Start the Party!
Matasuegras.
Como su propio nombre indica Start the Party! es uno de esos juegos que solamente sacarás de su caja cuando organices una fiesta y tengas como invitados a gente que, o bien no es muy jugona, o bien son jugones que por un día tienen ganas de algo más light. También es un juego que adorarán los más pequeños y al que se entregarán con emoción y sorpresa.
Programado por el estudio británico de reciente creación Super Massive Games lo que nos propone este título son 9 mini-juegos (pocos) con los que podremos estrenar de forma divertida el sistema de control gestual PlayStation Move. Eso sí, este no es el juego más acertado si lo que queremos es comprobar las capacidades del nuevo dispositivo, pues apenas saca provecho de sus posibilidades.
Como ya os avanzamos en nuestras primeras impresiones con Move, Start the Party! podría ser perfectamente un juego para la antigua cámara de PlayStation 2. Se juega exactamente igual que con el Eye Toy que Sony lanzó en 2004. La cámara PS Eye de Move se encarga de enmarcar al jugador dentro de la pantalla. Allí se suceden de forma frenética los mini-desafíos de habilidad que básicamente resolveremos sosteniendo el mando de Move mientras este se transforma en diferentes objetos virtuales sobre la pantalla.
El efecto de vernos en la pantalla sosteniendo una espada, una máquina de cortar el pelo, un harpón, una pizza o un lupa y ver como se amplía o disminuye cuando nos acercamos a la pantalla mola y es resultón. Pero pensar que es algo que podía hacerse hace años con PS2 es algo que Sony debería hacerse mirar a la hora de vendernos este juego como algo novedoso.
Más allá de esto lo que nos queda es un juego que cumple su cometido de entretener un ratillo durante nuestras fiestas delante de la consola. Está totalmente enfocado a jugar en grupo y aunque se puede jugar solo los dos modos que ofrece en esta modalidad (Supervivencia y Juego Libre) no dan para mucho. Es cuando nos enfrentamos en grupos de hasta cuatro jugadores cuando la cosa empieza a funcionar.
Antes de empezar la consola nos hace una foto de la cara y nos da la posibilidad de grabar nuestro nombre o grito de guerra para avisarnos de que nos toca levantarnos del sofá. Se juega por turnos y solamente es necesario un mando que los jugadores han de ir pasándose. Gana quien lo haga mejor en las pruebas y acumule mayor número de puntos. Los mini-juegos se suceden rápidamente en rondas temáticas en las que podemos desde robar puntos a nuestros contrincangtes, hasta garabatear bigotes postizos sobre sus caras en la pantalla; pero eso no quita que sea uno de esos juegos en los que cuando juguemos cuatro nos pasaremos la mayoría del tiempo mirando como juegan los otros y esperando nuestro turno.
El hecho de que solamente se necesite un mando para jugar es crucial en su vocación de llegar al público familiar, de no ser así el precio se dispararía mucho, y eso que ya de por sí es bastante elevado (59,90€ del Starter Pack + 39,90€ del juego).
En el grupo de personas que juntamos en Eurogamer como test para probar el juego (mi madre, mi hermano, una amiga y un físico nuclear) lo que más triunfó fue la prueba de rapar a un monigote como si fuéramos Mr. Bean peluquero, también tuvo éxito la prueba de recoger ingredientes para la pizza, la de golpear a los topos con una maza y una de cortar frutas con una espada. Por contra la de pinchar peces globo, despertar a un imitador de Piolín antes de ser devorado o una con robots andantes no fueron tan bien recibidas.