Sonic Colours
Sin prejuicios, por favor.
A nadie se le escapa que uno de los motivos del desprestigio que han vivido los juegos de Sonic en los últimos años ha sido la merma de calidad que la saga ha ido experimentando entrega tras entrega. Más por errores de diseño que por falta de ideas el Sonic Team ha cavado en estos años una fosa tan profunda para su mascota que parece que le hará falta algo más que un muelle de salto para escapar y ver de nuevo ese cielo azul eléctrico de Green Hill Zone. Asimismo, recientemente el vicepresidente de marketing y ventas de SEGA en Estados Unidos, Alan Pritchard, apuntaba otro motivo de esta caída; reconocía que sí, que probablemente habían hecho demasiados juegos del erizo sin preocuparse mucho de que estuvieran a la altura de lo que se le exige al eterno/simbólico rival de Super Mario.
Dicho esto Pritchard ha dejado claro que la voluntad de SEGA para con su mascota es hacer menos juegos pero de mayor calidad; sin embargo, estas declaraciones hechas hace pocas semanas contrastan con la realidad. Ahora mismo acaba de salir a la venta Sonic The Hedgehog 4, hay dos juegos de Sonic en desarrollo (este Colours y Free Riders para Kinect), y la promesa de que veremos un par de proyectos nuevos sobre este personaje el año que viene. Desde luego no parece que este ejecutivo se tome sus palabras muy en serio; ahora bien, a tener de lo visto con el más que notable Sonic 4, no hemos de perder la esperanza en que los días de gloria podrían estar a la vuelta de la esquina. A Sonic Colours le tocará reafirmar el mensaje lanzado por el Sonic Team y Dimps, el de que Sonic vuelve a molar.
Antes de ponernos a los mandos de la copia preview que nos ha llegado a la redacción es un alivio saber que los equipos de desarrollo que se han encargado de este Colours son los mismos que se han encargado de Sonic 4 –si bien el enfoque que han adoptado es muy distinto. Mientras que Sonic 4 supone una vuelta radical y conservadora a los orígenes de Megadrive, parece que la pretensión de este Colors es aunar en un solo título lo mejor de todos los títulos de la saga desde la aparición de Sonic Adventure para Dreamcast hasta ahora, o lo que es lo mismo, coger (solamente) las fases de Sonic de las decenas de juegos en 3D que han salido desde entonces e intentar crear un nuevo juego a partir de todas ellas. El resultado es el esperado, un plataformas sobre raíles muy rápido, incontrolable y automático por momentos, pero Sonic al fin y al cabo.
Lástima que en este ejercicio de criba que han hecho para descartar las tonterías que a nadie gustaron de las últimas entregas –espadas, lobos, cuentos de las mil y una noches, aero-patines, etc– nadie haya pensado en descartar algo que es de cajón: a Sonic y compañía nunca se les ha dado bien eso de interpretar un argumento como si de una película se tratara. Es así amigos, nuevamente los creadores de este juego no han encontrado otra manera de explicar el argumento que haciendo que Sonic y toda su tropa hablen y hablen y hablen sin ningún tipo de gracia. De hecho, nadie le exige a los juegos de Sonic un argumento elaborado pero en SEGA parecen no entenderlo. Para acabar de rizar el rizo en esta ocasión la historia es tan absurda que acaba cayendo simpática: resulta que harto de cumplir fechorías al Doctor Ivo Robotnik le ha surgido de repente el remordimiento, y es por eso que ha decidido construir un parque de atracciones interplanetario como redención para con la humanidad. Como era de esperar al final no todo es tan bonito como parecía. Dos cosas escenas me llaman poderosamente la atención; primero, que en el parque no hay nadie, solamente Sonic y Tails; y la otra, cuando Robotnik anuncia que su parque ha sido contruido para pedir perdón por sus pecados Sonic suelta un convencidísimo "menos mal" que es de ser inútiles. De tan ridículo acaba siendo paródico y hasta cierto punto cachondo.