Star Wars Outlaws es justo lo que esperábamos de un juego de Star Wars de Ubisoft
Impresiones tras jugar cuatro horas.
Desde que en 2021 se acabara el acuerdo de exclusividad sobre los videojuegos de Star Wars que poseía Electronic Arts desde 2013 quedó claro que muchos estudios iban a querer meter la zarpa en una de las sagas más prolíficas de la historia. De hecho, en ese mismo momento se desveló que Ubisoft estaba ocupándose de un nuevo juego basado en la licencia de los sables láser, con Massive Entertainment, responsables de The Division, al frente. Ahora estamos a punto de que salga del horno Star Wars Outlaws, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo 30 de agosto, y nosotros ya hemos podido pasar con él cuatro horas que nos sirven para transmitiros la sensación general que nos ha dejado esta primera toma de contacto.
Probablemente con los vídeos mostrados hasta la fecha ya os habréis hecho una idea de las intenciones de la firma gala. Y lo que me sale deciros tras estos primeros compases es que es, literalmente, lo que os estáis imaginando: un juego de Star Wars con un mundo abierto “Made in Ubisoft”. No hay que tomar esto con una connotación negativa, aunque estas alturas ya sabemos todos las virtudes y defectos que tienen estas propuestas y, al menos, sabemos a lo que nos atenemos. Es palpable también la ambición que ha tenido el estudio sueco a la hora de plasmar una obra ambientada en un marco tan venerado, apostando por la diversidad de posibilidades y por darle el control al jugador para sentirse como un verdadero cazarrecompensas que tiene que buscarse las habichuelas por el espacio.
El peso narrativo recae en Kay Vess, quien pretende hacerse un nombre dando un golpe nunca antes visto en la galaxia. No estará sola, ya que, entre otros, cuenta con la compañía de Nix, una adorable criatura que también tendrá incidencia en la jugabilidad, y ND-5, un compañero robótico al que conoceremos algo más adelante. Esta premisa y todo lo que le rodea marcan directamente los derroteros que tendrá la aventura; la decisión de que Kay sea una cazarrecompensas y no una Jedi provoca que se deba ir por un camino diferente y que la fantasía de poder sea algo menos contundente que si tuviéramos poderes y empuñáramos un sable láser. Ya hemos visto en otro tipo de producciones de la marca que se puede hacer algo divertido con los cazarrecompensas bajo los focos, y para compensar de alguna manera lo que para muchos será un debe, redobla los esfuerzos para tratar de ofrecer versatilidad y variedad de posibilidades para que perdernos en su mundo abierto sea divertido.
Ahí es donde entra en juego la profesión de Kay, quien para conseguir su propósito debe ir realizando encargos por lo ancho y largo de la galaxia para mejorar su prestigio y conseguir aliados por el camino. Así se aplica uno de los sistemas más interesantes de Star Wars Outlaws: su sistema de reputación. No es algo nuevo y ya lo hemos visto en otras aventuras galácticas, pero su aplicación aquí es fantástica e incidirá directamente en cómo vamos a actuar; hay varias facciones que nos irán encomendando misiones y si las cumplimos mejorará nuestra reputación con ese clan en cuestión, lo que aporta algunos beneficios, como poder movernos por sus distritos con mayor libertad. Esto es importante en algunos puntos y lo vimos en nuestra sesión de juego, cuando en un momento dado, nos piden buscar un objeto; podemos sustraerlo de una facción con la que nos llevamos bien o de otra que todavía no nos tiene respeto. La dicotomía llega en que será más sencillo quitársela al bando con el que mejor nos llevamos, ya que podremos llegar hasta donde esté el objeto en cuestión prácticamente sin dificultades, mientras que si optamos por lo contrario el camino será más pedregoso y tendremos que destinar más tiempo para pasar inadvertidos. A falta de ver cómo se plantean este tipo de situaciones en puntos más avanzados de la aventura, y sobre todo si tienen alguna influencia a nivel narrativo, es un contenido interesante, que nos obliga a pensar como verdaderos mercenarios en función de los objetivos que tengamos en cada momento.
El otro punto clave relacionado con la construcción del personaje es el desarrollo a la hora de la acción. La versatilidad de Star Wars Outlaws está presente en todo momento al dejarnos la capacidad de improvisar y alternar entre liarnos a disparos o tratar de avanzar de la forma más sigilosa posible. La infiltración parece la opción más sensata al estar en inferioridad, y para equilibrar un poco la balanza está Nix, quien puede distraer a los enemigos aprovechando elementos del escenario o incluso atacarlos, lo que nos puede dar unos segundos de ventaja en momentos en los que queramos pasar a otra zona o en los que tengamos a dos enemigos en una posición próxima para poder acabar con ambos con limpieza y sin que salte la alerta. Si bien la IA de los adversarios no es prodigiosa, ni mucho menos, la infiltración en general resulta gratificante y parece que será uno de los recursos más utilizados en el juego.
Los combates, por su parte, sí que nos ha dejado algunas dudas más en esta primera toma de contacto. Funcionan como en tiro y son especialmente divertidos en las zonas preparadas para ellos por diseño y guion gracias a la espectacularidad que ofrecen, con un montón de enemigos, coberturas y elementos del escenario que podemos usar a nuestro favor para cargarnos a varios de un plumazo. La Blaster es bastante práctica y, además, se puede ir desarrollando a medida que progresamos; además del disparo estándar, se le pueden añadir más tipos de proyectiles para, por ejemplo, desintegrar los escudos, sin olvidar la habilidad especial de la protagonista, que una vez tenga el medidor al máximo, puede ralentizar el tiempo para acabar con varios enemigos al mismo tiempo, al más puro estilo John Marston en Red Dead Redemption. Podemos y debemos ir variando en medio de las refriegas teniendo en cuenta a qué tipo de enemigo estemos disparando en cada momento, aportando así un ligero componente táctico a cada combate. En momentos dados incluso podemos tomar temporalmente los rifles o fusiles que sueltan los enemigos, compensando así de alguna forma el escaso arsenal que tenemos inicialmente.
Pero esta fórmula no resulta tan eficiente en situaciones más orgánicas, como cuando un enemigo nos detecta en escenarios diseñados para la infiltración. Aquí, aunque efectista porque destila ese aroma Star Wars, la acción resulta más caótica y genérica, provocando que los tiroteos no sean tan divertidos. De nuevo, la IA enemiga no ayuda demasiado, ya que vienen a por nosotros sin contemplaciones o nos atacan estáticos en zonas abiertas para convertirse en un blanco fácil. Sin duda, es un elemento que podría dar mucho más de sí y que puede empañar la versión final si esto se repite durante el transcurso de las horas.
La ambientación es, sin duda, uno de los puntos más acertados de Star Wars Outlaws y, de nuevo, la variedad está presente en los planetas que hemos visitado en esta demostración. Una vez estemos en tierra tenemos libertad para movernos por el lugar para ir cumpliendo objetivos. Los escenarios son amplios y, para eso, Kay tiene una moto voladora a la que poder recurrir en todo momento y hace que llegue al instante simplemente silbando. La transición por los entornos abiertos también nos deja preguntas; hay un terreno vasto por explorar pero da la sensación de estar demasiado vacío, y en los viajes de un lugar a otro apenas nos hemos encontrado un par de grupos de enemigos que nos perseguían, y otro par de eventos dinámicos, en los que proteger a un grupo de civiles y robar un envío de suministros de armas que se le ha extraviado al imperio.
Parecen zonas más de paso que zonas en las que podamos perdernos descubriendo un montón de detalles, y es una pena que no haya más vida o tareas para hacer con las que nos inviten a detenernos en el camino. Toda la esencia tiene lugar en las ciudades o asentamientos donde nos encontramos con muchos NPCs pertenecientes a los distintos clanes que nos irán dando los siguientes pasos a seguir, y, por cierto, para ir de un planeta a otro toca saltar al hiperespacio, donde pilotamos la nave para ir al lugar que hayamos seleccionado previamente en el menú y donde, por el camino, podremos encontrar objetos o, por supuesto, participar en batallas espaciales que resultan todo un espectáculo visual. No estuvimos demasiados minutos por el espacio, por lo que toca esperar para saber qué profundidad tendrá esta ramificación, pero sí podemos decir que las secuencias de aterrizaje son escenas cinemáticas en las que no tenemos el control.
En definitiva, las sensaciones con Star Wars Outlaws son más o menos las que esperábamos. Un juego marca de la casa con elementos para resultar entretenido y cumplidor, abrazando además un fantástico trabajo a nivel ambiental. Al mismo tiempo, y teniendo en cuenta la licencia de la que hablamos, a veces resulta inevitable torcer un poco el morro porque se le puede exigir más en varios aspectos. Queda menos para conocer el resultado final, pero hasta entonces que la Fuerza os acompañe.