The Dishwasher: Dead Samurai
Bien cortadito, por favor.
The Dishwasher: Dead Samurai es un beat 'em up de scroll lateral en 2D en el que tú, un muerto viviente samurai y friegaplatos, tienes que hacer picadillo a todo tipo cyborgs y zombis usando un amplio abanico de instrumentos afilados. Nada más y nada menos que un juego de Xbox Live Arcade, pero lo más impresionante es que ha sido creado únicamente por un solo hombre: James Silva, ganador del concurso Microsoft Dream Build Play. La cosa más admirable es que él solo ha hecho un mejor trabajo que el que han conseguido muchos de los desarrolladores que trabajan a tiempo completo creando juegos para Xbox Live Arcade. Y no es que digamos de forma condescendiente "Ah, ¿no lo ha hecho bien?", sino "Si trabajaste en Watchmen: The End is Nigh, cómo demonios puedes dormir por la noche?".
La clave del éxito de este juego reside en su sistema de combates ultraviolento y en el diseño de los enemigos, que te permiten poner en práctica una deliciosa variedad de ataques combinados, malabarismos, cambios de arma y golpes finales, y también en la gran variedad de los niveles en los que poner en práctica estos movimientos. Los primeros enemigos que te encontrarás serán unos agentes del FBI que te dispararán unos extraños proyectiles y te darán bofetadas, pero a la mayoría de estos los podrás hacer pedacitos con el impulso que te proporciona el botón Y, triple-X-y-arriba para romper los bloqueos y lo mismo hacia abajo para una ataque aéreo cortante. A éstos pronto se les unen las Fuerzas Especiales, que usan la misma técnica de evasión que eres de capaz de hacer con el sitck-derecho, bloquean más, y encima utilizan ganchos para agarrarse del techo y dispararte en diagonal desde arriba o lanzarte granadas. Más adelante te encontrarás con un homenaje al robot ED-208 de Robocop, hordas de zombis hambrientos, soldados que vuelan con un jetpack y te lanzan misiles y cosas mucho peores.
Con tantos enemigos y efectos entre los que abrirte paso, las cosas se vuelven algo frenéticas, pero hay suficientes indicaciones de visuales y de sonido como para poder anticipar cualquier reacción enemiga e intentar responderla con un combo –que puedes medir gracias un indicador que hay en la parte superior derecha de la pantalla– sin sucumbir a sus ataques. Lo cierto es que los enemigos no te subestiman, más bien van a saco, y por ello tienes que ir recuperando salud gracias a las piezas de corazón que vas encontrando y a los encuentros ocasionales con un robot vendedor, que además de vida te podrá proporcionar mejoras para las armas y ataques especiales.
El diseño de niveles en la mayoría de casos es de izquierda-a-derecha, con algunas variaciones y con otros ligeramente más complejos, pero básicamente la mecánica se reduce a avanzar derrotando a los enemigos que te vas encontrando. A menudo, puedes huir y evitar estas confrontaciones en caso de que no puedas afrontarlas, pero serán pocas las veces que quieras hacerlo. Al fin y al cabo The Dishwasher va sobre esto. Además, en cada nivel hay un jefe final del que tendrás que encargarte, y a medida que avances estos tendrán más patrones de ataque que te inflingirán mayor daño. Y esto sin olvidar a los secuaces que siempre están dando la bara a su alrededor para complicarte las cosas.
En cierto modo recuerda al estilo hack-and-slash heredado de Viewtiful Joe, con un sistema de combates algo más profundo; pero por otro lado no deja de ser otro juego donde el reto es conseguir la mayor puntuación, y parece que los 14 niveles de su modo Historia están enfocados claramente en esta dirección. De hecho, las listas de puntuaciones ya son de pesadilla y eso que acaba de salir, pero como pasa con todos los juegos de XBLA puedes dedicarte a competir contra tus amigos más que intentar superar a los monstruos de las puntuaciones. Intentar superar los récords de los mejores jugadores del mundo es casi una locura, por ello se entienden la forma en que está evolucionando el concepto de competición en estos juegos, como lo que hicieron en Bizarre Creations con Geometry Wars: Retro Evolved con respecto a su predecesor.
También hay opciones cooperativas, que puedes activar en el modo Historia cuando has conseguido ciertos amuletos, cosa que alivia la espiral de dificultad del juego, así como también dispones de diferentes niveles de dificultad. Difícilmente The Dishwasher será el juego más social del momento, pero de todas maneras se esfuerza, y el cooperativo es la muestra de ello. Eso sí, es algo difícil de seguir con sus pantallas bañadas de sangre y sus fondos que nos recuerdan a los sueños, pero ahí está.
Efectivamente, The Diswasher es un juego bonito visualmente, con su estilo parecido a un cuaderno de bocetos garabateado con lápices de colores y su atmósfera emborronada parece situarse en un limbo desconocido entre obras como Okami, Castlevania y Alien Hominid. Y por supuesto, también tiene sus toques de locura. Los Logros son divertidos (en especial el de Peter Moore), el mini-juego de Guitar Hero es tan absurdo como encantador, y la narración en plan viñetas de cómic lo acercan más a Braid que a Gears of War.
No obstante, el juego no es perfecto ni mucho menos, también tiene sus fallos. En lo que respecta al control, cabe decir que responde muy bien y es muy sensible, pero a veces esto nos jugará malas pasadas si somos de esos que apuran hasta el último píxel para dar el salto, además, en algunos niveles encontramos una tendencia a lanzarnos siempre el mismo tipo de enemigos, y un par de enemigos finales son una auténtica tortura. Francamente, no me los habría pasado si no fuera por la ayuda del experto en Street Fighter IV de la redacción. Si eres un jugador de los que simplemente se divierten machacando botones seguramente te aburrirás rápido, y mientras que el cambio de armas en tiempo real va en favor de los enemigos finales gigantes, también se vuelve algo confuso en el corazón de la batalla.
De todas maneras, para aquellos que persistan en The Dishwasher les espera un conjunto de mecánicas profundas e interesantes que explotar, que seguramente encantarán a los fans de Viewtiful Joe, God Hand y quizás hasta a los que quedaron decepcionados con Madworld. Y no olvidemos el hecho de que James Silva lo ha hecho todo el solito; si el próximo juego que haga sigue destilando ideas de juegos ya existentes con la misma solvencia, seguramente ya estará preparado para enseñarles a sus colegas de Xbox Live dos o tres cosillas sobre lo que están haciendo mal.
Traducción de Albert García.