Super Street Fighter II Turbo HD Remix
Pintando sobre el fotograma. Si es que…
Si en la vida no eres fan fatal de Street Fighter y todo su popurrí cultural que lo ha llevado a icono visible de una década, háztelo mirar. El Hadouken!, las viejas historias gloriosas sobre sombras más fuertes, hipotéticos personajes desbloqueables pasándote el juego sin mirar y con una mano en la espalda o los primeros indicios de mitos sexuales pixelados, son ya no parte de nuestra historia, si no un ingrediente necesario para comprender psicológicamente a muchos de nosotros.
Esta alocada enésima interpretación de Street Fighter II (el subtítulo ya deja poco lugar para un futuro Hiper-Super-Turbo-Omega-Real-HD, que no duden que llegará) pretende aprovechar esa evidente nostalgia (también un foco de atracción y futuro potencial de ingresos ineludible) a costa, básicamente, del fan. Y el fan como fan, en este caso representado por mi, se siente un poco estafado y decepcionado, aunque no debería, ahí van los motivos.
Era consciente de que se trataba de un lavado de cara profundo (también me cuestiono hasta que punto necesario), cargándose con fobia la propia candidez del pixelote original: repintar sprite a sprite crea un violento choque, entre personajes estilizados de forma extraña (en el original ciertos sprites eran así no por cuestiones estéticas si no prácticas), pasando de la elegancia y el trabajo a verdaderos abominaciones. Además estos sprites son visibles y difíciles de obviar, ya que no se han trabajado transiciones ni nuevas capas (justificable quizás para no alterar la mecánica, incomprensible en las animaciones de los personajes del fondo) con lo que el resultado es como ver un Blu-Ray a 15 fotogramas por segundo.
Sin entrar a discutir el estilo escogido, más yanki y poco respetuoso con los originales, rompo una lanza a favor del futuro Street Fighter IV y sus demonizadas 3D; en los tiempos que corren, aunque a todos se nos cae la lagrimilla con la alta resolución o unas animaciones tan trabajadas como las de SFIII, es comercialmente un suicidio lanzarlo en las tradicionales 2D (un saludo desde aquí a King of Fighters XII). En resumidas cuentas, apoyo mucho más una nueva entrega con la tecnología actual, que un remake vago y poco acertado de uno de los videojuegos con una iconografía tan fuertemente ligada a sus píxeles originales.
Ahora claro, uno tampoco puede ponerse excesivamente colérico con Street Fighter. Demonios, que es SF II. Que es Hadouken!, las viejas gloriosas historias sobre sombras más fuertes, una de las iconografías más fuertes de los puñeteros 90. Y Chun-Li, claro.