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The Conduit

¿El FPS que Wii necesitaba?

El sistema de juego es el habitual en los shooters de hace un lustro: casi cada enemigo deja caer un pack de salud y de munición, de modo que nuestras opciones son avanzar por los escenarios seleccionando el objetivo con el botón Z del nunchuck y disparando ráfagas. Dos o tres ristras de disparos más tarde, el oponente caerá al suelo y podremos seguir adelante. Las granadas tienen un desconcertante radio de acción siendo así que pueden causar la muerte aun a través de las paredes. A las tradicionales armas humanas podemos ver sumado todo un arsenal de armas alienígenas entre las que podremos elegir. Entre nuestras capacidades se encuentran también las de saltar y agacharse, pero no resultan todo lo útiles que querríamos.

Y si no resultan útiles es porque el control del juego, aun suponiendo un avance considerable con respecto a los escasos shooters de la Wii, sigue sin ser cómodo. Apuntar es fácil, ciertamente, y el sistema de selección de blancos es bastante eficaz. La posición del puntero en la pantalla es fiable y la respuesta es rápida. Pero eso es lo único que estos controles permiten hacer fácil y rápidamente. Desplazarse por los escenarios no resulta sencillo (aunque el hecho de que la mayoría sean pasillos minimiza esta sensación de torpeza), el ángulo de visión es reducido y el acceso a algunos de los botones es complicado o contraproducente. No faltarán las ocasiones en que nos encontremos con que para recargar hemos de mover el pulgar de tal manera que acabemos apuntando con el Wiimote fuera de la pantalla.

Más divertido es el modo multijugador porque se ve libre de los problemas de actitud de los previsibles enemigos del modo campaña, aunque los modos de juegos son los típicos y tópicos del género y los mapas carecen de alicientes. El tiempo de espera para montar una partida es razonable y no es demasido difícil encontrar gente con la que jugar.

De haber visto The Conduit la luz en cualquier otro soporte habría pasado sin pena ni gloria por las estanterías de las tiendas, pero el caso es que la oferta de Wii en este campo es tan limitada que cualquier cosa se agradece. The Conduit puede aplacar la sed de los más incondicionales del género, pero su efecto no durará mucho. Sólo un multijugador entretenido será la apuesta que alargue su vida en las colecciones de los más exigentes poseedores de Wii. Quizás una más que probable secuela sea capaz de triunfar donde este predecesor ha fallado; podrá aprovechar el estable motor gráfico, el esquema de control personalizable y la estructura multi online para lograr el objetivo que en esta ocasión se ha escapado: divertir.

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