Análisis de Tekken 3D Prime Edition
Zaibatsu de bolsillo.
Es curioso que con apenas un año de vida el catálogo de 3DS ya haya recibido varios juegos de lucha de notable factura, especialmente teniendo en cuenta la anecdótica presencia del género en su antecesora. Jugar al último de ellos, Tekken, en una consola de Nintendo es además una sensación extraña. Sí, Namco ya hizo un primer intento hace una década con el decepcionante Tekken Advance, pero es una franquicia tradicionalmente ligada a las máquinas de Sony.
Unas pocas partidas evidencian que el estudio Arika (responsable de los Street Fighter EX y de los 3D Classics de la eShop) ha conseguido trasladar con éxito a 3DS la esencia de la saga. Con un impresionante roster de cuarenta y un personajes, en su gran mayoría sacados directamente de Tekken 6, y todas las mecánicas jugables prácticamente intactas, Tekken 3D Prime conserva la profundidad y fluidez que ha caracterizado desde siempre a la saga, con un sistema de combate de marcada personalidad, un estupendo abanico de opciones para realizar combos y una IA desafiante en los modos de dificultad medios/altos.
Es una pena que las propias limitaciones del hardware de Nintendo jueguen un poco en contra de ese esfuerzo. Pese a que en líneas generales el control resulta más que satisfactorio, el pequeño tamaño del d-pad y los botones de 3DS hace incómodo realizar determinados movimientos, y usar el stick analógico tampoco resulta totalmente efectivo (especialmente si hay diagonales de por medio). Como solución se han implementado cuatro accesos directos en la pantalla táctil (también se pueden usar apretando a la vez un gatillo y el botón correspondiente) que podemos configurar con la mayoría de combinaciones de nuestra elección, mitigando en buena parte el problema.
A nivel técnico el trabajo de Arika también es digno de aplauso, aunque con matices. Tekken 3D se mueve a unos fluidísimos sesenta frames por segundo sin ralentizaciones y, a diferencia de Dead or Alive Dimensions, no tiene ningún tipo de penalización cuando las 3D están activadas. Es un notable logro técnico que tiene una importante implicación jugable, porque el ritmo y mecánica de los combates de Tekken ha exigido siempre una respuesta muy precisa para ejecutar los golpes y los contraataques. El precio a pagar son unos escenarios resultones pero que pecan de cierta simplicidad, aunque al menos los personajes y sus animaciones no han perdido tanto detalle en su paso a la portátil de Nintendo.
Llegados a este punto, Tekken 3D demuestra poder estar a la altura del resto de juegos de lucha disponibles para 3DS, e incluso superarlos en bastantes aspectos. Sin embargo, las cosas se empiezan a torcer en lo relativo a modos de juego. O, más bien, por la falta de ellos.
La oferta a nivel individual se puede calificar cuanto menos como escasa. Tienes a tu disposición un modo Práctica para entrenar los movimientos de los luchadores, el modo Batalla Rápida, con diez fases y que vendría a ser el Arcade de toda la vida, y el modo Supervivencia Especial, en el que te enfrentas a una serie (5, 10, 20 o 40) de adversarios con una única barra de vida que se recupera ligeramente tras cada combate. Y ya está. Ni modo historia, ni Tekken Force ni modos extra más variados que permitan alargar un poco la vida útil cuando jugamos solos: Tekken 3D hace muchas cosas bien, pero luego las desaprovecha al no ofrecerte suficiente contenido donde lucirlas.
El multijugador, apodado Versus, tampoco destaca por su generosidad, aunque es ciertamente sólido y equilibrado. Puedes jugar en modo local con un amigo o bien a través de internet en partidas igualadas o partidas amistosas con usuarios cuya 3DS tengamos registrada. También tienes la posibilidad de crear salas con reglas personalizadas en el Punto de Encuentro, y el lag no parece enturbiar el desarrollo de los combates.
Como si de un Pokémon se tratase, el premio por nuestra progresión en Supervivencia Especial son 765 cartas con un artwork tridimensional cada una, que además se pueden intercambiar a través de Street Pass. Es un elemento curioso, pero que no consigue maquillar la decepción que supone la ausencia de coleccionables de entidad, como trajes y extras. Hay una opción para modificar el aspecto de los luchadores, sí, pero se limita únicamente a cambiar el color de la ropa.
Prime Edition también incluye la delirante película Tekken: Blood Vengeance (la misma que venía con Hybrid), aunque la verdad es que no pasa de ser una mera curiosidad. Sí, resulta relativamente impresionante tener una película de cien minutos y en tres dimensiones en un pequeño cartucho de 3DS, pero el tamaño de la pantalla no es precisamente el más adecuado para verla y no tener una opción para salir de ella y después proseguir en el punto donde lo habías dejado es cuanto menos molesto.
Tekken 3D Prime Edition consigue con éxito llevar la experiencia de Tekken a la consola portátil de Nintendo, a priori teniéndolo todo de cara para erigirse como el nuevo rey del género en 3DS, pero la incomprensible falta de contenido acaba pesando en él como una losa. Si tienes varios amigos con el juego o piensas jugar mucho a través de internet seguramente le sacarás más jugo, pero de lo contrario lo más probable es que lo abandones en un cajón pasadas un par de semanas. Aunque quizás no resulten tan brillantes a nivel técnico ni tan sólidos a nivel de mecánicas jugables, por ahora tanto Super Street Fighter IV Edition como Dead or Alive Dimensions siguen siendo alternativas más recomendables y completas.