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The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D

Remasterizando la perfección.

Muchas de las innovaciones que Zelda aportó en su versión original – el ciclo temporal, el botón contextual o la exploración libre en un mundo abierto – se han convertido en algo tan normal que ya no nos producen ninguna sorpresa, pero su elegancia y la calidad que destila su diseño y sus mazmorras es todavía impresionante. Es un juego diseñado en dos zonas horarias completas, brillantemente construido alrededor de un mundo en el que debemos encontrar objetos para atar cabos en ambos universos, un concepto que no ha envejecido y sigue pasándole la mano por la cara a casi todos los ingenuos títulos modernos.

Espera a llegar al Templo del Espíritu y sabrás de lo que estoy hablando.

Volviendo al tema principal que nos brinda esta versión, que no es otro que la inclusión de las capacidades 3D, he de reconocer que por primera vez me siento cómodo alternando ambas perspectivas con total naturalidad, escapando por completo de ese extraño sentimiento de culpabilidad por tener apagado el slider que desactiva la función tridimensional. Cada momento es digno de ser disfrutado de la forma que nos plazca, en mi caso, optando por la visión estereoscópica para la exploración, las cutscenes y los desplazamientos, mientras que para la resolución de mazmorras y enfrentamientos es recomendable optar por la perspectiva clásica.

Como jugoso extra, Ocarina of Time cuenta con la inclusión de los modos Master Quest –anteriormente solo disponible en occidente para aquellos que en su momento reservaron Wind Waker–, el cual contiene puzzles adicionales y una revisión 'para hombres' de todas las mazmorras, y el modo Boss Challenge, que nos permitirá luchar contra los diferentes jefes finales de forma alternativa, además de incluir la posibilidad de combatir contra todos ellos seguidos en una batalla de dimensiones épicas.

Habiendo terminado el juego completamente no existe ningún momento que defina Ocarina of Time de forma exacta. Hay montones: tocar la ocarina por primera vez, sacar la Espada Maestra de la piedra, los primeros pasos en un Hyrule completamente devastado, saltar vallas con Epona o explorar el cementerio de Kakariko. Si lo has jugado antes, habrás olvidado muchos de estos momentos y reencontrarte con ellos es una experiencia increíble. Si no lo has hecho antes... sinceramente, te tengo mucha envidia.

Ocarina of Time significa algo muy distinto para mi de lo que significaba hace trece años, pero el hecho de que todavía tenga tanto significado no hace más que reafirmar que este juego es una de las cosas más grandes que nos ha regalado el mundo del videojuego. Estamos, sin duda, ante el primer juego de 3DS que deberías comprar sí o sí.

10 / 10

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