StarCraft II: Wings of Liberty

Starcraft II va a ser el primer juego en sacar provecho de las ventajas de la nueva Battle.net, que se reconfigura como una red social de juego, donde puedes ver a qué juegos de Blizard juegan tus amigos y chatear con ellos aunque juguéis a cosas distintas. También podrás usar, si quieres, tu nombre real y el de tus amigos para poder buscaros sin necesidad de recordar el esperpéntico nick que cada uno se haya puesto.

También podrás ir a casa de un colega, jugar un par de misiones de la campaña de Starcraft II, conseguir algunos logros, y seguir jugando en tu casa desde donde lo dejaste allí, puesto que una copia de tu partida se guardará en Battle.net, así como las repeticiones de tus mejores batallas, para poder compartirlas con todo el mundo, así como las creaciones propias hechas con el Editor de Mapas, con el que ya hay quien ha hecho un Tetris o un Super Mario Kart.

Como la beta multijugador seguro que os es familiar, permitidnos que os contemos algo del modo Campaña que pudimos probar en la presentación. La historia parte más o menos donde la dejó Starcraft hace diez años: ahora la guerra va a recrudecerse y, como siempre, las cosas están peor que nunca y la humanidad, encarnada en los Terrans, está por desaparecer merced a una raza extraterrestre. El sistema de juego es similar al de Starcraft, donde el uso de teclado y ratón es parte fundamental de la experiencia (lo que explica que Blizzard no tenga pensado sacar versiones para consola de Starcraft II), pero no así el plano de la narración y de la inmersión en la historia, mucho más cuidados.

Para llevar a cabo las 29 misiones de la Campaña podremos trazar un itinerario a nuestro gusto, contando con la ayuda de nuevos personajes y viejos conocidos que encontraremos en el puente de mando de nuestra nave de guerra. Podremos deambular por el interior de la Hyperion, donde tendremos una cantina en la que pasar el rato y mantenernos informados de los acontecimientos del universo, una armería para mejorar a nuestras tropas y sus armas. Las cinemáticas, montadas sobre el mismo motor gráfico de licencia propia de Blizzard (creado para la ocasión) tratan de llevar el grado de epicidad a un nuevo nivel, aunque eso es algo que está por decidirse, puesto que apenas pudimos ver sólo una.

Starcraft II se mueve con una fluidez pasmante, y da la sensación de ser un juego excepcionalmente robusto y completo, es decir: de ser un juego de Blizzard con todas las de la ley. Cada vez queda menos para poder jugarlo en nuestros PCs y Macs. No sabemos si supondrá un punto de inflexión para el mundo del videojuego como fue su predecesor, pero desde ya mismo podemos deciros que será un juego excelente; de esos que, como os descuidéis, os robará la vida.