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Avance de Spiritfarer

Cuando la respuesta al duelo es un cálido abrazo.

El mes pasado pasó a mejor vida un familiar cercano. No fue una sorpresa: tenía noventa años, su salud se había deteriorado y todos sabíamos que no iba a tardar demasiado en suceder. Pero da igual lo preparado que estés, siempre es un golpe; la tarde en que me enteré pasé varias horas frente a la costa tratando de procesar el duelo.

Cuando describimos la muerte, casi siempre es en términos negativos, cargados de imaginería de cosas como tumbas, calaveras y el color negro. La muerte es el Otro contra el que definimos, e incluso el lenguaje que usamos para describir la muerte ('pasar a mejor vida') nos distancia del concepto.

La mayor parte del tiempo simplemente no hablamos del tema.

Por este motivo Spiritfarer, un juego repleto de colores luminosos, con una casa flotante y animales amistosos a los que puedes abrazar, es probablemente el último lugar donde esperarías meditaciones acerca de la muerte. Y sin embargo, cuando lo probé en la Gamescom, me sorprendió encontrar un acercamiento sincero y confortable a un tema tan duro.

Para los que necesitan un repaso, Spiritfarer es un "acogedor juego de gestión sobre la muerte" de Thunder Lotus que pone a los jugadores en la piel de Stella, que acaba de heredar el cargo de manejar el ferry que transporta a los fallecidos. Tienes que cuidar de varias criaturas en tu casa flotante cultivando, cocinando y pescando para ellos -cumpliendo misiones y construyendo sus casas- hasta que llega el momento de cumplir su último deseo y los liberas hacia el más allá. Es una ambientación repleta de referencias obvias a la mitología griega, aunque con un mensaje más positivo de aceptación y cierre. (En vez de, ya sabes, subir una roca por una colina eternamente).

La muerte nos alcanza a todos en algún momento, así que enfrentados con esa inevitabilidad, la idea de Spiritfarer es fomentar un acercamiento más sano al tema, uno que el director creativo Nicolas Guerin dice que es similar a la celebración del Día de los Muertos en México.

"Nos centramos sobre todo en el legado y la transición," explica Guerin. "Observas el legado de todas las generaciones que te preceden y tu estás ahí por todas las interacciones que te han definido como ser humano."

Para reflejar esto, el jugador aprende de los espíritus que transporta: Guerin indica que todas las habilidades se aprenden de un espíritu, así que el conocimiento se pasa a la siguiente generación. Cada espíritu tiene una personalidad única con diversas necesidades: prefiere distintos climas o alimentos, por ejemplo, y el jugador puede aumentar su vínculo con los personajes en eventos específicos. Animé a mi amigo el sapo capturando rayos en la lluvia, e incluso en una tormenta eléctrica (algo que normalmente inspira terror y miedo), Spiritfarer logró convertir la experiencia en algo extrañamente eufórico a través de su animada música y divertidas animaciones. La aproximación del juego a la muerte no se centra en la pena de la separación sino en lo positivo del recuerdo: una celebración de la personalidad, los recuerdos compartidos y las habilidades que viven a través de ti.

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Lo cierto es que las mecánicas principales de Spiritfarer no son exactamente revolucionarias: como gran parte del juego se centra en la elaboración, el cultivo y la adquisición de objetos para mantener a tus pasajeros felices, el juego se centra en la exploración y en invitar a más espíritus a tu casa flotante en eterna expansión. Pero Spiritfarer no trata de tener un gameplay completo: está más interesado en los pequeños detalles. Transmite el concepto danés del "Hygge": la sensación de felicidad que se encuentra en lo acogedor. Noté esto especialmente en las habitaciones pequeñas pero preciosamente decoradas dedicadas a cada espíritu, pero también en la posibilidad de poder abrazar a casi cualquier personaje del juego, incluyendo al personaje del modo cooperativo, un gato llamado Daffodil.

También puedes ayudar a amueblar las habitaciones para mantener contentos a los espíritus pasajeros. Ojalá tener esta habitación.

Quizá la mejor evidencia del poder de Spiritfarer para aliviar es que lo jugué inmediatamente después del terrorífico Blair Witch en la Gamescom. A pesar del vertiginoso cambio de ritmo (y la constante algarabía de los pasillos de la Gamescom), solo necesité unos minutos con Spiritfarer para calmarme. Las extensiones de agua y las islas aisladas me recordaron al instante a clásicos de Miyazaki como Ponyo o El viaje de Chihiro; hay algo en los horizontes amplios que lleva a los humanos a pausar y (de una manera bastante literal) reflexionar sobre las grandes cosas.

Teniendo en cuenta el tema principal de Spiritfarer, al principio me sorprendió no encontrar conversaciones que hablasen explícitamente de las emociones que rodean a la muerte, pero creo que es algo intencional. El juego no trata de mostrar profundas discusiones filosóficas sobre la muerte, es más sobre la creación de un estado de calma en el jugador. Si Spiritfarer fuese una pieza de música, sería Debussy. Es una pieza que refleja un estado de ánimo que explora temas generales y colores en lugar de una narrativa muy estructurada.

En el proceso de escribir esto, he pensado en las cosas que ese miembro de mi familia compartió conmigo: la pintura, el amor por Elgar, una explicación extensa de la Sociedad Fabiana... y desde luego ha sido una manera más positiva de procesar el duelo. Pero en la situación inmediatamente posterior a una pérdida, Spiritfarer sabe que, a veces, no hay palabras. Y no pasa nada. Lo que realmente necesitas es un abrazo.


Traducción por Jaime San Simón.

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