Super Street Fighter IV

El resto de mejoras hablan por sí solas; vuelven las fases de bonus tan demandadas por el público, en concreto la de destrozar un coche y la de romper barriles. En este aspecto echamos de menos a Sean y su fase de baloncesto –y ya que estamos al sistema de parry de SFIII... Aunque en realidad, siendo sensatos estas fases no son más que una minucia comparadas con el resto de novedades, ¡pero ey!, se agradecen, devuelven parte del espíritu de la saga y no dejan de redondear la calidad de esta secuela.

También ha habido cambios en los modos de juego. De entrada encontramos más trials por personaje en los que practicar combos y demás, pero en contra han desaparecido los modos contrarreloj y survival. Suponemos que puede ser debido a un mayor énfasis en el modo online, el cual todavía es inaccesible por motivos evidentes, así que habrá que esperar a ver si el matchmaking funciona mejor que el de su predecesor, pues era un verdadero desastre. Las nuevas modalidades de partida (por equipos o el clásico rey de la pista) permiten a varios amigos estar simultáneamente en una sesión de juego, bien partiéndose la cara u observando el espectáculo. Además los puntos de ranking se registrarán para cada personaje, en lugar de para una cuenta en general.

Por último, una curiosidad que personalmente me es molesta es que ahora al salir KO no podemos dar el cate de turno ni hacer nada. Una posibilidad totalmente inútil y estúpida, pero no entiendo qué tenía de malo.

En fin, creo que no se podía pedir más de Super Street Fighter IV. Diez personajes nuevos son una barbaridad, los nuevos ultras abren nuevas posibilidades, las fases de bonus, eso, un bonus, y el nuevo enfoque del modo online parece determinante siempre que depuren considerablemente el código de red. La falta de un escenario por personaje sigue siendo una pequeña losa, y personalmente –lo repito por si acaso– echo en falta el sistema de parry y algo más de juggle (mantener al contrario en el aire durante un combo), aunque debo decir que se ha potenciado un poco este aspecto, y el del Focus Attack no es un mal sistema. Lo que sí que pica es la ausencia del modo survival, un auténtico clásico en los juegos de lucha, por mucho online que haya. En resumen, puedo afirmar sin temor a equivocarme que nos encontramos ante una de las mejores entregas de la saga, si no la mejor, nostalgia aparte. Un auténtico imprescindible tanto si tienes el primero como si no, tanto si eres fan del género como si no. Eso sí, Capcom ha puesto el listón muy alto con esta revisión, así que se nos hace la boca agua pensando en la próxima entrega.