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The Last Guardian

El secreto de Fumito.

A los dos clásicos de PlayStation 2 creados por el pequeño equipo de Fumito Ueda, Ico y Shadow of the Colossus, les rodea un cierto aire de misterio. Su neblinoso y blanqueado aspecto visual, melancólico aire e imprecisa historia parece hacer de ellos un cuento para niños semi-olvidado, ese tipo de libro que tiene un solemne secreto con significado adulto que siempre ha estado más allá de tu comprensión, pero que aún así te ha afectado poderosamente.

Ese enigmático manto ha pasado inmediatamente y automáticamente a The Last Guardian, el tercer juego del equipo y el primero para PlayStation 3. Aunque ya lleva cinco años desarrollándose solo hemos podido ver en contadas ocasiones - básicamente un tráiler durante el E3 de 2009 y en el último Tokyo Games Show - un juego sobre un chico y un animal gigante, parte perro, parte gato, parte pájaro. Los fans han estudiado al milímetro cada frame, alimentando la especulación y multiplicando sus preguntas.

Así que cuando nos llega una invitación para visitar el estudio en Tokyo del Team Ico, para hablar con Ueda y para ver una demo en directo de The Last Guardian, no hace falta que nos lo pregunten dos veces. Es imposible no venir buscando respuestas sobre la naturaleza real del juego y sobre la elusiva chispa creativa que guía a sus desarrolladores, algo que tiene cautivados a los fans.

Pero no encontrarás las respuestas en sus oficinas. Es un aséptico piso con brillante cubículos, en la parte alta de la torre de Sony, en el que trabaja el pequeño equipo (unas 50 personas) dirigido por Ueda.

No veo obras de Goya, Ted Hughes o Hayao Miyazaki. Lo que sí veo son copias de Halo: Reach, StarCraft (la expansión Brood War) y un set completo de 24, la serie de televisión de Kiefer Sutherland. Todo parece decepcionantemente normal y hasta cierto punto irrelevante.

Ueda no tiene una oficina separada en la que puedas colarte para ver qué alimenta su mente. Resulta que trabaja ahí, igual que todos los demás. Hay una bonita vista de Parque Imperial, pero eso es todo.

Tampoco espero que el propio Ueda me de las respuestas que busco. El diseñador y director del juego es famoso por ser difícil y evasivo durante las entrevistas, aunque es agradable y educado. Con su pelo largo, camisa y fisionomía juvenil no parece tener cuarenta años. Aún así parece relajado y receptivo, así que pruebo suerte. ¿Qué tiene en común The Last Guardian con sus juegos anteriores?

"En el primer juego había la interacción entre el personaje del jugador y el personaje de la IA, la chica", explica. "En el segundo, era la acción de escalar aquellos monstruos gigantes. En el tercer juego hay un poco de ambos. Tienes un personaje controlado por la IA, pero esta vez es un gigante personaje controlado por la IA en vez del frágil personaje del primer juego".

Con esta simple respuesta, el secreto de The Last Guardian se desvela. Es, básicamente, Ico y Shadow of the Colossus mezclado en un único juego.

Eso también queda claro tras ver la demo de gameplay de 15 minutos, una mezcla de puzzles, plataformas, un poco de sigilo y disputas con la criatura. Como en Ico, el chico debe usar su vigorosa agilidad para avanzar por las habitaciones de las laberínticas ruinas de un castillo tipo Gormenghast. También debe enfrentarse a siniestros enemigos y guiar a su compañero.