Space Invaders: Infinity Gene
Invaders Must Die.
Evoluciona o desaparece. Una máxima de nuestro tiempo (de todo momento posterior a la aparición de la primera forma de vida, si hacemos caso a Darwin) que parece darse especialmente en el sector que nos ocupa. Las consolas pasan de la cumbre tecnológica a ser un cacharro inservible en menos de una década, los juegos de la primera hornada que nos dejaron extasiados son morralla inservible apenas un par de años después y los sueños de hoy son los quebraderos de cabeza de mañana. En un contexto como este, los juegos primigenios son los que tienen todas las de perder en la interminable escalada tecnológica. Toca recopilarlos en packs, remasterizarlos en HD... o dar un salto evolutivo.
Space Invaders: Infinity Gene, port del juego de iPhone homónimo, es el heredero espiritual de las excelentes reimaginaciones del clásico de Taito que vieron la luz en Nintendo DS bajo el subtítulo Extreme, que se caracterizaban por una integración musical espectacular. Aquí la música se deja en segundo plano y un asunto gana importancia: la evolución. Evolución en cuanto a la posibilidad de movernos libremente por el escenario, evolución en cuanto al tipo y número de enemigos, más cercanos al shump (shoot'em up, o para los no iniciados, un juego de navecitas) clásico, y evolución en cuanto al uso de la tercera dimensión.
El nivel "0" es ni más ni menos que el escenario del Space Invaders original, al que pronto sustituirá un fondo blanco con una cita de Darwin en la que decía que la especie que sobrevive no es ni la más fuerte ni la más inteligente, sino aquella que mejor se adapta al cambio. Tres líneas que parten de un punto común y que muy probablemente representan los tres ejes del espacio se desplazan sin control en una escena que bien podría haber salido de la mente de Kubrick mientras nuestra nave se convierte en un nuevo artefacto capaz de afrontar los retos de un Space Invaders del siglo XXI.
A partir de entonces el clásico queda relegado a una pieza arqueológica de la que sacar elementos a modo historicista y comienza Infinity Gene. Como comentábamos, su desarrollo se parece a un shump, en el que se combinan enemigos de Space Invaders con algunos nuevos creados para la ocasión, pero siempre respetando el estilo del original. Todos nuestros enemigos serán de color blanco y prácticamente todos formados sólo por líneas rectas, en muchas ocasiones aproximándose a los gráficos vectoriales que le dan un toque retro.
Los nombres de los niveles hacen referencia a diferentes procesos biológicos que parecen indicar la conversión de un sistema unicelular en una criatura de mayor complejidad. En este sentido, los propios niveles parecen sentir este cambio, incorporando progresivamente enemigos compuestos de diferentes partes, escenarios repletos de obstáculos e incluso lanzándonos a la cara enemigos que bien podrían estar sacados de un libro de Química Orgánica.