Sly Cooper: Thieves in Time
Fiel rediseño.
Lo mismo puede decirse del juego. Siguiendo ligeramente el legado de la historia de Sly 3, Sly Cooper: Thieves in Time explica cómo la máquina del tiempo de Bentley cobra vida y las páginas del Thievius Racoonus acaban desperdigadas por la diferentes momentos de la historia, una buena excusa para visitarlos. En la demo, probamos el Japón feudal.
Es lo mismo de antes, pero ligeramente diferente. Murray y Sly, los dos personajes jugables en la breve secuencia de plataformas que enseñaron, han sufrido sutiles rediseños: la generosa figura de Murray es más redondeada y Sly tiene la mandíbula de una estrella de cine.
Del mismo modo, a nivel jugable tiene una cálida aura de familiaridad, aunque muestra algunos retoques bastante inteligentes. Su núcleo sigue siendo la mezcla de plataformas, sigilo y puzzles; Murray y Sly se separan al principio de la demo, y el jugador debe cambiar entre el muscular Murray y el ágil Sly para progresar por un nivel plagado de mortales trampas.
Uno de los añadidos de Sanzaru a la fórmula Sly Cooper mejora un poco la cosa. Los trajes, que antes se usaban para los elementos de sigilo como disfraces, ahora tienen poderes especiales. Nos enseñaron dos: un traje de ladrón permite ralentizar el tiempo, habilidad que se explota en un gentil puzzle temporal, mientras que el otro es una armadura que hace que Sly sea más lento pero le vuelve invulnerable al fuego.
Ese traje se utiliza en una batalla contra un jefe final, un duelo en el que Sanzaru juega con el guión original. Sly se enfrenta a El Heffe, el tigre que fuma puros al que Nolan North presta su voz, en una escena que muestra un nivel de escala impresionante.
El enfrentamiento empieza en la parte superior de una torre en llamas - aquí es donde ese traje de armadura tiene bastante utilidad - y con El Heffe atacando a Sly en oleadas, mientras Sanzaru hace varias gracias demostrando que ha entendido el lado cómico de la saga a la perfección. Una suave sección de plataformas nos lleva al segundo enfrentamiento con El Heffe mientras la torre se derrumba, para acabar con una pelea a mano a mano.
Como espectáculo quizás le falta la vistosidad de otras franquicias de Sony, pero tiene un profundo respeto por una saga que todavía goza de muy alta estima por parte del público. Cuando se publicó Sly Trilogy dijimos que una eventual cuarta entrega lo tendría difícil para estar a la altura. El Sly de Sanzaru, sin duda, parece estarlo, y aunque la desarrolladora esté siendo bastante conservadora, tras seis años este será seguro un regreso más que bienvenido.