Super Mario 3D Land
Una oportunidad fallida de demostrar el poder de las tres dimensiones.
Los juegos que se visten de aire clásico son la norma hoy día, al menos en compañías como Nintendo. Usando la nostalgia, aunque solo sea en apariencia, consiguen atraer tanto al público que alguna vez jugó a sus títulos cuando eran niños como al nuevo público casual, mayoritario hoy día, que no quiere cosas en exceso complicadas. Bueno, y a los fans, esos siempre están ahí.
Pero llevan arrastrando esta política desde hace ya muchos años: una primera parte, de obligado trámite, de juego fácil y simplón, y una segunda parte, que solo los jugadores más dedicados alcanzan, de una dificultad creciente y retos más interesantes. Y ese es su mayor problema.
Hablemos de la principal baza de Super Mario 3D Land: las tres dimensiones. Por una parte me ha sorprendido lo bien dominado que tiene Nintendo esta técnica: no es solo que el juego tenga una profundidad buena, modificable con el selector de la consola, y que los diseñadores sepan sacarle el jugo a la cámara para enseñarnos momentos muy interesantes; es que se han permitido incluir dos modos de visión que podemos intercambiar en cualquier momento de juego. Si, como yo, sois fans de las tres dimensiones, disfrutaréis mucho de estas, las cuales, además, van acompañañadas de un pulido gráfico impresionante, con un diseño y un color absolutamente espectaculares. Realmente, y lo digo en serio, me ha dado algo de vértigo en algunos momentos en los que descendemos barrancos inmensos.
Sin embargo, también existe una parte negativa en la aplicación de esta técnica gráfica: solo se han quedado en lo visual. Sinceramente esperaba, deseaba, aunque solo fuera en momentos puntuales, que el 3D fuera necesario para orientarse a la hora de saltar entre plataformas. Por desgracia, en todo el juego, solo lo he visto en una plataforma concreta, de una habitación de bonus concreta, de un nivel concreto en la que el 3D ha sido algo fundamental. Que el juego entero se pueda jugar en 2D sin casi ningún problema a la hora de avanzar me parece decepcionante.
Ya que estamos, sigamos hablando de cosas que me han decepcionado. Y lo voy a hacer mediante la comparación odiosa: Rayman Origins es un muy buen juego, pero falto de pulido, repetitivo en algunos aspectos (como en sus animaciones, estilos de fase, músicas...). Por otro lado, Super Mario 3D Land es un juego enorme, lleno de secretos, sin ningún fallo jugable ni de control, músicas increíbles y muy variadas, con una enorme variedad de fases y situaciones.Y, aún así, ¿Por qué he disfrutado más con Rayman?
No hay duda de que Super Mario 3D Land es el mejor juego de plataformas del año. De calle. Pero hace años que me lo conozco de memoria.
No hay duda de que Super Mario 3D Land es el mejor juego de plataformas del año. De calle. Pero hace años que me lo conozco de memoria: se donde voy a encontrar secretos, se que caminos ocultos he de tomar, se donde va a aparecer un chiste, se cuando llega el jefe, etc. Rayman, sin embargo, era una experiencia diferente, que iba descubriendo a medida que jugaba. Aunque no fuera original, pero su formula llevaba años sin usarse. Mientras, Super Mario 3D Land trae la fórmula que lleva repitiendo Nintendo desde Super Mario Galaxy: un juego casual hasta que te lo pasas por primera vez y, una vez pasado, un modo hardcore que nos va a desesperar por la dificultad, por lo largo que es, por los secretos inaccesibles que trae...
Creo que no exagero si aseguro que pasarse el juego por primera vez es solo el 20% del juego. ¿El problema? Me lo conozco tanto que, hasta bien entrado a estos mundos especiales (allá por el mundo 4 ó 5) no he tenido que repetir ninguna fase, ninguna, porque puedo prever donde están escondidas casi todas las monedas secretas del juego.
Super Mario 3D Land es la articulación en formato videojuego de una sensación que llevo arrastrando esta generación: de repente, hemos descubierto la fórmula del éxito. Cada año salen una media de 20 o 25 posibles candidatos a GOTY. Son juegos muy buenos, muy currados, muy interesantes. Si no sois jugadores muy fanáticos, disfrutaréis de una manera espectacular con cada uno de ellos. Pero los frikis comenzamos a estar hastiados de este modelo de perfección. Es como si a estos títulos les faltase "magia". Y, lo peor, es que no les falta: somos nosotros, que nos hemos acostumbrado.
No se vosotros, pero en los últimos años suelo disfrutar más con esos juegos imperfectos, con esas apuestas arriesgadas, que con estos títulos tan buenos y perfectos, tan bien publicitados y valorados. Super Mario 3D Land es la ostia. Pero es una ostia cuyo sabor ya me aburre. No puedo criticar a Nintendo por hacer este juego: ¡coño! al menos no son como Konami, reciclando sprites y niveles; pero tampoco creo que si eres un jugador dedicado vayas a encontrar aquí algo tan nuevo, bueno y original que te enganche durante años. Algo que sí conseguían títulos de esta misma saga como Super Mario 64 o Super Mario World.