Análisis de Super Mario RPG Remake - una pieza peculiar y más que notable en la historia de la saga
Renacuajos.
Tengo que hacer una confesión: tenía un recuerdo totalmente erróneo de Super Mario RPG. Como tal, recibí el anuncio original del remake con mucha tibieza, pensando que quizás no era el título de la historia de Mario que más merecía la pena recuperar en este momento. La sencillez con la que a priori se plantea el juego, un giro hacia la estrategia por turnos ambientado en el universo del fontanero bigotudo más icónico del mundo, me parecía un tanto superado a estas alturas. Entregas posteriores y derivadas, como la saga Mario & Luigi o la serie Paper Mario ya habían elaborado notablemente el concepto en el presente. ¿Por qué, entonces, iba a merecer la pena poner el foco de atención de nuevo en el juego de Super Nintendo que, si bien estableció los mimbres para estos juegos, no tenía la profundidad mecánica ni técnica de estos?
La respuesta es: porque Super Mario RPG es un juego excelente. Carismático, dulce, gracioso y lleno de ideas, da igual que haga ya más de 20 años desde su lanzamiento original, porque consigue sorprendernos y sacarnos sonrisas con sus ganas de ensalzar y expandir el universo al que pertenece.
No me costó mucho tiempo de juego entender esto; ya os explicaba en el avance del título que mis sensaciones habían sido extraordinariamente positivas. Ahora, habiéndolo terminado, puedo afirmar que tanto aquellos que no pudieron jugarlo en el momento - su lanzamiento original sólo se dio en Norteamérica y Japón - como quienes lo recuerden con cariño de su infancia van a pasar en esta nueva versión un buen rato.
El remake, en particular, entra por los ojos desde el principio. Quizás por la cercanía de Super Mario Wonder en el tiempo nos entra particularmente bien su estilo artístico: personajes pequeñitos y cabezones, muy redonditos, que ya de entrada marcan un tono muy agradable y distendido. La premisa del juego, como no puede ser de otra manera, gira alrededor de que la Princesa Peach ha sido secuestrada por Bowser. Sin embargo, cuando Mario trata de rescatarla, se encuentra con que el castillo de Bowser ha sido conquistado por una entidad todavía más maligna: Fraguo, una especie de espada con ojos que amenaza con conquistar todo el Reino Champiñón. Mario, junto con los amigos que irá reclutando por el camino, tratará de encontrar las Siete Estrellas que le permitirán enfrentarse a tan formidable enemigo.
Estructuralmente, Super Mario RPG es bastante sencillo. El juego está dividido en distintas áreas entre las que nos moveremos a través de un mapa del mundo similar al de las entregas 2D y de corte más clásico del mundo de Mario. Algunas localizaciones, como los pueblos en los que habitan los Toads o algunos caminos intermedios serán sólo de paso, pensados para que podamos subir de nivel, comprar objetos y conseguir equipación más poderosa. Las áreas principales, que distinguiremos enseguida, tendrán pequeñas mazmorras que ocultarán a jefes y, muy probablemente, una estrella. Es curioso y agradable ver como los clásicos escenarios de Mario se adaptan al formato RPG: aunque el progreso por ellos será distinto, claro, tendremos niveles desérticos, de agua, los típicos castillos y demás. Y cada una de estas zonas las habitarán una mezcla de enemigos míticos de la saga, como Goombas, Shy Guys, plantas carnívoras, Chomp Cadenas y demás, y enemigos creados expresamente para la ocasión. Quizás los enemigos “nuevos” son el aspecto que tiene más carencias del juego: hay un contraste muy claro entre los diseños compactos, estudiados y atemporales de los enemigos icónicos de la saga y los menos memorables ratoncillos, espíritus y demás monstruos que aderezan el conjunto. Se nota particularmente en los jefes: incluso remozado gráfico delante, el diseño de muchos de ellos no ha sobrevivido genial al paso del tiempo.
En cualquier caso, el combate sí aguanta el tipo sin ningún problema. El sistema y el progreso del juego le resultará familiar a cualquiera que se haya topado con alguno de los títulos de la ya mencionada saga Mario & Luigi o, de hecho, con uno de los indies más sonados de este año: el Sea of Stars de Sabotage Studios, que salió este agosto, presentaba unas batallas muy inspiradas en este Super Mario RPG. La dinámica general es la de un combate por turnos clásico, pero con una peculiaridad: pulsar el botón de acción en el momento preciso en el que nuestro ataque va a impactar contra el enemigo nos ofrecerá un extra de daño. De la misma manera, pulsarlo justo antes de que un ataque enemigo toque a nuestro personaje nos protegerá y reducirá el daño que recibimos.
La mayoría de novedades de este remake giran alrededor de, precisamente, este sistema de combate, y tratan de redondearlo y hacerlo más accesible que el original. Los cambios son agradecidos para quienes busquen una experiencia más relajada, pero es cierto que los más veteranos encontrarán una dificultad quizás demasiado reducida sobre un juego base que ya de por sí no era extraordinariamente exigente. La menor dificultad se nota, sobre todo, en el tiempo que nos costará terminar la aventura: si el Mario RPG original nos pedía alrededor de 20 horas para llegar a los créditos, este remake puede vencerse holgadamente en 12 o 14 si no nos atascamos particularmente en ningún puzle.
El principal cambio en el combate es un medidor de combos que nos recompensará por acertar los ataques y las defensas. Es decir: además del bonus o reducción del daño que ya estaba en el juego, pulsar el botón de acción en el tiempo correcto subirá un medidor de combo que, cuando encadenemos más de cuatro o cinco acciones consecutivas, nos dará más bonificaciones, como aumentar la velocidad de nuestros personajes, darles más defensa, o mejorar la cantidad de veces que podemos usar un objeto en combate sin gastarlo. El medidor de combo se conserva entre batallas, así que cuando ya controlemos bien los tempos podremos subirlo hasta 10 o 15 golpes consecutivos sin mucho problema, con los beneficios añadidos. Como en el juego original, podemos ejecutar defensas normales, ejecutadas en tiempo y que harán que obtengamos menos daños, y defensas perfectas, que se darán cuando pulsemos el botón en el momento exacto en el que nuestro personaje va a ser golpeado. En el remake, las defensas perfectas significarán, para la mayoría de enemigos, que el daño recibido se reduce a 0. Es cierto que este añadido no desequilibra del todo las batallas con los jefes, que casi siempre tendrán uno o dos ataques potentes que no se pueden bloquear en absoluto, pero sí hace notablemente más sencilla la subida de nivel y el tránsito por las fases contra los enemigos normales.
Por último, encadenar buenas defensas y buenos ataques también servirá para subir un medidor en la parte izquierda de la pantalla que servirá para dos propósitos: por un lado, podemos usarlo para llamar al Toad solícito, un ayudante champiñón que nos permitirá utilizar un objeto especial en combate. Pero, por otro, también podremos utilizarlo para ejecutar un ataque más potente que combinará las fuerzas de los tres personajes que tengamos activos. Este ataque combinado, que es bastante interesante al principio de la aventura, ha ido siendo menos y menos atractivo para mí conforme he avanzado en la partida; en general, efectuaba el mismo daño que cualquiera de los ataques habituales de mis personajes. Incluso si los nuevos añadidos lo hacen sentirse quizás mucho más sencillo que el original, el combate del juego es divertido, ágil y fácil de interiorizar, y hace que la experiencia sea mucho más amena. Pero para mí, la guinda de este Super Mario RPG es la absoluta dulzura con la cual trata al universo de Mario y sus amigos. Poder recorrer libremente sus ciudades, hablar con sus personajes y ver cómo el título se las ingenia para trasladar el mundo de los juegos de plataformas a una experiencia con mucha más narrativa es muy agradable. En esta ocasión, además, está apoyado en una localización excelente que hace honor, cuando no supera, a todos los pequeños chascarrillos y chistes del texto en inglés.
Sí es cierto que, como jugadores del presente, quizás notéis algunas fricciones con el juego; entiendo que es uno de los riesgos de hacer, como en este caso, una traslación directa del título original a las nuevas consolas. Super Mario RPG no tiene, al contrario de lo que estamos acostumbrados en otros títulos del género a día de hoy, apenas contenido secundario; el que hay tiene forma de unos minijuegos que, si bien pueden llegar a ser curiosos, en muchas ocasiones están demasiado alargados. Además, el tramo final, en el que hay muchos más jefes y menos exploración, puede hacerse un tanto cuesta arriba; pero estos defectos son sólo pequeñísimas piedras en el camino de un juego que nos da momentos agradables y memorables a cada paso que avanzamos.