrollo y distribución. Ahora se da por hecho, gracias a la distribución digital, que la mayoría de ordenadores y consolas están permanentemente conectados a internet. Eso ha provocado que algunos juegos evolucionen hasta el mismo día de su lanzamiento. Otros se publican incluso antes de estar terminados, gracias a iniciativas como el Early Access. E incluso hay títulos que nunca dejan de cambiar y evolucionar, meses y años después de ponerse a la venta.
La popularización del juego online también ha cambiado nuestras expectativas, ha alterado el diseño de muchos juegos, ha introducido nuevos retos técnicos y ha aumentado la interacción entre los juegos y su público. Puede decirse, sin temor a equivocarse, que muchos títulos con importantes componentes sociales y online no pueden probarse y entenderse hasta que llegan a las manos de todo el mundo.
¿Qué implica todo esto? Que nuestro trabajo analizando juegos se ha convertido en algo muchísimo más complejo. Las circunstancias de cada análisis son diferentes, y a menudo nos encontramos ante nuevos retos que no existían el día anterior. Hay montones de cosas nuevas a tener en cuenta y sutiles detalles que antes no tenían importancia ahora pueden resultar vitales.
En Eurogamer nos gustan estos retos, y hemos trabajado duro para estar preparados para ellos. Recientemente, sin embargo, hemos notado que nuestra política de puntuación dificultaba la consistencia de nuestra línea editorial. Debíamos corregir esta situación.
A finales del año pasado decidimos de forma interna tomar una decisión bastante compleja para solucionar estos problemas: eliminar las notas y mejorar aún más nuestra política de análisis.
Las notas ya no sirven
No es, ni mucho menos, la primera vez que discutimos acerca de la posibilidad de eliminar las notas en la web. Lo hemos comentado públicamente en redes sociales, por ejemplo, y en la redacción también nos hemos peleado en más de una ocasión argumentando que un simple número es una forma demasiado simplista de resumir los análisis, a menudo desvirtuando la discusión sobre el juego. Pero por otro lado sabíamos que las notas también son una herramienta útil, un vistazo rápido que indica qué opina el redactor. Algo que, en definitiva, resultaba útil a nuestros lectores.
Creemos que eso ya no es así. En la situación actual las notas no reflejan de forma adecuada muchos de los asuntos que son importantes para vosotros. ¿Cómo puntúas un juego fantástico que, sin embargo, tiene problemas de conectividad en los servidores? ¿O un juego perfecto en todos sus apartados técnicos pero derivativo a más no poder en el jugable? ¿Y un título con un multijugador que funciona con la precisión de un reloj suizo pero que tiene una mala campaña individual? Si a eso le sumas, además, la percepción por parte del público de que un siete y a veces incluso un ocho son malas notas te das cuenta de que algo falla.
Las notas se han convertido en un problema. Para nosotros, para vosotros y, quizás lo más importante, para los propios juegos.
El nuevo sistema de recomendación
El elemento más importante de nuestro nuevo sistema es que en la parte superior de cada análisis aparecerá un breve resumen que indicará inmediatamente nuestra opinión sobre el juego (os ahorraréis la necesidad de ir hasta el final del texto, además). Esto es el titular, el indicador de lo que pensamos sobre él y que desarrollaremos de forma mucho más completa y extensa en el análisis. Será un texto breve, con la extensión de un tweet (ciento cuarenta caracteres, para ser exactos). Poco, sí, pero mucho mejor que un simple número.
Además, queríamos tener una forma de destacar aquellos títulos que nos provocan reacciones más fuertes. De esta forma, algunos juegos - e insistimos una vez más, no serán todos - llevarán sellos con las calificaciones Recomendado, Imprescindible o A evitar. ¿Qué significa exactamente cada uno de ellos?
- Recomendado. Son juegos que merecen tu atención, divertidos y atractivos, pero no perfectos. Puede ser un título con malos gráficos pero mecánicas brillantes y originales, o bien uno técnicamente muy competente pero más derivativo de la cuenta. Son, en definitiva, buenos juegos de cuya compra no te arrepentirás, pero podrían haber dado uno o dos pasos más para alcanzar la excelencia.
- Imprescindible. La palabra lo dice todo: son aquellos juegos que todo el mundo debería probar y con los que no tenemos ningún tipo de reserva a la hora de recomendar su compra. Aquellos que elevan al medio, que representan lo que debe ser un videojuego, que nos emocionan con especial intensidad. Evidentemente encontraréis muy pocos juegos con esta calificación cada año, pero cuando veáis uno id de cabeza a por él.
- A evitar. Esto también es bastante descriptivo. Este sello se lo llevarán aquellos juegos que directamente tengan errores muy graves a nivel de diseño, tecnología o concepto, factores que hagan imposible recomendar su compra y con los que pensemos que es mejor que no perdáis el tiempo. Son títulos desastrosos sin factores positivos que los rediman. Al igual que en el caso anterior, veréis pocos juegos con esta calificación cada año, pero por razones muy diferentes: lo normal es que las distribuidoras y desarrolladoras directamente no nos los envíen.
- ¿Y qué pasa con los juegos sin sello? Pues que serán la mayoría. Típicamente serán juegos con algunas cualidades recomendables, pero con los que tenemos reservas importantes. Aquí encontrarás, por ejemplo, un juego de franquicia que no añada nada significativo respecto al año anterior, un juego independiente con un precioso diseño visual pero un diseño irritante o un juego bien hecho pero derivativo y con una historia poco atractiva. En estos casos os será útil el resumen para saber si os puede interesar o no.
Otros detalles a considerar
El mayor cambio en la política de los análisis es el sistema de recomendaciones, pero no es el único. También hemos decidido reforzar otros aspectos, como por ejemplo no analizar juegos en eventos de prensa (para los análisis todos se jugarán en nuestra oficina) o retrasar los análisis el tiempo necesario para que el texto sea plenamente representativo de él, ya sea probando los servidores online tras el lanzamiento si este es uno de sus principales alicientes o jugando todo lo que haga falta si el embargo no lo permite. Y no, no vamos a actualizar los análisis; si un juego cambia radicalmente seguramente escribiremos un texto totalmente nuevo para poner las novedades en perspectiva en vez de hacer una simple edición reciclando una vieja opinión.
Esperamos que entendáis estos cambios y que estéis de acuerdo con nosotros en las razones para su implementación. En Eurogamer.es amamos nuestro trabajo y somos muy apasionados a la hora de hacer análisis sobre videojuegos. Trabajamos duro y continuamente pensamos en formas de mejorar. Lo que hoy se pone en marcha es el resultado de años de experiencia, un nuevo sistema que esperemos haga de nuestro contenido algo más útil para los lectores y que se adapte a los cambios sufridos por el medio tal y como este lo merece.