Tom Clancy's EndWar
Convierte tu voz en un arma de destrucción masiva.
El sistema de combate de este aspirante a rey de la estrategia en consola sigue el clásico planteamiento de piedra-papel-tijera, donde los helicópteros tienen ventaja sobre los tanques, los tanques sobre los transportes, y los transportes sobre los helicópteros. A partir de este juego de equilibrios se desplegan el resto de unidades, que son los tiradores, la artillería, los vehículos armados y los ingenieros. Cada una es más o menos efectiva dependiendo de cómo las situemos en el mapa, y recordemos que en Endwar no controlamos a cada soldado de forma independiente, sino que lo hacemos por compañías enteras.
Así, los tiradores por ejemplo, serán más efectivos si se encuentran a cubierto dentro de un edificio o tras una moderna empalizada que si los dejamos a campo descubierto. Es en este punto donde entran en juego las bondades de las acciones tipo context-sensitive, mediante las cuales podremos asignar acciones básicas a nuestro grupo de soldados, que ya pueden ser desde parapetarse tras un muro hasta entrar en un edificio para establecer un enlace con nuestro satélite. Guerra moderna en toda regla.
Siete unidades pueden saber a poco, pero para que esto no sea así el juego nos brinda la posibilidad de mejorarlas con los puntos que iremos ganando en las batallas. De esta manera, cada unidad dispone de un total de 6 actualizaciones gracias a las cuales se consigue una mayor variedad. Así, por ejemplo, nuestro tirador podrá “pokevolucionar” en francotirador, y lo mismo el resto de unidades. Además, dependiendo de la facción que decidimos controlar (la Joint Strike Force de Estados Unidos, la Federación Europea o la Spetnaz de Rusia) tenemos diferentes mejoras que nos sirven para potenciar desde nuestras estrategias de ataque o defensa hasta para dotar a nuestras soldados de un refuerzo de armadura.
En su contra tiene la poca variedad que encontramos entre las tres facciones, un punto negativo que sorprende y que hace que jugar con uno u otro bando sea en el fondo bastante parecido. En los juegos de estrategia es de sacrilegio.
En cuanto a las misiones, encontramos de cuatro tipos distintos y las veremos tanto en el modo campaña individual como en las batallas online. En las de Asalto nos emplazan a destruir todo lo que se nos pone por delante, en las de Conquista tenemos que asegurar la mitad de los enlaces de comunicaciones durante un periodo de cinco de minutos, en las de Asedio debemos destruir cualquier rastro enemigo incluidos todos los edificios y, finalmente, quedan las más complicadas, las de Incursión, donde nos adentramos en las principales ciudades de nuestro enemigo para llevar a cabo misiones basadas en capturar y defender un punto crítico durante un periodo de 10 minutos.
Con el barril Brent por la nubes
¿Os imagináis que el precio de referencia del barril de petróleo fuera de 800 dólares? Pues es lo que vale en EndWar, o lo que es lo mismo, no hay petróleo. Ante esta situación la forma de conseguir los recursos que nos ayudan a mejorar nuestros ejércitos es con los puntos que ganamos en las distintas misiones. Estos puntos ficticios nos ayudan a potenciar los elementos anteriormente mencionados. Sin embargo, choca que un juego con vocación de ser en cierto sentido realista acabe apostando por un sistema de bonificaciones tan abstracto. De la misma manera sorprenderá a los más estrategas las limitaciones que tenemos en el momento de explorar el terreno, pues tan solo tenemos acceso a las zona de mapa que hay alrededor de nuestra tropas y ni siquiera podemos explorar el terreno con libertad a no ser que enviemos algún destacamento.
Las opciones online de EndWar combinan desde la pequeña escaramuza hasta modalidades con alto componente MMO. Es el caso del Teatro de Guerra donde después de decantarnos por una u otra facción debemos combatir sobre un gran escenario persistente contra jugadores de todo el mundo. Este gran tablero de ajedrez se actualiza cada 24 horas y se nos presenta como una auténtica Sala de Guerra donde mediante un sistema de turnos se nos pedirá que defendamos nuestra parte de territorio de la invasión enemiga. De todas formas, si jugamos siempre sobre el mismo territorio se corre el peligro de acabar aborreciendo el hecho de defender una y otra vez nuestro perímetro.
En definitiva, Tom Clancy's EndWar es un título clave dentro del género de la estrategia en tiempo real para consolas y un muy buen juego si lo comparamos con otros títulos para una plataforma como el PC. Los más expertos de los denominados RTS quizá echen a faltar algo más de profundidad, sobre todo en lo referente a las pocas diferencias entre facciones, pero tanto para ellos como para los más novatos se trata de una apuesta segura. Quizá no es el caballo ganador, pero sí que es capaz de defender sus virtudes en la mayoría de terrenos. Si a esto le sumamos lo que realmente hace grande a este título, como es su sistema de reconocimiento de voz, no podemos más que recomendar que le deis una oportunidad. A su vez, se trata de un producto con un muy buen acabado y con una presentación a la altura, y que –aunque no es de vital importancia en este tipo de juegos– también os sorprenderá por sus cuidados gráficos.
Lo que empezó como una apuesta arriesgada por parte de Ubisoft (por no ser una compañía experta en el género) ha acabado materializándose en un paso firme en el género de la estrategia que seguramente marcará una tendencia en las consolas y que veremos evolucionar y ganar en complejidad. Hasta que ese día no llegue, EndWar es una gran opción para satisfacer nuestras ansias de conquistar el mundo, pasamos un buen rato mientras jugamos a la guerra moderna y asustamos a nuestros vecinos al grito pelado de: ¡Más madera! ¡Es la guerra!