Splinter Cell: Conviction
Un cooperativo de élite.
Amigos, los rencores y la hostilidad han acabado. Después de la violencia y las masacres aeroportuarias, en los videojuegos America y Rusia vuelven a ser países amigos. De repente, todos estos años de conflicto digital han llegado a su fin. Y es que en el multijugador de Splinter Cell: Conviction dos agentes, uno norteamericano y otro ruso, comparten escenario, pero no para luchar el uno contra el otro, sino para trabajar juntos en busca de un bien común. Pero, ¿es este el primer videojuego donde sucede algo así? Probablemente no, pero de todas maneras voy a deciros que sí, porque me gusta decir las cosas con mayúsculas, en negrita y con letras bien grandes.
Y es que sí amigos, Conviction incorpora un modo cooperativo que ya he podido catar y que es sorprendentemente robusto (pensad en el modo Special Ops de Modern Warfare 2), poniendo uno al lado del otro a un agente ruso y a otro norteamericano. Ubisoft lo compara a una buddy movie, ya sabéis, esas películas sobre extrañas parejas que se detestan mutuamente, pero que precisamente crecen y mejoran gracias al otro. Quizá hasta... acaban enamorándose.
¿Quiere decir esto que veremos abrazos sudorosos entre dos hombres vestidos con trajes isotérmicos dentro de un conducto de ventilación? No creo, Conviction no es tan osado, pero sí que se esfuerza en conseguir que de nuevo Splinter Cell ofrezca un modo multijugador de categoría. Ya pasó una vez, con el espléndido modo online de Pandora Tomorrow, pero nunca más se repitió un multi así de bueno en la saga. Ahora, Conviction nos trae un multijugador cooperativo similar, hecho a medida del juego, y que además se presenta como prólogo de la aventura de este nuevo Sam Fisher cabreado que tanto nos recuerda a Jack Bauer.
El principal modo multijugador está formado por cuatro niveles únicos que nos llevará entre cinco y seis horas acabar. Su argumento trata sobre la recuperación de cuatro cabezas nucleares que han desaparecido y que están a punto de llegar al mercado negro, hablamos nada más y nada menos de los hechos que encadenarán la aventura principal. Con este objetivo, Echelon, la antigua agencia en la que trabajaba Fisher se alía con su equivalente rusa Voron, y de estada manera el descarado agente norteamericano Archer forma equipo con el angustiado veterano ruso Kestrel.
Está claro que ambos acabarán discutiendo cada dos por tres, pero eso no quiere decir que no se tomen en serio su trabajo y que no conozcan sus trucos de espía. Cuando tú y tu compinche toméis control de los dos espías seréis como “dos lobos a punto de atacar a su presa”, reconoce el productor de este modo multijugador, Patrick Reading. “Hemos hablado mucho sobre la fantasía de ser uno de estos implacables agentes secretos que acechan en las sombras y lo cierto es que el modo como actúan y se abalanzan sobre los enemigos es muy parecido al de un depredador. Hemos querido transmitir esa sensación a las partidas multijugador, y estaba claro que la mejor forma de conseguirlo era con un modo cooperativo”.
La manera de afrontar cada situación, por pequeña que sea, depende siempre del estilo con que ambos os queráis mover por el escenario, ya sea de forma extremadamente sigilosa y cauta o hasta de forma más bruta. Y es que algo tan sencillo como abrir un simple puerta para inspeccionar una habitación puede ser abordado de múltiples maneras. Además está el nuevo sistema “Marca y Ejecuta” del que ya os hablamos en nuestras primeras impresiones del pasado E3, una habilidad importada del modo monojugador gracias a la cual Sam podrá ejecutar de forma automática y espectacular a un enemigo después de ganarle la espalda. Esta opción se aplicará al modo multijugador en una variante llamada Dual en la que un jugador se encargará de indicar al otro cuando es el mejor momento para atacar o avisarle de la presencia de guardias, mientras que el otro se encargará del trabajo sucio.
Dicho así quizás pueda parecer difícil imaginarlo, pero podemos deciros que en la práctica la cosa funciona de forma muy eficiente, convirtiendo a los dos jugadores en una temible máquina de matar en el caso de que consigan coordinarse a la perfección. “Somos dos agentes de élite, altamente entrenados, totalmente concienciados”, comenta Reading. “Es el momento idóneo para preparar emboscadas y trampas, si jugamos muy sincronizados y coordinamos bien nuestras líneas de fuego, podemos acabar con un gran número de enemigos al mismo tiempo”.
Los dos jugadores comparten la información entre sí de forma constante, tanto es así que en caso de que uno caiga en combate el otro deberá acudir en su ayuda para revivirlo o ayudarlo en los momentos de dificultad. En este sentido también es importante sacarle partido a la tecnología de las gafas sonar que ambos llevan y que juntamente con los trajes especiales les permite a ambos localizarse de forma inmediata en el mapa sin importar que haya paredes o muros por medio. El resultado de todas estas mecánicas en equipo no deja de ser una adaptación de las mismas estructuras que encontramos en el modo para un jugador, pero con la tensión añadida de escuchar a nuestro compañero pidiéndonos auxilio con su voz más patética o fardando de como le ha dado en el ojo a ese guardia.