The 3rd Birthday
El tercero en discordia.
Aunque no nos importa lo más mínimo que un juego nos desafíe de vez en cuando, The 3rd Birthday se recrea elevando la dificultad hasta niveles que parecen diseñados para tener un conocimiento más profundo de por qué en ocasiones Pepe se vuelve loco en el Real Madrid. Buena parte del problema se reduce a la ya clásica falta de un control apropiado de la cámara.
Siendo generosos con Square Enix, hay que decir que han hecho un trabajo razonable para adaptar un shooter en tercera persona a una consola portátil con un único stick. La mayoría del tiempo el sistema de autoapuntado coloca la retícula en el enemigo más cercano, pero todo empieza a derrumbarse cuando ajustas de forma manual el apuntado o intentas apuntar a una parte específica del cuerpo de un jefe. Incluso medio segundo de duda cuando usas el d-pad para cambiar entre objetivos puede ser suficiente para meterte en problemas debido a la lentitud de Brea.
En un juego con enemigos tan agresivos, su despreocupado andar parece totalmente irracional teniendo en cuenta la gravedad de la situación. No sería un problema si estuvieses en igualdad de condiciones con los Twisted, pero aquí un simple impacto puede dejarte sin la mitad de la barra de vida, y los errores se pagan caros - especialmente cuando tienes en cuenta lo poco efectivo que es el sistema de recuperación de salud.
En las secciones en las que luchas solo, sin posibilidad de hacer Overdrive, es particularmente fácil sufrir la dureza anacrónica del juego. Puede que hayan pasado 11 años desde la última vez que Aya salvó el mundo, pero es evidente que los diseñadores se han quedado anclados en las convenciones de finales de los 90. Cualquiera que eche de menos los tiempos en los que te enfrentabas a un gran jefe final sin el seguro de tener un checkpoint cerca se sentirá como en casa, pero el resto sentirá el irrefrenable deseo de estampar la PSP contra la pared.
Si eres capaz de mantener el temple hasta llegar al final de un capítulo sentirás una satisfacción casi masoquista. Podrás tomarte un respiro, usar el sistema de mejoras DNA del juego y gastar parte de tu dinero en las habituales mejoras para las armas. Eventualmente incluso serás lo suficientemente poderoso como para superar fácilmente los primeros encuentros del juego, pero el incentivo de superar tu frustración y hacer que eso pase es, como mínimo, limitado..
Si realmente quieres saber lo máximo posible de la extraña historia del juego también te puedes sumergir en las interminables biografías de personajes y notas sobre el mundo. El respiro, en todo caso, es breve y no tardas demasiado en volver otra vez a los predecibles combates.
Al final queda claro cómo consigue Aya su habilidad de Overdrive, con quién se casaba y qué son los Twisted. El problema es que es difícil meterte en la historia cuando muchos de los eventos de The 3rd Birthday son particularmente malos. Si estás decidido a sacar algo de diversión de tanta frustración, hay algunos momentos que realmente valen la pena. Desgraciadamente esos momentos no son suficientes como para justificar todo lo demás.