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Soplando las velas

El quinto cumpleaños de Xbox 360.

Eso no formaba parte del plan. Probablemente le haya causado más daño a Sony que a Microsoft, por supuesto, porque la marca PlayStation tenía un gran caché entre los jugadores casuales, mientras que Xbox siempre iba ligada con el jugador hardcore. El gran golpe en los primeros años de PS3 fue la combinación de la fuerza de Nintendo y una debilidad crucial en la posición de Sony, con la compañía intentando potenciar el (todavía entonces sano) negocio de PS2, dejando opciones limitadas para luchar con la moderna tecnología hardcore de Microsoft y la opción familiar y barata de Nintendo.

Pero esta semana podemos olvidar las fuerzas externas del mercado que han provocado esta extraña situación, para centrarnos en el logro conseguido por Microsoft. Independientemente de lo que Nintendo haya hecho bien o lo que Sony haya hecho mal, Microsoft ha hecho cosas extraordinarias en el negocio del videojuego durante los cinco últimos años. De hecho, ha conseguido algo que hasta hace poco muchos consideraban imposible - ha creado una marca con credibilidad y caché, una marca que ha sabido alejarse de las formales y muy poco queridas marcas de Microsoft, con el nombre de la propia Microsoft a la cabeza.

Xbox es, sin duda, una marca con atractivo, y no es así solo porque el marketing haya sido bueno, o porque la compañía haya fichado a las celebridades adecuadas para que hablaran de la consola en su tiempo libre. Es más bien una marca atractiva porque se asocia con una consola que usa una gran cantidad de gente, que la disfruta y la ama. Es una consola que ha atraído algunos de los mejores juegos de los últimos cinco años - de hecho, algunos de los mejores en toda la historia del medio - y cuyo diseño de hardware, desde un punto de vista técnico, ha resultado tener la suficiente vida y flexibilidad como para que todavía hoy sigamos viendo cosas nuevas en los juegos que jugamos.

También se ha recompensado la fe de la compañía en los servicios online. Hace tiempo que sabemos que Xbox Live es algo muy grande, y siempre hemos sospechado que cambiaría el negocio del videojuego de forma radical. Esta semana al fin hemos conocido algunas cifras, mostrando que la mitad de sus 25 millones de usuarios pagan por Xbox Live Gold - lo cual significa 12 millones de usuarios, un negocio significativo y un sólido ecosistema para que crezcan las third parties, y que crecerá en el futuro.

No hay que minimizar los retos que se le presentarán a Microsoft en los próximos cinco años. Está intentando algo valiente y nuevo con Kinect, tanto en términos de tecnología como en términos de lo que esto puede alargar la vida de la consola sin necesidad de lanzar una nueva plataforma. Todavía necesita convencer a las familias y a muchos jugadores casuales de que ofrece algo que gana a Nintendo en su propio terreno. Y quizás sobretodo no puede confiarse en que Sony siga dando bandazos - el anterior campeón ahora tiene un nuevo equipo directivo y da la impresión de haber aprendido de sus errores pasados, a pesar de que poner en práctica esas lecciones les vaya a tomar un tiempo.

Pero Microsoft no plantará cara a esos retos como un desamparado, como hizo hace cinco años, sino como una de las grandes. Xbox 360 ha transformado la industria del videojuego, y de forma sutil ha cambiado el propio videojuego. No le ha servido los salones de los jugadores en bandeja de plata a Microsoft, tal y como ellos esperaban (e incluso todavía esperan), pero tras cinco fantásticos años Xbox 360 se ha ganado su puesto como una de las grandes plataformas de videojuegos de todos los tiempos.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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