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Transformers: La Venganza de los Caídos

Aburre hasta a las tuercas.

Desde que nos ponemos a los mandos de nuestro primer Transformer (autobot o decepticon, eso ya es cosa nuestra) hasta que la monotonía nos invade no suele pasar mucho. Una misión, quizá dos. Tal vez menos de cinco minutos como a mí. Sin contar el Tutorial. Porque todas las misiones se reducen a exactamente lo mismo: mata, mata, mata, vuelve a matar, ¡cuidado, viene algo de originalidad, coge a Megan Fox y llévala al punto X!, mata, mata, sigue matando, ad infinitum. Cualquier tópico que os imaginéis está presente, destacando esas inolvidables misiones de escolta que todos odiamos desde el fondo de nuestras ya casi insensibilizadas almas.

El único reto que ofrecen las pantallas es pasárselas en un tiempo limitado. Dado que con el ya clásico sistema de “me largo unos segundos de parranda y me curo mágicamente” ha sido incorporado en el juego y además levemente acelerado las posibilidades de morir son casi nulas (a menos que seas Grindor y no puedas escapar por el maldito control del helicóptero), solo cabe completarlo obteniendo diferentes medallas según la rapidez. Existen cinco símbolos por nivel que te permiten parar el tiempo diez segundos. Para conseguir el platino es bastante importante encontrarlos todos. Lástima que no sea suficiente motivación para sacarse los respectivos logros de platino en todas las misiones de autobots y decepticons. Es que ni siquiera se les ha ocurrido poner todos los trofeos fáciles para atraer a los cazalogros…

Para ser un blockbuster no está demasiado descuidado a nivel visual. Los robots están bastante detallados, quizá algo pasados de brillo, y las transformaciones están muy cuidadas. Con un máximo de 5-6 robots a la vez en pantalla no os esperéis algo digno del propio Michael “epilepsia-es-mi-segundo-nombre” Bay en tema de explosiones, menos aún cuando de vez en cuando pega parones de un segundo o así si tenemos demasiada acción en pantalla, pero digamos que se deja ver. Los humanos son algo más sosos (¿qué te han hecho, Megan?), pero como son muy pequeñitos no se nota. Tampoco hubiesen estado mal un par de modelos diferentes de enemigos para alegrar la vista, que tanto clon al final cansa.

Si el juego luciese así de espectacular no tendría esta nota.

Los escenarios no pintan mal a primera vista: parcialmente destruibles, con alteración de las texturas de las paredes (aunque el cambio sea un pelín forzado) y medianamente grandes. Pero están muertos. No hay más gente que la que tenemos que salvar/secuestrar, no hay más sonidos que los provocados por los Transformers junto a una musiquita machacona que ralentiza el juego cuando ejecuta el loop para volver a empezar y no hay más que uno o dos coches siguiendo rutas predefinidas y que no parecen alterarse por el hecho de que un robot de seis metros de alto les esté persiguiendo. Por momentos parece un intento de imitación de sandbox en miniatura y capado. En general no llega ni a ese nivel.

Se ha incluido como guiño a los fans de la serie original la posibilidad de desbloquear algunos capítulos de la G1, que tendrán que ser visionados en inglés sin subtítulos, y sin posibilidad de pausar, retroceder o cualquier otra opción disponible incluso en el peor de los reproductores de vídeo. Como regalo lo podemos dejar en “manzana envenenada”.

Si en la versión inglesa del juego ponen las voces los actores originales de la película, es decir, Shia LeBouf, Megan Fox y cada Transformer su respectivo doblador (si no me equivoco con Hugo Weaving como Megatron), para la española han contratado a actores diferentes a los de la película, con papeles bastante discretos. Que los robot sean sosos lo perdonamos. Que lo sean los humanos, no. Mucho menos la dobladora de Megan Fox.

Uno de los pocos guiños a la serie original.

La mayor virtud de este Transformers 2 es que a los pobres desgraciados a los que no he tenido tiempo de avisar –disculpen la tardanza, tenía el deber/castigo de finalizar las dos campañas para ver si la cosa mejoraba– no se quedarán con el típico juego de película que dura dos tardes y va directo a la estantería, cuando no a la basura directamente. Tiene modo online, así que todavía se puede exprimir un poco más para retrasar su inevitable destino. Incluye cinco modos de juego, y ninguno de ellos se sale de la norma (deathmatch por equipos, capturar la bandera, etc.). Las partidas que jugué no tenían casi nada de lag, aunque tardaba un poco en meterme en un grupo.

Transformers: La Venganza de los Caídos es un fracaso a muchos niveles. Insufriblemente monótono durante prácticamente la totalidad de la aventura, está lastrado por malas decisiones de diseño que convierten en una tarea repetitiva cualquier aspecto de la jugabilidad y por las limitaciones técnicas de los sosos escenarios. Está ligeramente por encima del juego de película medio, especialmente con ese modo online no demasiado fallido, pero no lo suficiente como para considerarse un producto medianamente decente. Y encima la modelo de Megan Fox del juego no se parece en nada a la real.

4 / 10

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