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Avance de The Crew: Wild Run

Segundas oportunidades.

Aunque sobre el papel The Crew ha logrado atraer a dos millones de jugadores, no creo que sea descabellado pensar que este juego de carreras en mundo abierto con ínfulas de MMO no acabó de cumplir con las expectativas de Ubisoft. Ivory Tower, sus desarrolladores, han trabajado de forma continuada para corregir el rumbo desde su lanzamiento, añadiendo de forma periódica contenido extra, pero su auténtica segunda oportunidad llegará en unos meses con Wild Run, una gran expansión que añade un montón de novedades.

Lo primero que salta a la vista, como no podría ser de otra forma, son las mejoras gráficas. Wild Run introduce nuevos efectos gráficos que dan más empaque a nivel visual, así como un sistema de climatología dinámica que sin tener la complejidad del de, por ejemplo, el futuro Forza Motorsport 6, sí añade más matices a la conducción. También se agradece la mayor profundidad de campo, algo que en la demo pude apreciar al conducir por una serpenteante carretera y, tras llegar al punto más alto de una montaña, observar toda la ciudad de Las Vegas a mis pies.

Pero aunque Wild Run haga de The Crew un juego más bonito, su auténtico objetivo es hacer de él una experiencia mucho más completa. Y ahí es donde entran nuevos vehículos, nuevas modalidades y un sencillo editor de carreras, en el que puedes definir el trazado que quieras dentro de la geografía de los Estados Unidos, marcando también los checkpoints por los que deberán pasar los jugadores.

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Ahora, por ejemplo, tendrás carreras drift en la que te enfrentas a otro jugador para conseguir la mayor cantidad posible de puntos derrapando y quemando rueda con tu coche. O monster trucks en inverosímiles circuitos plagados de rampas, loopings y saltos, donde gana el que consiga completar las maniobras más espectaculares. Y lo que personalmente me ha llamado más la atención, las competiciones de dragsters en las que el secreto está en cambiar de marcha en el momento óptimo y escoger la oportunidad perfecta para activar el único nitro que carga nuestro coche.

Pero para la mayoría el gran aliciente de Wild Run estará en las motos, que se estrenan en el juego de Ubi ofreciendo sensaciones muy diferentes a las que había hasta ahora con los coches, ya fuesen superdeportivos, todoterrenos o turismos como el que puedes ver día a día a tu alrededor. Son divertidas de conducir pero difíciles de dominar, y además también existen unos retos (stunts, para ser exactos) que exigirán nuestra máxima pericia para, por ejemplo, hacer un caballito de varios cientos de metros o esquivar por los pelos un elevado número de coches en el carril contrario en un corto plazo de tiempo.

Veremos si todo esto bastará para que The Crew remonte el vuelo. A mi me da la sensación de que no va a hacer que cambie radicalmente la opinión de aquellos a los que no les gustó el original, pero sí me parece una expansión muy recomendable para los fans, con un puñado de nuevas modalidades y, claro, las motos y un editor simple pero súper intuitivo, en el que puedes crear un trazado con cuatro clics y retar inmediatamente a tus amigos. Será también una oportunidad de lujo para empezar de cero -especialmente si buscas su estilo de conducción, más arcade que simulador-, porque el día 17 de noviembre no solo se pondrá a la venta en formato DLC, sino también en una edición física que incluye el juego base.

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