Supremacy MMA
Lleno de moratones.
Lo fácil sería comenzar una reseña de este calibre realizando una analogía fácil con "El Club de la Lucha" debido a la estética underground del título que nos ocupa. Pero no lo haremos por dos motivos; primero porque sería caer en un recurso muy manido, y segundo, porque le guardamos un sumo respeto a la película de David Fincher.
Y es que Supremacy MMA es un título que a simple vista puede llamar la atención por su componente arcade, la mezcla de diferentes estilos de lucha y por la espectacularidad de sus movimientos. Pero todo se va al traste cuando toca enfundarse los guantes.
El juego desarrollado por la desconocida Kung Fu Factory tenía como objetivo principal desmarcarse de sus competidores ofreciendo un sistema de combate arcade, apto para todos los públicos. Pero pese a que el juego no posea las complicadas secuencias de botones para ejecutar ataques de títulos como UFC Undisputed o EA Sports MMA, nos encontramos ante un control bastante incómodo y muy poco práctico.
A priori, resulta muy atractivo tener un plantel con luchadores que ofrecen diversos estilos de lucha. Pero en la práctica, la cosa cambia para mal. Todo se reduce a asestar puñetazos y patadas con ligeras reminiscencias a las diferentes modalidades de combate de cada uno de los 14 personajes. No se aprecian prácticamente diferencias a la hora de controlar a personajes de distintas disciplinas. Solo cuando se ejecuta alguna llave da cierta sensación de variedad. Al ocurrir esto, el combate fluye desde el suelo, donde se pueden ejecutar movimientos que puedan acarrear lesiones a nuestro oponente o tratar de evadirnos si somos nosotros los que estamos en una situación delicada.
El problema del nefasto apartado jugable no radica sólo en la sensación de estar continuamente haciendo lo mismo a pesar de controlar a distintos luchadores. Lo más flagrante es que el personaje controlable tarde unos segundos en responder a nuestras acciones. Es algo incomprensible y desesperante, que le resta muchísimo dinamismo a un juego que pretende ser accesible y directo. Y lo que es peor aun, las partidas online resultan un completo disparate. Lo bueno es que nos incrementarán las ganas de pelear, ¡pero contra los desarrolladores del juego!
No falta un modo Historia donde poder vivir las desventuras de cada personaje. Las tramas son pobres y demasiado típicas. Narradas -con subtítulos en castellano- a modo de cómic, son meras excusas para liarse a mamporrazos. Realmente no se puede pedir demasiado en éste aspecto. Eso sí, algunas están inspiradas en historias reales, como la de Felice Herrig, la única luchadora femenina junto con "Michelle 'Diablita' Gutiérrez". Ambas sólo podrán luchar entre ellas. Desde Kung Fu Factory han preferido que no se puedan enfrentar a los doce competidores masculinos.
MMA Supremacy también se desmarca del realismo en su aspecto visual. De hecho, el aliciente más interesante de los combates reside en las heridas de cada batalla -algo que ya dice mucho sobre el juego. Sangre a borbotones, huesos rotos por doquier y caras plagadas de hematomas que se producen de forma instantánea son una constante en cada uno de los cinco minutos que puede durar cada confrontación. Alicientes que no disimulan el bajo nivel técnico del título. Parco en detalles y de nuevo, muy por debajo de sus competidores.
A largo plazo, otros títulos pueden tomar prestado el planteamiento arcade de MMA Supremacy e incluso llegar a tener un resultado medianamente interesante, sobre todo si de lo que se trata es de plantear una alternativa a los robustas y técnicas propuestas de THQ y EA. No obstante, no será en esta ocasión. Además de arreglar aspectos cruciales relativos al control, desde Kung Fu Factory deberían madurar más la idea de hacia dónde pretenden dirigirse, y a partir de ahí, diseñar un título sin tantos defectos incomprensibles.