Tiger Woods PGA Tour 10
Par.
En el momento en que cargas un juego y su vídeo de presentación deja de ser una CGI o una secuencia de imágenes reales para ser una simple explicación de un par de nuevas características te das cuenta de que algo no va bien. En un juego de fútbol o de baloncesto las actualizaciones anuales son un mal necesario, dada la efervescente actividad del mercado de fichajes entre temporada y temporada. Sin embargo, para otros deportes (entre los cuales se encuentra el golf) este tipo de fórmula no funciona tan bien, puesto que los cambios deben estar en el propio núcleo jugable. EA Sports lo entendió con Fight Night Round (saca el juego sólo cuando tengas algo nuevo que ofrecer), pero parece empecinada en mantener la renovación anual en otras sagas a las que realmente no les hace ninguna falta. Y Tiger Woods PGA Tour es uno de estos casos.
La principal novedad para los amantes de este deporte es la inclusión del US Open y el USGA Championship como parte del modo carrera, lo cual hace que se use la normativa oficial de la USGA (irrelevante para los profanos, pero supongo que muy interesante para los verdaderos geeks del golf). Los nuevos campos son Bethpage Black, Hazeltine, Oakmont, Pinehurst, Torrey Pines y Turnberry, mientras que al elenco de jugadores se unen Anthony Kim y Rocco Mediate.
En esta nueva edición, además, EA Sports ha llegado a un acuerdo con The Weather Channel para ofrecer las condiciones climatológicas de cada campo en tiempo real, algo que no sólo resulta curioso e interesante sino que también afecta ligeramente la jugabilidad. Y digo ligeramente porque aunque la presencia de lluvia ralentiza la velocidad en el campo la mayoría de jugadores no notarán demasiada diferencia. Quizás sea porque sólo hay cuatro variaciones posibles - soleado, nublado, lluvia fina y lluvia fuerte - o porque no está demasiado bien implementado, pero lo cierto es que esperábamos algo más de esta opción.
Los modos de juego también se mantienen con respecto al año anterior, aunque con un tres cambios destacables. Para empezar el modo Tiger Challenge deja paso al Tournament Challenge. Se trata del modo últimamente tan de moda que nos hace revivir momentos memorables de un determinado deporte, con el objetivo de igualarlos o incluso mejorarlos. Es algo que en los últimos meses hemos visto en títulos como UFC Undisputed (rememorando combates clásicos). La segunda novedad es el modo Live Tournaments, que como su nombre indica nos permite participar en torneos y eventos semanales que nos darán puntuación en una tabla clasificatoria mundial.
El modo más interesante, sin embargo, es el Play The Pros, que rompe un poquito más la barrera entre ficción y realidad. La idea es tan simple como clasificar los resultados de los jugadores de PGA Tour 10 junto con los de los golfistas reales de la PGA a medida que se jueguen los torneos. Es una idea curiosa que funciona muy bien, y que además se adapta a la perfección a la tendencia de Electronic Arts de presentar sus juegos como centros informativos sobre deporte real.
Técnicamente el juego también es tremendamente continuista con la edición de 2009, y el único cambio apreciable a primera vista es que ahora el público está mucho más detallado y posee muchas más animaciones, en contraposición con el rígido y mecánico público del año pasado. Por lo demás continúa igual tanto a nivel gráfico como sonoro y, una vez más, llega a nuestro país en perfecto inglés teniendo únicamente en castellano el manual.
No cabe duda de que Tiger Woods PGA Tour 10 es el mejor juego de golf que hay en el mercado: es realista, pero al mismo tiempo accesible; es un simulador, pero puede entretener incluso a quien no ha jugado más que a arcades como Mario Golf o Pangya. Realmente la duda sobre su adquisición es únicamente planteable si tenemos la versión del año anterior. Y en ese caso, por desgracia, no soy demasiado partidario de recomendar su compra por una sencilla aunque poderosa razón: con el enfoque casi de RPG que tiene el juego, con leveling de habilidades, PGA Tour 10 no ofrece absolutamente nada (en realidad es casi calcado a su antecesor) que compense el tener que volver a empezar con nuestro golfista de cero. Si se ofreciese un aliciente importante, tener que volver sufrir la ineficacia de un golfista novato no me importaría, pero no es el caso que nos ocupa. Y por culpa de eso el regusto final que deja el juego es agridulce. Por un lado es el mejor en su género, pero por otro tienes la sensación de que sus (poquísimas) novedades con respecto al año anterior podrían haber sido implementadas simplemente como DLC. Y un DLC que, irónicamente, pagaríamos a gusto. Pero en vez de eso EA Sports ha optado por sacar un nuevo juego a precio completo, lo cual no nos parece ni correcto ni justificable.