Análisis de Sunless Skies
Cuando en el espacio oyes gritar.
Jugar a Sunless Skies implica aceptar lo inevitable. Concretamente, dos premisas: que nos enfrentamos a lo desconocido y que nuestro personaje fallecerá. Por suerte, siempre dejaremos un mejor o peor legado y podremos continuar. O, si escogemos una dificultad más amable, cargar la partida.
Sunless Skies es un juego ambientado en el espacio, en uno conquistado por Londres. Se encuentra dentro del mismo universo visto en anteriores juegos de Fail Better Games, como Fallen London y Sunless Sea, y aunque no es necesario haberlos jugado para disfrutar de él, hacerlo sí nos prepara para sus mecánicas y su narrativa.
En este mundo, tras haber estado confinada en un mar en el subsuelo, Londres se traslada al espacio. Albión se ha expandido, con todos los problemas que ello conlleva, pero nosotros, capitanes de una pequeña nave, somos libres para escoger nuestro objetivo y nuestras alianzas. La exploración y el conocimiento de nuestro entorno son nuestras mejores armas para avanzar. Tener localizados puertos y otros puntos de interés será clave para nuestra supervivencia.
Porque si de algo va Sunless Skies, es de sobrevivir.
El espacio es despiadado, pero al mismo tiempo está lleno de maravillas. Y aunque lo más destacable sea el apartado narrativo, en Sunless Skies lo visual no se queda atrás: los escenarios son variados, algunos están llenos de vida y otros resultan extrañamente opresivos. La música además cumple muy bien con su función, acompañándonos mientras descubrimos lo inexplorado. En contraste con el oscuro mar de Sunless Sea, el espacio de Sunless Skies está lleno de detalles, con escenarios que se expanden bajo nosotros.
En Sunless Skies, curiosamente, el espacio no me ha parecido tan solitario. Hay bastantes encuentros, y cada uno conlleva sus propios peligros. Algo que he apreciado es que las batallas entre naves han mejorado con respecto a la anterior entrega, no sólo porque los enemigos se muevan mejor, sino porque siempre corremos el riesgo de tener que enfrentarnos a más de un enemigo, o que haya directamente una batalla entre criaturas espaciales, enemigos, aliados y nosotros mismos.
Pero los cambios en el sistema de combate y encuentros no son las únicas novedades. El sistema de subida de niveles nos permitirá añadir trasfondo a nuestro capitán y subir sus habilidades. Esto nos ofrece un nuevo grado de personalización, pero también nos anima a explorar, a tomar riesgos. Aun así, sigue siendo un juego difícil, uno en el que un simple evento aleatorio mal llevado puede hacerte perder provisiones y combustibles necesarios. Por ello, llegar a puerto y poder guardar es una experiencia de alivio, de seguridad. El espacio no deja de ser despiadado, donde los peligros no son sólo criaturas y otras naves, sino también de la mente de nuestra tripulación, y morir no es sólo tener que empezar de nuevo, sino que a veces es hacerlo con menos recursos que con los que empezamos el juego.
Pero como decía anteriormente, es en el apartado narrativo donde Sunless Skies brilla con más fuerza. El rico universo de Fallen London sigue expandiéndose, e iniciamos nuestra aventura con el conocimiento de que hay una guerra entre quienes se mantienen fieles a Londres y quienes por el contrario exigen independencia. En este marco, nosotros decidiremos nuestro propio camino, y nuestra meta. Sunless Skies es un juego que se construye en torno a nuestras decisiones, tanto si tenemos éxito como si no, y para enfrentarnos al espacio y mejorar nuestras habilidades, volvemos a contar con personajes a los que reclutar para que se unan a nuestra tripulación. Con un elenco variado, esta vez algunos nos darán afinidad con alguna de las facciones del espacio.
Una de las claves del horror cósmico, desarrollado principalmente por H.P. Lovecraft, es la insignificancia del ser humano. Sunless Skies consigue transmitirnos esta insignificancia al mismo tiempo que nos muestra una sociedad que se ha expandido y conquistado el espacio. Estos aspectos logran coexistir en un juego que sabe cuándo tiene que hacernos sentir pequeños, y que nos muestra cómo nos adaptamos al espacio y a lo que conlleva. Por supuesto, el juego tiene sus momentos de humor y crítica, pero lo hace siempre de una manera natural y coherente, y explorar los puertos y escenarios varios se convierte en una experiencia a medias entre la expectación y la maravilla, porque nuestras habilidades nos darán un porcentaje de éxito, no nos lo asegurarán. Por ello, a veces creeremos tenerlas todas con nosotros, sólo para encontrarnos un mensaje de fallo en la pantalla.
Un punto que me gustaría destacar es la nueva interfaz de usuario, que me parece rápida de consultar y coherente a nivel visual, si bien me hubiera gustado que tuviese otra forma de ordenar las misiones en el diario. Por lo demás, la edición jugada no me ha dado más problemas que algunas caídas de frame-rate y un bug de superposición de texto que me hizo tener que reiniciar el juego, por suerte sin pérdida de avance. En mis últimas partidas, no he notado tanta caída de frames, por lo que seguramente sea un problema menor que ya estén solucionando.
Sunless Skies mejora una fórmula que de por sí ya era realmente buena. Refuerza el apartado visual sin renunciar a su seña de identidad, una narrativa extensa y rica, pero también incorpora mejoras a su sistema de combate, de habilidades y encuentros. Pocos fallos se le pueden encontrar al juego, una excepcional aventura que nos lleva a adentrarnos en parajes extraños, a enfrentarnos a lo desconocido y a nuestros propios errores. A veces, eso significa la muerte de nuestro personaje, pero no por ello dejamos de explorar y de avanzar. Sunless Skies es un juego que nos transporta al espacio en tonos steampunk, que nos sorprende a nivel visual pero especialmente a nivel narrativo. Hay tantas historias que descubrir y tanto que explorar que a veces abruma, pero perderse por el espacio es una experiencia siempre increíble.