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Análisis de Snipperclips

El buen recorte.

Eurogamer.es - Recomendado sello
Un juego de puzles colorido, ingenioso y divertido que premia la creatividad y la experimentación en equipo.

Puede que 1-2 Switch, uno de los juegos de lanzamiento de la nueva consola de Nintendo que mis compañeros pudieron probar en condiciones etílicas adversas para realizar un concienzudo análisis, triunfe a la hora de hacer las veces de escaparate para mostrar la versatilidad de los mandos Joy-Con, y que, a pesar de sus evidentes carencias, sea el party-game que te llevarías a una fiesta en la azotea de tu vecino para alardear de nueva compra y echar la noche entre unas risas. Puede que así sea, decía, pero Snipperclips, otro de los juegos de lanzamiento para Switch, ejemplifica de forma mucho más orgánica y directa por qué la consola es tan versátil e ideal como dispositivo multijugador, como herramienta social, si queréis. No sirve de demo técnica para mostrarnos la intrincada tecnología que se esconde dentro de esos manditos, pero es tan juguete como lo es la propia consola, y ambos han sido concebidos y desarrollados teniendo en mente algo que resulta tan básico en los videojuegos como la cooperación. Por eso funcionan tan bien juntos.

Puede que os sorprenda, pero si tenemos que ponernos exquisitos, en realidad Snipperclips no es un juego que haya concebido la propia Nintendo, sino que nació fruto del trabajo del estudio independiente The Super Flash Bros, una desarrolladora inglesa compuesta por dos hermanos, Tom y Adam Vian. Y ni siquiera empezó como un juego de colaboración en el que un jugador debía recortar al otro en distintas formas para superar obstáculos de lo más variopintos, que es lo que ha acabado siendo el juego final, sino que en su concepción era un juego de lucha, competitivo en lugar de cooperativo. Lo que les hizo cambiar de idea fue que era más divertido jugar uniendo fuerzas. "Desde la primera build, supimos que el punto fuerte del juego era el multijugador cooperativo local," asegura Tom en una entrevista concedida a NintendoLife. "Y en seguida nos dimos cuenta de que, aunque el juego era divertido, tu experiencia dependía totalmente del trabajo en equipo. Si el otro te ignoraba, el equipo no avanzaba. En lugar de verlo como un problema, nos gustó la forma en que el juego destacaba la relación entre dos jugadores." Todo esto no es algo que no se pueda llevar a cabo en otras consolas, claro, pero lo que diferencia a Switch es que ninguna ha integrado ese concepto en su mismo diseño.

Las expresiones y animaciones de Snip y Clip son tan explícitas como adorables. Es un juego que transmite mucho con muy poco.

Pero no solo destaca por ser un juego cooperativo, porque ni es el primero ni necesariamente el mejor. Snipperclips tiene algo que hace que resulte esencial jugar con alguien al lado, porque desprende ese aroma a juguete nuevo, a esos bloques de madera que tus padres te compraban de pequeño y con los que podías experimentar de mil y una formas. Es simple en concepto y ejecución, lo que lo acerca más al pasatiempo de manual que al videojuego de masas, pero precisamente a partir esa premisa se desprenden un montón de posibilidades. Porque en Snipperclips juegas tanto con el entorno como con tu compañero (y me gustaría remarcar esto) para lograr un objetivo que, en ocasiones, puede no resultar tan obvio. Su planteamiento está claro: cada jugador controla a una figura con un extremo liso y el otro curvo (que, además, tienen cierto parecido con los propios Joy-Cons, lo que hace que la sensación de estar usando un juguete sea mayor) que tienen la habilidad de recortar sus formas cuando uno se solapa con el otro. Es posible girar a nuestro personaje para recortar al otro en ángulos de todo tipo con los que manipular y solucionar distintos puzles, o boicotear al compañero recortando aquel trozo que necesita justo en el momento exacto solo para echar unas risas y ver la expresión de frustración de su monigote.

Quizá tenemos que girar un engranaje dentado, y o bien podemos decantarnos por la fuerza bruta y empujar como si no hubiera mañana o recortar meticulosamente al compañero para que su cuerpo encaje con los dientes. O puede que haya que pinchar un globo. O quizá nos toca rellenar siluetas de distintas formas, por lo que hay que recortar con cuidado. ¿El objetivo es encestar una pelota de baloncesto? Fácil: uno sitúa su extremo curvo en el cuerpo del otro, recorta y ¡bam!, ya tenemos la hendidura necesaria para poder transportarla hasta su destino. O no, porque la física también juega un papel esencial en todos los minijuegos: si no hay el espacio necesario para que la pelota se acomode, un solo paso puede hacer que caiga de nuevo, reiniciando todo el proceso y buscando nuevas soluciones. Pero lo mejor no es solo que lo más divertido sea el proceso y no el objetivo, lo mejor es que no hay una sola forma de hacer las cosas porque Snipperclips abraza con mucho cariño las soluciones creativas, incluso aquellas impulsivas que nos llevan a la solución sin saber ni siquiera cómo. Porque el caos también es una opción.

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Lo que me lleva a insistir de nuevo en ese punto: como juego para un jugador, Snipperclips se queda corto. Está diseñado desde sus cimientos para jugar en compañía, y aunque puedes aventurarte sin problemas cuando la soledad llama a tu puerta, no lo recomiendo porque resulta frustrante estar cambiando constantemente de personaje. No porque resulte complicado hacerlo, sino porque en ocasiones no sabes muy bien a quién estás controlando, y resulta un poco engorroso alternar cuando la cosa está tensa y necesitas mover a ambos a la vez. Además de su modo para dos jugadores que nos lleva por 45 minijuegos distintos, Snipperclips cuenta con otros 21 diseñados para que jueguen de dos a cuatro jugadores, y otros cuatro que nos invitan a retar a duelos a nuestros compañeros, por lo que está claro que este es un juego para disfrutar con un amigo (o tres) al lado. Por la cooperación, como decía, pero también porque invita a cualquiera que esté mirando a compartir su idea de cómo deben solucionarse las cosas. Es un juego necesariamente social.

Snipperclips es una de las sorpresas del lanzamiento de Switch. Un juego de puzles diseñado de con mucho ingenio y repleto de personalidad que premia la cooperación y la experimentación, a pesar de que su contenido termina sabiendo a poco y de que no hay muchos incentivos para regresar a un puzle una vez resuelto. Es el típico juego que sacas para enseñar a tus amigos cuando el factor sorpresa de los minijuegos de 1-2 Switch ya ha amainado, y el que vende con soltura la filosofía integradora de Nintendo Switch. Porque al final, que tus amigos se pasen veinte minutos discutiendo cómo resolver ese puzle que se les atraganta hasta convertirlo prácticamente en un asunto de estado es la prueba inequívoca de que Snipperclips ha acertado.

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