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Análisis de Sniper Elite 5 - La mejor entrega de la mejor saga de juegos de francotiradores

Oh là là, le francotirateur.

Eurogamer.es - Recomendado sello
Partiendo de los sólidos cimientos de la saga, Sniper Elite 5 amplía y mejora la propuesta con más mecánicas y una escala nunca antes vista.

Garth Ennis es un escritor al que podemos considerar, si somos educados, polifacético. Hay otros términos mucho más contundentes para definirlo, claro está, pero lo cierto es que su trabajo suele orbitar alrededor de ciertos temas que se han ido perfilando con claridad a lo largo de su carrera. Uno es, sin lugar a dudas, el profundo desprecio que siente por los superhéroes - sobre todo hacia el Linterna Verde Kyle Rayner y con la sola excepción de Superman - y el otro es su constante dedicación a expandir el cómic de género bélico. Y, como no puede ser de otro modo, Ennis siente una fascinación compartida con sus lectores por la solitaria, adusta y misteriosa figura del francotirador. Un arquetipo que, a la mínima oportunidad, introduce en todos sus tebeos de guerra, apuntando desde la lejanía y mandando un escalofrío por la espalda a quienes estén en el lado erróneo de la mirilla. Fury, Punisher o War Stories eran destellos de una admiración que culminó en Sara, un cómic publicado por la TKO en 2018 y que, nada más y nada menos, se dedicaba por entero a relatar la historia de una unidad de francotiradoras de la URSS en plena Segunda Guerra Mundial.

Mucha intro para, al final, contar que estas fantásticas señoras hacían lo mismo que Karl Fairburne, el protagonista de la saga Sniper Elite: pegar chetazos desde distancias imposibles a todo fascista que se cruce en su camino.

Uno podría pensar que, tras cuatro entregas principales y cuatro spin-offs de volarle las pútridas cabezas a nazis en versión zombie, a Rebellion se le están agotando las ideas - o, al menos, que estaría dormida en los laureles - a la hora dar continuidad a una de sus sagas más emblemáticas. Y, sin embargo, nada más lejos de la verdad: la desarrolladora británica no solo no ha dejado que su fórmula se estanque sino que, en esta quinta entrega, ha decidido echar el resto.

Ahora bien, Sniper Elite 5 sigue siendo, al fin y al cabo, parte de una de las sagas de juegos de francotiradores más queridas por los aficionados. Aquellos que lleven jugando desde el principio de la saga - y/o, sobre todo, desde las últimas entregas - percibirán que, en un primer vistazo, gran parte de los mimbres que soportan a esta saga se mantienen inalterados. Para quienes se asomen por primera vez a la saga, esto significará que, poco a poco, irán descubriendo un conjunto de mecánicas de gran solidez como aguantar la respiración para triangular dónde impactará nuestro disparo, un sigilo que se apoya en el sonido y la percepción visual de los enemigos o un esquema de control sencillo, preciso y que transmite muy buenas sensaciones. Si a esto le sumamos un árbol de habilidades que nos permitirá orientar nuestro estilo de juego hacia la confrontación o la infiltración y una cantidad monstruosa de customizaciones para nuestro armamento, el resultado es una entrega que amplía unos cimientos más que sólidos establecidos por sus antecesores. Dejando a un lado los aspectos jugables, Sniper Elite 5 mantiene un apartado técnico heredero de la anterior generación: su falta de músculo gráfico es compensada por una dirección artística colosal, niveles de una escala brutal y un apartado sonoro mimado en grado sumo.

Puntos estos que no son de extrañar, por otra parte, si tenemos en cuenta cómo se desarrolla la dinámica jugable de este Sniper Elite 5. Karl Fairburne es un operativo de las fuerzas especiales de los pies a la cabeza; especialista tanto en el combate cuerpo a cuerpo como en el manejo de cualquier tipo de arma de fuego, su punto fuerte es, claro, el disparo a distancia tras las líneas enemigas. En esta ocasión, esas líneas estarán trazadas en la Francia ocupada por los nazis y, salvo escasas y brevísimas ocasiones en las que contaremos con el apoyo de la Resistencia y los Rangers americanos, recaerá sobre nuestros hombros la responsabilidad de mellarlas en la medida de lo posible mientras investigamos qué o quién anda detrás del Proyecto Kraken, una oscura iniciativa sobre la que el Japón Imperial y la Alemania Nazi están redoblando esfuerzos.

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Para ello, nos desplegaremos en territorio enemigo con una ligera idea de cuáles serán nuestros principales objetivos, algún que otro encargo de eliminar a elementos clave en la cadena de mando enemiga y un mapa que nos ayudará a navegar por la zona. Y si he empleado “ligera idea” a la hora de referirme a esos objetivos es por un sencillo motivo: los servicios de inteligencia nos facilitarán informes muy pobres acerca de las ubicaciones, movimientos y detalles de nuestras asignaciones, por lo que, al igual que con muchos de los recursos que necesitaremos para llevarlas a cabo, será fundamental reconocer a fondo el terreno. Mapas, fotografías, conversaciones captadas entre oficiales y soldadesca o documentos confidenciales que iremos recabando conforme investiguemos nuestra área de operaciones irán estrechando el cerco sobre nuestra presa o presas. Pero, en muchas ocasiones, la mera capacidad de observación de Fairburne nos hará llegar a conclusiones igual de válidas, con lo que en nuestras manos quedará el optar por un acercamiento más pausado o uno mucho más contundente y directo.

Porque más allá de una mera pantalla al final de cada nivel que colocará nuestras acciones más cercanas a un estilo de juego u otro, la realidad es que Sniper Elite 5 se permite el lujo de no juzgar nuestras decisiones in-game. Tan es así, que va incluso un paso más allá que una de sus principales influencias, la última trilogía de Hitman, incorporando mecánicas de referencia del Agente 47 pero entendiendo que en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial no cabe un sigilo tan estricto. Así, todas nuestras acciones generan experiencia se oigan en el otro extremo del mapeado, hagan volar por los aires un tanque Tiger o eliminen a un oficial nazi con la mayor elegancia y discreción posible. Por si todo esto fuera poco, todo ello ve la luz en unos niveles en constante evolución, con misiones que se ramifican sin previo aviso, zonas a priori recogidas que esconden gigantescas bases secretas y objetivos secundarios que puede - o no - que nos faciliten la vida en posteriores instancias de la operación.

En última instancia, Sniper Elite 5 es, sin ningún género de dudas, la mejor entrega de toda la saga. Seguro de su propuesta y del núcleo de sus mecánicas que la apoyan, aporta novedades que encajan como un guante en la misma y, además, multiplica la ambición que vierte sobre el diseño de sus niveles. El resultado, como no podía ser de otro modo, es un fantástico juego de francotiradores al que pocos peros se le pueden poner. Lo que no significa que no los tenga; Rebellion es un estudio solvente y con experiencia, qué duda cabe, pero al que le falta el empuje de las grandes ligas para llegar a la excelencia. Fricciones en el movimiento de nuestro personaje, cierta ausencia de verticalidad y de acceso a un mayor número de áreas o colisiones poco amistosas con elementos del escenario son aristas que afean el resultado final y, en parte, evidencian cierta lejanía de la saga Sniper Elite con el pulido que otorgan los presupuestos de un triple A. Sin embargo, esas fricciones no consiguen desmerecer todas las demás sensaciones positivas que su jugabilidad nos transmite. Por eso, los que buscamos algo diferente en los juegos de disparos no podemos evitar volver a ponernos tras la mirilla del rifle de Fairburne. Tal es la fascinación que genera la figura del francotirador.

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