The Starship Damrey
Atrapado en el Espacio.
Este análisis forma parte de la sección de Game Over.
Unas luces rojas resplandecen en la oscuridad cuando el sonido de la alarma te despierta. Después, se hace el silencio. Una robótica voz te informa de que el sueño criogénico te ha causado amnesia. Poco a poco unas tenues luces aparecen delante tuya; son interruptores que te permiten revelar tu situación. Aun sigues en la cápsula de criosueño, el sistema operativo del ordenador ha sufrido un error y estás atrapado. Así comienza The Starship Damrey el primer juego dentro de la serie Guild02 de Level-5. Para los que desconocen esta serie, se trata de una compilación de juegos para 3DS creados por desarrolladores de cierto renombre bajo el manto del famoso estudio japonés. Artistas de la talla de Keiji Inafune o Goichi Suda se han dado lugar en estas colecciones para crear pequeños títulos que intentan buscar cierta innovación o alejarse de los juegos más convencionales.
En este caso en particular, los creadores no son tan conocidos en nuestro territorio pero desde luego lo son en Japón: el diseñador Kazuya Asano y el escritor Takemaru Akibo. Asano es conocido por su trabajo en la serie de juegos Torneko - un spin-off de Dragon Quest - y Akibo es un escritor que goza de cierta reputación. Ambos han sido impulsores del género "Sound Novel", que básicamente engloba las novelas interactivas que realizaba el estudio Chunsoft . De hecho fueron prácticamente pioneros de este género tan famoso en Japón, así como de las aventuras textuales japonesas. Con semejante plantel tras la creación de esta obra es obvio esperar algo, como mínimo, interesante. Y desde luego los primeros compases del título son una de las experiencias más deliciosas que he vivido en este medio. Como bien nos advierten desde el principio, el juego carece de tutoriales o explicaciones, por lo que depende de nosotros ir descubriendo los secretos que nos oculta, ya sea a nivel argumental o mecánico.
¿Qué ha pasado con el resto de la tripulación de la nave?¿Por qué estás atrapado? Y lo que es más importante: ¿cómo vas a salir? The Starship Damrey nos plantea estas cuestiones nada más comenzar y nos incita a responderlas viviendo la experiencia que nos ofrece. Algo así como leer una buena novela de misterio. Pero ¡ah! Qué listos son Asano y Akibo. Con esa simple frase inicial, «Este juego no tiene tutoriales ni explicaciones, parte de la experiencia es descubrir las cosas por ti mismo.», consiguen sugestionarnos de tal manera que nos hacen pensar precisamente eso, cuando la realidad es que el juego es muy intuitivo y no tiene excesivo misterio, al menos en lo referido a entender las mecánicas. Es decir, no hay mucho que descubrir en dicho ámbito. Sin duda, es la historia de The Starship Damrey la que nos brinda esa maravillosa sensación que es la incertidumbre del desconocimiento. Además intenta seguir el tipo de progresión narrativa en la que estudios como Valve quieren sentar cátedra: vive la historia por ti mismo, descúbrela directamente según interactúas con el juego. Cierto es que en algún momento se recurre a la cinemática, pero no deja de ser algo anecdótico. Realmente la historia la iremos descubriendo poco a poco, según suceden los acontecimientos y gracias a los avances en nuestra investigación. Sin embargo, habrá momentos en los que sintamos que falta algo por saber, que la historia no está completa. El juego nos exige, incluso una vez terminado, que exploremos e investiguemos todo lo posible y así desvelar el verdadero misterio de la Damrey. No estamos ante una historia que nos sorprenderá por su originalidad o magnífica escritura, pero sí conseguirá mantener el nivel de intriga y misterio hasta el final, apoyándose en su atmósfera opresiva. Pocos títulos consiguen esto de verdad.
Sin embargo, a nivel mecánico, no os voy a engañar: la cosa cambia. Tras un momento inicial realmente brillante, al menos según la opinión de un servidor, la jugabilidad va decayendo por momentos. Al estar atrapados dentro de la cámara de criosueño dependeremos de un Robot Asistente que controlaremos a distancia. Esto convierte la experiencia en una especie de mezcla entre la aventura gráfica de búsqueda de objetos y un dungeon crawler en primera persona, lo que no sería un problema de no ser por su extremada simpleza y constante repetición. Aunque hay que reconocer que esta simpleza es, hasta cierto punto, producente. Controlas un pequeño robot que apenas puede defenderse o cargar objetos pesados, sin embargo, tu supervivencia depende de que no le suceda nada malo y de que pueda resolver los problemas que se suceden en la nave. Sin éll no puedes continuar, estás perdido. Es innegable que esto podría añadir cierta tensión al juego, pero con el tiempo uno se da cuenta de que no existe un peligro real y esta sensación de inseguridad desaparece.
Aunque el mayor problema es la duración. Soy de los que piensan que un juego debe durar lo necesario, ya sea 4 o 100 horas, el problema con The Starship Damrey no es solo que sea corto (se puede terminar tranquilamente en un tarde), sino que el juego termina de forma muy abrupta y dejando la terrible sensación de que falta algo. De hecho, tras ver el final completo, no se puede evitar pensar que el desarrollo del juego quedó a medias.
The Starship Damrey es el claro ejemplo de una buena idea en concepto que pierde fuelle al ser desarrollada. Su historia no es del todo original, aunque lo intenta, y su mecánica es extremadamente simplista. Intuyes que el potencial existe en ambos ámbitos y sin embargo no llega a eclosionar. De hecho, eso es su mayor decepción: hacernos creer que podría ser algo más y no llegar a serlo. Además es algo caro para su corta duración e inexistente rejugabilidad. Es una lástima porque he de reconocer que he disfrutado bastante con The Starship Damrey, especialmente en sus momentos iniciales, pero no es un juego que recomiendo a todo el mundo. Si te gusta el género, o los juegos que respiran cultura japonesa, desde luego te gustará. Pero no es apto para el resto.