SingStar Dance y SingStar Guitar
Uno por el precio de dos.
Singstar Guitar
Esta edición parte con una cierta desventaja a la hora de ponerla en las fiestas, y es que al igual que el Singstar Rock en su día cuenta con un buen puñado de canciones relativamente desconocidas que a la gente le cuesta sacar a cantar. En esta ocasión algunas decisiones son realmente inexplicables, con canciones absolutamente desconocidas de los artistas españoles que suelen copar las listas de popularidad.
Sin embargo, una vez roto el hielo, se desenvuelve mucho mejor que su hermano con pelotita luminosa. Las canciones de Guitar amplían ligeramente la audiencia con la inclusión de temas de grupos como Kaiser Chiefs o Vampire Weekend, si bien casi toda la tracklist se compone de artistas como Estopa, El Canto del Loco y similares. Casi todo el mundo es capaz de encontrar alguna canción que le guste, al contrario que en Dance.
Las pistas de guitarra se quedan lejos de la calidad de Rock Band o Guitar Hero, ya que en ciertas ocasiones tendremos la sensación de estar aporreando botones al azar. Sin embargo, no es la tónica general, y durante el resto de tramos es perfectamente disfrutable. La principal queja con la guitarra es el reducido tamaño de la interfaz cuando combinamos voz y guitarra, especialmente sangrante en teles pequeñas.
Uno podría esperar que siendo un título dirigido a un público tan amplio la dificultad sería realmente baja, pero por suerte todos los modos están muy bien equilibrados, siendo el difícil casi análogo a cualquier canción en el mismo modo de otros juegos musicales. Lo que no aparece es un modo Experto, lo cual puede hacer la experiencia algo facilona para los más avezados con la guitarra de plástico.
6/10
Apunte final:
Analizados los dos títulos por separado, una pregunta salta inevitablemente a la palestra: ¿por qué no se ha lanzado un Singstar Vol.4 que incorporase Move y guitarras en lugar de sacarlos por separado? Si bien algunas canciones de ambos volúmenes parecen dirigidas a públicos dispares, la verdad es que la mayoría se podrían haber intercambiado sin demasiado problema, especialmente las de grupos españoles. Al final ha terminado pesando en el veredicto el hecho de que parezcan mitades de un juego más que dos Singstar con entidad propia.