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Star Ocean First Departure

Fantasía, anime y rol, con un toque de Star Trek.

Star Ocean: First Departure, visto desde la perspectiva profana del género, puede parecer otro título más en la lista de remakes publicados por Square-Enix. Cierto es que aprovecha su estatus de inédito en Europa para desempeñar un papel forzado de sacacuartos moderno, pero a costa de la mediocridad asentada en el género puede permitirse sacar pecho y mirar a los ojos a los grandes del catálogo PSP. Pero antes de entrar al trapo, hagamos un poco de historia.

Al datar esta saga con el baremo oriental es imposible ocultar la sorpresa ante la distancia que nos separa desde su creación. Los orígenes se remontan al ocaso de la Super Nintendo en tierras japonesas, allá por 1996. Entonces, una recién fundada tri-Ace, fruto de los conflictos entre Namco y algunos de sus desarrolladores, se presentó en el mercado con un despechado “aquí estoy yo”. ¿Su arma? Toda la capacidad creativa de buena parte del equipo de Tales of Phantasia condensadas en un título totalmente nuevo para el Cerebro de la Bestia, Star Ocean. El vínculo que une ambas sagas es a día de hoy fácilmente apreciable, y evidencia el hecho de que comparten creador, plataforma y época de lanzamiento –no distan ni seis meses– . Así que muchas de las ideas y conceptos que se aplicaron a la saga Tales of también están presentes aquí, de una forma u otra, con más maquillaje o menos.

¿Y por qué sale ahora un juego de hace más de diez años? Pues debido al mismo problema que estamos hartos de escuchar en las radios y televisiones de media España, y que pende sobre nuestras cabezas cada cierto tiempo cual espada de Damocles; la crisis. Desgraciadamente para occidente, el crecimiento negativo –las pérdidas, vaya– que tuvo Enix a mediados de los noventa impidió que el juego saliese de Japón. Nuestro gozo en un pozo, como se suele decir. Sin embargo, Square ya se ha encargado de solucionar el “pequeño” retraso con este fantástico remake del clásico original de SNES.

Un Océano de Estrellas

La aventura comienza en un mundo medieval de lo más convencional, con milicias, bandidos, curanderos, tiendas de armas y toda la parafernalia que a cualquier hijo de vecino le gusta tener en un RPG de corte clásico. Todo en regla, vamos.

Tal cúmulo de tópicos es el planeta Roak, donde vive Roddick, el protagonista, y sus dos compañeros de la brigada de defensa de la aldea, Millie y Dorne. Un buen día reciben una escalofriante noticia; los habitantes del pueblo vecino se están convirtiendo en piedra a causa de una extraña enfermedad, y por unas cosas u otras terminan en susodicho asentamiento. Antes de que lo adivinéis, sí, varios se contagian y a causa de ello se desencadena una odisea intergaláctica que involucra a tres facciones enfrentadas en una guerra, tecnología futurista, antiguas criaturas mitológicas, viajes en nave, poderosos artefactos, y regresos al pasado. Trepidante. Y como bien reza el subtítulo del análisis, con ligeros toques de Star Trek. Todo orquestado por unas secuencias de anime de la mejor factura, con el sello del estudio japonés Production I.G.

En este sentido el juego ofrece un acabado técnico genial, de lo mejorcito que ha visto la luz en PSP, tanto en las secuencias de animación que ilustran la historia como en el nivel artístico de los escenarios prerrenderizados o los sprites de estilo super deformed, que mantienen la inspiración en el original sin reparar en colorido o detalle. A nivel sonoro también se mantienen las composiciones originales, pasadas por el tamiz y totalmente orquestadas, a las que hay que añadir voces en la mayoría de diálogos importantes y cutscenes dobladas y subtítuladas – en inglés, como todo el juego -.

En este sentido tri-Ace ha conseguido un resultado muy satisfactorio, pero a pesar del excelente acabado, todo queda en evidencia a causa de uno de los grandes cánceres de esta época, las ralentizaciones.

Pues sí amigo, aunque abandonaste el PC huyendo de los problemas técnicos, parece que no corriste lo suficiente... En fin, no es de recibo que en una consola con la potencia de PSP el hecho de cargar un escenario ralentice durante tanto tiempo el motor gráfico. Cuatro o cinco segundos durante los que es mejor no moverse para que no prolongar el despropósito. Que esto pase en el entorno tridimensional del mapamundi puede ser comprensible, pero que ocurra en el resto de los casos es injustificable. Un tirón de orejas para tri-Ace por no optimizar la carga. Y pasemos al combate.